"En la parte que le toca a la comisaría de aguas, en la corona forestal de Doñana hay que poner orden y cerrar los pozos ilegales."
Manuel Romero-- Presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Mide con precisión las palabras para no levantar suspicacias, está tranquilo por la situación de la cuenca y dice que hace falta que llueva de verdad.
Foto--Manuel Romero, en la terraza de su despacho en la Plaza de España de Sevilla.
Después de dos años y medio con las competencias de la gestión del río Guadalquivir en manos de la Junta, y una vez devueltas al Gobierno central por mandato del Tribunal Constitucional, en la Confederación Hidrográfica su nuevo presidente anda aún en tareas de reorganización, tanto física como funcionalmente, por el traslado de sedes y por el vacío que ha dejado el traspaso de 80 funcionarios en ese periodo transitorio a la Administración andaluza y cuyas plazas ahora hay que cubrir. Otros asuntos centran actualmente las prioridades políticas, pero nunca se sabe cuándo puede estallar la disputa.
—¿Cree que se va repetir la polémica si PSOE e IU insisten en reclamar nuevamente para Andalucía las competencias del Guadalquivir, ahora a través de la fórmula de la delegación?
—Nuestra obligación es seguir el mandato que recalca el Tribunal Constitucional, donde se dice que prima la unidad de la cuenca, y por tanto las competencias son del Estado. No sé si se reabrirá la polémica, pero ahora mismo lo que interesa es gestionar el agua y reordenar lo que fueron los traspasos y la reversión.
—¿Hay preocupación por la sequía?
—Claro. Hay una sequía meteorológica. Afortunadamente, de los años 2009 y 2010, en los que llovió bastante, tenemos esas reservas. Esperamos que la sequía se acabe ahora con la primavera. Hace falta que llueva de verdad, que no perjudique, como en la Semana Santa, sino que beneficie.
—¿Está en vías de solución el problema de las extracciones ilegales, especialmente ene el entorno de Doñana?
—A la Confederación le preocupa Doñana, y existe un plan para la zona de la corona forestal, que está a caballo entre lo que es la cuenca del Guadalquivir y la cuenca Atlántica, que conforman los ríos Tinto, Odiel y Chanza. Es un plan (de la Junta de Andalucía) en el que está representada la Confederación Hidrográfica. Lo que busca es armonizar y compatibilizar el aprovechamiento agrario y turístico con la conservación con los singularísimos e importantes valores de Doñana. Contempla ir sustituyendo las extracciones subterráneas de agua para regar con agua superficial a través de un trasvase del anillo hídrico de Huelva. La zona cuenta con muchas hectáreas agrícolas para las posibilidades que tiene el acuífero, y por supuesto la Comisaría de Aguas de la Confederación en la parte que le toca tiene que poner orden y cerrar los pozos ilegales. El acuífero es el que mantiene Doñana.
—¿Se hará alguna vez el dragado en profundidad del Guadalquivir que reclama el Puerto de Sevilla para permitir la entrada de grandes buques?
—Después de la declaración de impacto ambiental del proyecto de dragado se hizo un estudio científico que se está analizando, y nos dice que el dragado habría que plantearlo cuando mejorara la situación del estuario, que ahora mismo es regular. Cuando mejore esa situación no veo problemas para que no se haga el dragado.
Tiene que mejorar la turbidez y las márgenes del río porque se prevé que el oleaje que van a provocar los barcos de más tonelaje puede afectarle, y hay que recuperar lagunas mareales en las marismas de Doñana.
—¿A partir de ahí es posible el dragado?
—Sí, es posible. A corto plazo no lo veo, pero hay que seguir trabajando y consensuando posturas. El informe científico no lo descarta.
—¿Cree que el Guadalquivir ha sido suficientemente «aprovechado» a lo largo de la historia?
—Sí. El noventa por ciento del territorio de la cuenca está en Andalucía. Ocupa el sesenta por ciento de la superficie de la Comunidad, y el río se ha aprovechado, más o menos dependiendo del momento histórico. No sólo ha habido un aprovechamiento hidráulico, sino que también ha sido importante el aspecto cultural y social.
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