Con este trabajo el británico influiría en el punk, la nueva ola y en cantantes como Madonna, Lady Gaga o Marilyn Manson
Se cumplen 40 años de la salida de 'Ziggy Stardust', la obra que encumbró al artista más teatral.
En abril de 1972 David Bowie-foto- llevaba casi tres años sin un éxito. Y tres años en esa época, en la que el negocio de la música discurría a un ritmo mucho más veloz que el actual, eran muchos. David Robert Jones tenía 25 años y su carrera no acababa de despegar. Solo cuatro meses antes, en diciembre de 1971, había publicado 'Hunky Dory', su primer gran álbum, pero ni siquiera el sencillo 'Changes', hoy un clásico, había funcionado en las listas. Todo cambiaría a partir del 14 de abril de 1972, cuando se editó 'Starman', el single de presentación de 'The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars'.
David Bowie había sido mod y después cantautor de folk psicodélico, pero ninguna de esas encarnaciones llegó a funcionar. Tuvo que meterse en la piel de una estrella de rock extraterrestre, andrógina y provocadora para conseguir ser él mismo realmente una estrella, en lo que algunos críticos consideran como el primer disco posmoderno de la historia del rock. En él hacía suyas las enseñanzas del pop art de Warhol batidas con influencias de Lou Reed e Iggy Pop, la estética de 'La naranja mecánica' de Kubrick, el teatro kabuki japonés o la extraña historia de Vince Taylor, un rockero franco-americano que había acabado desquiciado al declarar ser el evangelista Mateo, venido de otro planeta.
Un Bowie hambriento de éxito, que a esas alturas ya sabía manipular a la prensa, no dudó en declarar al semanario Melody Maker en 1972 que era «gay y siempre lo había sido», una afirmación explosiva para esos tiempos, teniendo en cuenta que solo cinco años antes la homosexualidad aún era ilegal en Inglaterra. Daba igual que estuviera casado con Angela Barnett y que tuvieran un hijo, Zowie (hoy un director de cine conocido como Duncan Jones): el objetivo era llamar la atención y posicionarse como un ser pansexual, de controvertido atractivo.
Por supuesto, las provocaciones y los conceptos estéticos se hubieran quedado en nada si 'Ziggy Stardust' no contuviera música gloriosa, canciones enigmáticas y hoy inmortales que se insinúan dentro de un concepto vagamente futurista y ampliamente sexual, a ritmo de lo que se iba a llamar glam-rock, el movimiento musical que inauguró los años 70.
Bowie, que grabó la mayor parte del disco en apenas dos semanas, «casi siempre en primeras tomas», según recuerda el coproductor Ken Scott, tuvo un escudero a su altura, el talentoso guitarrista Mick Ronson, líder de Las Arañas de Marte, como se haría llamar la banda.
'Ziggy Stardust' fue editado el 6 de junio de 1972, pero no fue hasta un mes después que comenzó su ascenso a la estratosfera, gracias a una actuación televisiva que en Inglaterra se considera tan crucial como las de Elvis Presley en EE UU.
El 6 de julio 'Ziggy Stardust' y sus Spiders from Mars interpretaron 'Starman' en 'Top of the Pops', el programa musical para toda la familia de la BBC. Bowie, con una sonrisa entre desafiante y traviesa, vestía un mono dorado, azul y rojo, con su pelo color zanahoria modelado en un indescriptible peinado, mientras cantaba sobre un «hombre de las estrellas» con un estribillo que recordaba al 'Somewhere over the Rainbow' de 'El mago de Oz'.
Otro mundo
Además, rodeaba con su brazo, cómplice y cariñoso, a Mick Ronson, en un ¿calculado? gesto homoerótico. Dicen que la mayoría de los adultos que lo vieron quedaron escandalizados con semejante personaje, mientras que miles de adolescentes descubrieron que había otro mundo lejos de los hombrunos rockeros tipo Led Zeppelin o los blanditos cantantes pop.
David Bowie y su personaje influirían en el punk, la nueva ola, los nuevos románticos y se podría argumentar que artistas como Madonna, Lady Gaga o Marilyn Manson no existirían sin su sentido teatral. 'Ziggy Stardust' le abrió a Bowie las puertas del éxito en su país y en el resto del mundo. Ello no fue óbice para que el 3 de julio de 1973, durante un concierto en Londres, anunciara la muerte del personaje y la disolución de Las Arañas de Marte, ante la estupefacción de sus propios músicos.
Después llegarían otros muchos cambios de piel, turbias adicciones, provocaciones y obras maestras, pero fue Ziggy el que puso los cimientos sobre los que se levantó el mito de David Bowie.
TÍTULO: EL CINE DE MIEDO ATRAE A TODOS LOS PÚBLICOS, LA TENSIÓN ENGANCHA.
La cita incluye diez proyecciones gratuitas hasta el domingo y la celebración de un certamen de cortos
Pablo Carrero Director del Festival de Cine Fantástico y de Terror de Cáceres.
A Pablo Carrero de pequeño sus padres le tenían alejado de un género que siempre le llamó la atención. El terror le gustaba y sólo cuando iba a casa de sus primos podía verlo. Ahora este informático cacereño de 30 años ha hecho de esa afición su modo de vida. Es webmaster del portal 'abandomoviez', especializado en cine de terror y que ha logrado posicionarse como un importante punto para los amantes del género en lengua hispana. Ahí ha surgido el Fanter Film Festival, que ayer inauguró su segunda edición y que resulta toda una sorpresa en el panorama cultural de la región.
Tiene un presupuesto limitado (10.000 euros), aunque sale adelante sin ningún tipo de ayuda económica pública y con la intención de perpetuarse. La entrada es libre, ofrece agua y palomitas a sus espectadores, y, lo más importante, logra atraer a un buen número de personas entorno a las proyecciones, que este año son diez. Hay un concurso de cortometrajes y otro de relatos y este año cuenta con la presencia del director de una de las películas proyectadas, Tirso Calero, autor de 'Carne Cruda'.
-¿Cómo surge este festival?
-A través del portal 'abandomoviez', que se creó hace ya diez años. Habíamos hecho un festival on-line previamente que funcionó bien y decidimos dar el salto y plantearlo como un encuentro físico. El año pasado nos sorprendió la respuesta que hubo y nos motivó a seguir creyendo en el proyecto. Es un festival para el público y para que disfrute viendo películas, y luego tiene añadidos como el concurso de cortometrajes, para el que hemos recibido 430 trabajos de 18 países. Hemos elegido siete cortometrajes, que van delante de las películas, como teloneros.
-¿Qué tipo de películas se exhiben?
-Nosotros no podemos aspirar a presentar películas, porque no tenemos medios, pero hemos buscado películas que no hayan pasado por salas comerciales. En Cáceres como solo hay un cine tenemos ese margen. También buscamos en el que yo llamo mercado de segunda división, el mercado doméstico, donde pasan películas que incluso son mejores que las que van a las salas. Nos basamos en las puntuaciones que llegan al portal.
-¿A quién le gustan estas películas?
-El cine de terror se asocia a un público muy específico, pero yo creo que es para todos los públicos y para que pueda acudir el máximo de gente. Hay gente de todas las edades.
-¿Qué tiene el miedo que nos atrae y que al mismo tiempo nos echa para atrás?
-Son sensaciones, muchas sensaciones y tensión, algo que hace que te enganche mucho la película. Es como en la comedia, que no puedes parar de reír. Si algo caracteriza este programa es la tensión.
-Los pases son gratis, regalan palomitas y agua. Y sin dinero público. ¿Cómo lo hacen?
-El dinero sale de 'avandomoviez' y también tenemos ayudas y colaboraciones de distintas empresas y entidades. Es una apuesta nuestra, la empresa es importante y a día de hoy se lo puede permitir.
-¿Por qué en Cáceres?
-El festival lo hago en Cáceres porque me parece que es un sitio ideal para un festival como es Sitges o Málaga. He tenido propuestas de salas comerciales en Madrid, pero yo lo quiero hacer aquí y me gustaría que funcionara aquí.
-¿Qué espera de esta segunda edición de festival?
-Espero que la gente lo respalde. El año pasado la gente lo hizo, este año hemos cambiado de sala y hemos aumentado el aforo. Tiene 430 butacas, que creo que en Extremadura habrá pocas salas tan grandes.
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