PALABRAS ESCONDIDAS
BUSCO EN EL MAR,
EN LAS NUBES DEL CIELO,
EN LAS ISLAS DE CORAL.
PALABRAS MARINAS,
AZULES, MOJADAS, PERDIDAS.
PALABRAS CELESTES,
SUAVES, GRANDES, DIFERENTES.
PALABRAS DE TESOROS,
BRILLANTES, DORADAS.
PALABRAS DE CORSARIOS,
DE UNICORNIOS Y DE HADAS.
PALABRAS, BUSCO PALABRAS
QUE ME CUENTEN BELLOS CUENTOS,
QUE ME HABLEN DE ANIMALES,
QUE ME ENSEÑEN MIL CANCIONES
Y MIL JUEGOS MALABARES.
PALABRAS Y MÁS PALABRAS
DE MÍ SIEMPRE INSEPARABLES.
TÍTULO: PALUSTRES.
Vuelan mis ojos tras las aves nuevas. Como puse nidales, ha venido a criar una pareja de carboneros palustres, aunque no haya más que una alberca.
Algo así, aunque al revés, dijo Einstein: cabe esperar resultados distintos cuando se hace algo nuevo.
TÍTULO: ENCAMADA.
A esa hierba que tumba el agua y el granizo y el viento de estos días, a esa que amanece llena de remolinos, por la manera en la que se queda como si hubiera entrado a sestear el ganado, se llama a esa hierba, gracias Joaquín,
hierba encamada.
TÍTULO: poesía en Motril.
El que espera desespera,
dice la voz popular.
¡que verdad tan verdadera!
la verdad es la que es,
y sigue siendo verdad
aunque se piense al revés.
El que te alaba con lo que no tienes,
llevarse lo tuyo sin duda quiere.
Si desde el comienzo no muestras quién eres,
Nunca podrás, después cuando quisieres
dice la voz popular.
¡que verdad tan verdadera!
la verdad es la que es,
y sigue siendo verdad
aunque se piense al revés.
El que te alaba con lo que no tienes,
llevarse lo tuyo sin duda quiere.
Si desde el comienzo no muestras quién eres,
Nunca podrás, después cuando quisieres
POESÍA GRANADA.
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Una vestida de verde,
otra de malva, y la otra,
un corselete escocés
con cintas hasta la cola.
Las que van delante, garzas
la que va detrás, paloma,
abren por las alamedas
muselinas misteriosas.
¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas
mientras sufren en la umbría
el surtidor y la rosa?
¿Qué galanes las esperan?
¿Bajo qué mirto reposan?
¿Qué manos roban perfumes
a sus dos flores redondas?
Nadie va con ellas, nadie;
dos garzas y una paloma.
Pero en el mundo hay galanes
que se tapan con las hojas.
La catedral ha dejado
bronces que la brisa toma;
El Genil duerme a sus bueyes
y el Dauro a sus mariposas.
La noche viene cargada
con sus colinas de sombra;
una enseña los zapatos
entre volantes de blonda;
la mayor abre sus ojos
y la menor los entorna.
¿Quién serán aquellas tres
de alto pecho y larga cola?
¿Por qué agitan los pañuelos?
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Una vestida de verde,
otra de malva, y la otra,
un corselete escocés
con cintas hasta la cola.
Las que van delante, garzas
la que va detrás, paloma,
abren por las alamedas
muselinas misteriosas.
¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas
mientras sufren en la umbría
el surtidor y la rosa?
¿Qué galanes las esperan?
¿Bajo qué mirto reposan?
¿Qué manos roban perfumes
a sus dos flores redondas?
Nadie va con ellas, nadie;
dos garzas y una paloma.
Pero en el mundo hay galanes
que se tapan con las hojas.
La catedral ha dejado
bronces que la brisa toma;
El Genil duerme a sus bueyes
y el Dauro a sus mariposas.
La noche viene cargada
con sus colinas de sombra;
una enseña los zapatos
entre volantes de blonda;
la mayor abre sus ojos
y la menor los entorna.
¿Quién serán aquellas tres
de alto pecho y larga cola?
¿Por qué agitan los pañuelos?
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
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