TÍTULO: TREINTA AÑOS DE TORILERO.
Rafael Cacela Barroso es desde hace tres décadas responsable de la puerta por la que salen los toros en la plaza de Fregenal.
Rafael Cacela Barroso, conocido popularmente como 'Fali Cachera', sobrenombre que le relaciona con el bar de copas que regenta en la calle Rodeo de Fregenal de la Sierra, es desde hace cerca de treinta años el responsable de la puerta de toriles en la plaza de toros de esta localidad. Un espacio del que se responsabilizó tras la retirada de otro conocido y tristemente desaparecido aficionado frexnense al mundo del toro, Josele 'El Cay'. «Empecé en el año en el que un toro cogió a Eleuterio, creo que era de Paquirri. Desde entonces no he fallado nunca», recuerda. En el coso frexnense el seguimiento del ganado desde su llegada a las puertas de la plaza es pura devoción a través de personas como Rafael Cacela, que sienten por dentro la pasión del mundo del toro de una forma muy especial. Gente que se presta a la materialización de un trabajo que deben ejercer con absoluta profesionalidad, porque saben que se juegan la vida en un despiste. «Yo los entro por la mañana, me encargo de cerrar la puerta. Soy el responsable de los toriles desde que llega el ganado, y luego por la tarde vengo a la corrida. Aquí en la plaza he vivido muchas experiencias buenas, y algunas de aguantar el paquete. Pero me quedo con los buenos momentos, muchos de ellos junto a mis amigos Cutiño y Domínguez, como empresarios de esta plaza. Me lo pasaba muy bien con ellos, hacíamos de todo aquí, siempre he tenido una relación estupenda con los dos y junto a ellos me ilusioné más por el mundo de los toros».Rememora trances de mucha tensión «como cuando un toro 'aventó' (empujó) a un monosabio de un burladero hacia dentro del todo. Me quedé helado, yo estaba muy cerca y creí que se lo había cargado. Otro día fue cuando un toro pudo coger a 'El Chato el barrendero'. Yo le decía 'ten cuidado que te coge, que te coge'; y al final menos mal que 'le echaron mano' y lo arrastraron para dentro, si no, se lo carga». «Por mi parte -añade- yo no he tenido ningún percance, gracias a Dios. Tengo mucho cuidado y llamo a los toros como hay que llamarlos y yo sé cuándo un toro se arranca. Los conozco, y sé cuando va a hacerlo. Sobre todo hay que tener mucho cuidado al entrar en los chiqueros. Es algo muy difícil porque pueden pasar muchas cosas, hay que estar muy atento con ellos porque los problemas se producen en un segundo».Con relación a maestros y faenas vividas en la plaza de toros de Fregenal de la Sierra, afirma que se ha sentido impactado por muchos, muchísimos toreros. «El Juli, Manzanares padre, Paco Camino, Paquirri, Espartaco... Por aquí ha pasado gente muy buena. Sin embargo, no es fácil ver una gran faena por parte de una primera figura en esta plaza; pero a mí me ha ilusionado desde siempre mucho el toreo de El Litri y recuerdo una buena faena suya en Fregenal, aunque también de Espartaco, que toreó muy bien. En fin, han pasado muchos toreros y han hecho lo que han podido, dependiendo como es lógico de los toros».Escuchando hablar a 'Fali', que además se estrenó como el 'Niño de la Cruzcampo' en algún cartel para aficionados de esta misma plaza, se detecta el grado de intensidad con el que vive la fiesta. Es evidente que hay un gran número de tardes y maestros que afloran de inmediato a su memoria cuando se asoma mínimamente a sus recuerdos. Sin embargo, responde de inmediato que no tiene en mente recuerdo alguno de ningún toro singular: «Aunque han pasado muchos por esta puerta, ninguno me ha dejado nada especial». Foto Rafael Cacela Barroso en la puerta de toriles.
TÍTULO: Muere el cineasta francés Claude Miller.
El discípulo y amigo de François Truffaut, autor de ‘La pequeña ladrona’, fallece en París a los 70 años.
Claude Miller, el realizador francés, murió ayer miércoles por la tarde, tras varios meses enfermo, a los 70 años en París. Discípulo y amigo íntimo de François Truffaut, su mayor éxito, La pequeña ladrona (1988), lo heredó de su maestro al fallecer en mitad de la preproducción en 1984. Miller estuvo en primera línea de la Nouvelle Vague de 1965 a 1974, ya que no solo colaboró como asistente y guionista de Truffaut, sino que también trabajó con Robert Bresson y Jean-Luc Godard. Candidato en 16 ocasiones a los César, solo lo ganó una vez.
Parisiense nacido en 1942 en una familia judía, a los 20 años decidió estudiar cine y sus primeros trabajos los realizó en el Servicio Cinematográfico del Ejército francés. Tras curtirse con Truffaut, debutó en 1976 con La mejor manera de andar, con la que ya consiguió dos candidaturas al César: a mejor guion y a la mejor dirección. Al año siguiente, rodó Dites-lui que je j’aime (con Gérard Depardieu y Miou Miou) y en 1981 ganó el César al mejor guion con Arresto preventivo, un polar (policiaco francés) que protagonizaban Lino Ventura, Michel Serrault y Romy Schneider. En todos sus largos había algo que recordaba a Truffaut, o, parafraseando a Wilder cuando se refería a Lubitsch, parecía que Miller se preguntaba: “¿Cómo lo haría François?”. Y la cuestión se hizo realidad en su sexta película, La pequeña ladrona (1988), un proyecto que había dejado a mitad Truffaut al fallecer durante su preproducción en 1984. Charlotte Gainsbourg encarnaba a una adolescente que quería huir a toda costa del pequeño pueblo en el que vive en los años posteriores a la II Guerra Mundial, y que aprende poco a poco de sus errores.
Cuatro años después volvió al cine y estrenó seguidas L’ Accompagnatrice, Esa sonrisa y La classe de neige, con la que obtuvo el premio del jurado en el certamen de Cannes de 1998. Nunca dejó de trabajar, bien en televisión, bien en cine, y así llegaron, entre otras, La petite Lili (2003), Un secret (2007), el documental Marching band, Je suis heureux que ma mère soit vivante (2009), codirigida con su hijo Nathan, y Voyez comme ils dansent (2010). Cineasta muy querido por los actores, dotado para crear climas íntimos, ha dejado rodada Thérèse Desqueryroux con Audrey Tautou, otra película con un personaje protagonista que quiere huir de su asfixiante día a día.
Rafael Cacela Barroso es desde hace tres décadas responsable de la puerta por la que salen los toros en la plaza de Fregenal.
Rafael Cacela Barroso, conocido popularmente como 'Fali Cachera', sobrenombre que le relaciona con el bar de copas que regenta en la calle Rodeo de Fregenal de la Sierra, es desde hace cerca de treinta años el responsable de la puerta de toriles en la plaza de toros de esta localidad.
Un espacio del que se responsabilizó tras la retirada de otro conocido y tristemente desaparecido aficionado frexnense al mundo del toro, Josele 'El Cay'. «Empecé en el año en el que un toro cogió a Eleuterio, creo que era de Paquirri. Desde entonces no he fallado nunca», recuerda.
En el coso frexnense el seguimiento del ganado desde su llegada a las puertas de la plaza es pura devoción a través de personas como Rafael Cacela, que sienten por dentro la pasión del mundo del toro de una forma muy especial. Gente que se presta a la materialización de un trabajo que deben ejercer con absoluta profesionalidad, porque saben que se juegan la vida en un despiste. «Yo los entro por la mañana, me encargo de cerrar la puerta. Soy el responsable de los toriles desde que llega el ganado, y luego por la tarde vengo a la corrida. Aquí en la plaza he vivido muchas experiencias buenas, y algunas de aguantar el paquete. Pero me quedo con los buenos momentos, muchos de ellos junto a mis amigos Cutiño y Domínguez, como empresarios de esta plaza. Me lo pasaba muy bien con ellos, hacíamos de todo aquí, siempre he tenido una relación estupenda con los dos y junto a ellos me ilusioné más por el mundo de los toros».
Rememora trances de mucha tensión «como cuando un toro 'aventó' (empujó) a un monosabio de un burladero hacia dentro del todo. Me quedé helado, yo estaba muy cerca y creí que se lo había cargado. Otro día fue cuando un toro pudo coger a 'El Chato el barrendero'. Yo le decía 'ten cuidado que te coge, que te coge'; y al final menos mal que 'le echaron mano' y lo arrastraron para dentro, si no, se lo carga».
«Por mi parte -añade- yo no he tenido ningún percance, gracias a Dios. Tengo mucho cuidado y llamo a los toros como hay que llamarlos y yo sé cuándo un toro se arranca. Los conozco, y sé cuando va a hacerlo. Sobre todo hay que tener mucho cuidado al entrar en los chiqueros. Es algo muy difícil porque pueden pasar muchas cosas, hay que estar muy atento con ellos porque los problemas se producen en un segundo».
Con relación a maestros y faenas vividas en la plaza de toros de Fregenal de la Sierra, afirma que se ha sentido impactado por muchos, muchísimos toreros. «El Juli, Manzanares padre, Paco Camino, Paquirri, Espartaco... Por aquí ha pasado gente muy buena. Sin embargo, no es fácil ver una gran faena por parte de una primera figura en esta plaza; pero a mí me ha ilusionado desde siempre mucho el toreo de El Litri y recuerdo una buena faena suya en Fregenal, aunque también de Espartaco, que toreó muy bien. En fin, han pasado muchos toreros y han hecho lo que han podido, dependiendo como es lógico de los toros».
Escuchando hablar a 'Fali', que además se estrenó como el 'Niño de la Cruzcampo' en algún cartel para aficionados de esta misma plaza, se detecta el grado de intensidad con el que vive la fiesta. Es evidente que hay un gran número de tardes y maestros que afloran de inmediato a su memoria cuando se asoma mínimamente a sus recuerdos. Sin embargo, responde de inmediato que no tiene en mente recuerdo alguno de ningún toro singular: «Aunque han pasado muchos por esta puerta, ninguno me ha dejado nada especial».
TÍTULO: Muere el cineasta francés Claude Miller.
El discípulo y amigo de François Truffaut, autor de ‘La pequeña ladrona’, fallece en París a los 70 años.
Claude Miller, el realizador francés, murió ayer miércoles por la tarde, tras varios meses enfermo, a los 70 años en París. Discípulo y amigo íntimo de François Truffaut, su mayor éxito, La pequeña ladrona (1988), lo heredó de su maestro al fallecer en mitad de la preproducción en 1984. Miller estuvo en primera línea de la Nouvelle Vague de 1965 a 1974, ya que no solo colaboró como asistente y guionista de Truffaut, sino que también trabajó con Robert Bresson y Jean-Luc Godard. Candidato en 16 ocasiones a los César, solo lo ganó una vez.
Parisiense nacido en 1942 en una familia judía, a los 20 años decidió estudiar cine y sus primeros trabajos los realizó en el Servicio Cinematográfico del Ejército francés. Tras curtirse con Truffaut, debutó en 1976 con La mejor manera de andar, con la que ya consiguió dos candidaturas al César: a mejor guion y a la mejor dirección. Al año siguiente, rodó Dites-lui que je j’aime (con Gérard Depardieu y Miou Miou) y en 1981 ganó el César al mejor guion con Arresto preventivo, un polar (policiaco francés) que protagonizaban Lino Ventura, Michel Serrault y Romy Schneider. En todos sus largos había algo que recordaba a Truffaut, o, parafraseando a Wilder cuando se refería a Lubitsch, parecía que Miller se preguntaba: “¿Cómo lo haría François?”. Y la cuestión se hizo realidad en su sexta película, La pequeña ladrona (1988), un proyecto que había dejado a mitad Truffaut al fallecer durante su preproducción en 1984. Charlotte Gainsbourg encarnaba a una adolescente que quería huir a toda costa del pequeño pueblo en el que vive en los años posteriores a la II Guerra Mundial, y que aprende poco a poco de sus errores.
Cuatro años después volvió al cine y estrenó seguidas L’ Accompagnatrice, Esa sonrisa y La classe de neige, con la que obtuvo el premio del jurado en el certamen de Cannes de 1998. Nunca dejó de trabajar, bien en televisión, bien en cine, y así llegaron, entre otras, La petite Lili (2003), Un secret (2007), el documental Marching band, Je suis heureux que ma mère soit vivante (2009), codirigida con su hijo Nathan, y Voyez comme ils dansent (2010). Cineasta muy querido por los actores, dotado para crear climas íntimos, ha dejado rodada Thérèse Desqueryroux con Audrey Tautou, otra película con un personaje protagonista que quiere huir de su asfixiante día a día.
Parisiense nacido en 1942 en una familia judía, a los 20 años decidió estudiar cine y sus primeros trabajos los realizó en el Servicio Cinematográfico del Ejército francés. Tras curtirse con Truffaut, debutó en 1976 con La mejor manera de andar, con la que ya consiguió dos candidaturas al César: a mejor guion y a la mejor dirección. Al año siguiente, rodó Dites-lui que je j’aime (con Gérard Depardieu y Miou Miou) y en 1981 ganó el César al mejor guion con Arresto preventivo, un polar (policiaco francés) que protagonizaban Lino Ventura, Michel Serrault y Romy Schneider. En todos sus largos había algo que recordaba a Truffaut, o, parafraseando a Wilder cuando se refería a Lubitsch, parecía que Miller se preguntaba: “¿Cómo lo haría François?”. Y la cuestión se hizo realidad en su sexta película, La pequeña ladrona (1988), un proyecto que había dejado a mitad Truffaut al fallecer durante su preproducción en 1984. Charlotte Gainsbourg encarnaba a una adolescente que quería huir a toda costa del pequeño pueblo en el que vive en los años posteriores a la II Guerra Mundial, y que aprende poco a poco de sus errores.
Cuatro años después volvió al cine y estrenó seguidas L’ Accompagnatrice, Esa sonrisa y La classe de neige, con la que obtuvo el premio del jurado en el certamen de Cannes de 1998. Nunca dejó de trabajar, bien en televisión, bien en cine, y así llegaron, entre otras, La petite Lili (2003), Un secret (2007), el documental Marching band, Je suis heureux que ma mère soit vivante (2009), codirigida con su hijo Nathan, y Voyez comme ils dansent (2010). Cineasta muy querido por los actores, dotado para crear climas íntimos, ha dejado rodada Thérèse Desqueryroux con Audrey Tautou, otra película con un personaje protagonista que quiere huir de su asfixiante día a día.
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