Elizabeth Marie "Lizzie" Olsen (nació el 16 de febrero de 1989) es la menor de cuatro hermanos (Trent, y las gemelas Mary-Kate y Ashley Olsen).
Interpretó pequeños papeles cuando era pequeña e hizo cameos en algunas películas de las gemelas Olsen, pero Elizabeth ha preferido formarse profesionalmente en las mejores academias de artes escénicas, no queriendo sacar provecho de la fama de sus hermanas. Estudió en el Atlantic Theater Company de Nueva York, y también se formó durante seis meses en el Moscow’s Art Theatre School de Rusia, país en el que aprendió el método Stanislavski y técnicas de lucha y acrobacias.
En 2011 y 2012 participó en tres películas: «Paz, Amor, y malentendidos», «La casa silenciosa» y «Martha Marcy mayo de Marlene».
Elizabeth Olsen-foto: "Las prendas que diseñan mis hermanas son las más cómodas que tengo"
Su nombre ya suena para los Oscar. La razón: su excelente interpretación en Martha Marcy May Marlene. ¡Que tiemblen Mary-Kate y Ashley! Su principal competidora está en casa.
No quiso ser una niña prodigio. Ni el centro de los focos. Por eso Elizabeth Olsen –Lizzie para los amigos– planeó un destino diferente. La hermana pequeña de las gemelas Ashley y Mary-Kate quiso dedicarse solo al teatro. Pero al final le picó el gusanillo y probó suerte en el cine. Para regocijo de la crítica: Martha Marcy May Marlene, cuyo estreno en España está previsto para el 24 de febrero, es una de las favoritas para los Oscar. En la cinta, Olsen, de 22 años, interpreta a una mujer inestable. Otros posibles triunfos para este año: sus papeles en la película de terror Silent House (Chris Kentis y Laura Lau), en Red Lights (Rodrigo Cortés, en la que actuará junto a Robert De Niro y Sigourney Weaver) y en el drama Liberal Arts (Josh Radnor), en que comparte protagonismo con Zac Efron.
Contando a sus hermanastros, tiene cinco hermanos. ¿Qué tal se llevan?
Muy bien, la verdad. Mis padres están divorciados pero somos una familia muy unida. Cuando era pequeña, solían decirme que de mayor me entendería mejor con ellos. No se equivocaron.
En su currículo figuran varias de las mejores escuelas de interpretación. ¿De dónde surge su empeño por formarse tanto?
Me enamoré de la actuación en el instituto. Fue gracias a uno de mis profesores. Entonces, decidí estudiar y asistir a todos los talleres que pudiera. Quería sentirme segura, tener tablas. La Universidad de Nueva York [donde todavía estudia] me pareció la mejor opción.
Ha preferido centrarse exclusivamente en el teatro hasta hace poco. Según tengo entendido, le asustaba la industria del cine. ¿Por qué?
Las películas son para un público más grande. Eso me aterraba. Además, temía que acabaran dominando mi vida y robándome la intimidad. Crecí viendo como los paparazis acosaban a mis hermanas.
Y ¿a qué se debe este cambio de rumbo?
Con los años me di cuenta de que existen estrategias para sortear el acoso de la prensa. Se puede vivir con él.
Su primer papel se remonta a 1993. Solo tenía 7 años. No era tan pequeña como sus hermanas pero casi...
Mi vida y la de mis hermanos giraba en torno a los rodajes de Mary-Kate y Ashley. Lo más sencillo para mis padres era llevarnos al plató. Así nos tenían a todos juntos. A veces me proponían participar como extra en alguna escena. Una vez me pusieron chicle en el pelo. Otra me pintaron la mitad de la cara y me quemé la otra mitad... ¡Ese era el tipo de personajes que interpretaba de niña! [risas]
Red Lights, Liberal Arts, Silent House... películas independientes, guiones con enjundia, cine de autor... ¿No le interesa lo comercial?
No elijo las películas por el sueldo. Me gustan los personajes complejos. Quiero mirar atrás con 60 años y poder sentirme orgullosa.
Ha terminado llamando la atención de los grandes estudios. Martha Marcy May Marlene es de las favoritas para los Oscar.
Sí, pero no me aprovecharé de la fama de Martha... No es mi intención usarla como trampolín.
Si no me equivoco, en su formación también figura un semestre en Moscú, donde se enamoró de un actor ruso...
Fui allí a estudiar a la Moscow Art Theatre School. Me encantó. Soy de Los Ángeles y estoy acostumbrada a que la gente me mire con indiferencia cuando respondo que estudio interpretación. En Rusia es todo lo contrario. Ser actor es una profesión noble y valiente. La gente te admira por ello.
La consideran la nueva it girl. Hace poco Karl Lagerfeld la fotografió para un libro. También se deja ver con los diseños de The Row, la firma de sus hermanas.
Son las prendas más cómodas que tengo. Me encantan. Sus piezas son increíbles. Cuando alguien me pregunta sobre lo que llevo puesto, le contesto dónde puede comprarlo. Sin pudor alguno. Soy la mejor representante de mis hermanas. [risas]
¿Diseñaría?
No. No se me daría bien.
Bueno, tampoco tenía pensado dedicarse al cine...
Es cierto... ¡nunca se sabe!
Contando a sus hermanastros, tiene cinco hermanos. ¿Qué tal se llevan?
Muy bien, la verdad. Mis padres están divorciados pero somos una familia muy unida. Cuando era pequeña, solían decirme que de mayor me entendería mejor con ellos. No se equivocaron.
En su currículo figuran varias de las mejores escuelas de interpretación. ¿De dónde surge su empeño por formarse tanto?
Me enamoré de la actuación en el instituto. Fue gracias a uno de mis profesores. Entonces, decidí estudiar y asistir a todos los talleres que pudiera. Quería sentirme segura, tener tablas. La Universidad de Nueva York [donde todavía estudia] me pareció la mejor opción.
Ha preferido centrarse exclusivamente en el teatro hasta hace poco. Según tengo entendido, le asustaba la industria del cine. ¿Por qué?
Las películas son para un público más grande. Eso me aterraba. Además, temía que acabaran dominando mi vida y robándome la intimidad. Crecí viendo como los paparazis acosaban a mis hermanas.
Y ¿a qué se debe este cambio de rumbo?
Con los años me di cuenta de que existen estrategias para sortear el acoso de la prensa. Se puede vivir con él.
Su primer papel se remonta a 1993. Solo tenía 7 años. No era tan pequeña como sus hermanas pero casi...
Mi vida y la de mis hermanos giraba en torno a los rodajes de Mary-Kate y Ashley. Lo más sencillo para mis padres era llevarnos al plató. Así nos tenían a todos juntos. A veces me proponían participar como extra en alguna escena. Una vez me pusieron chicle en el pelo. Otra me pintaron la mitad de la cara y me quemé la otra mitad... ¡Ese era el tipo de personajes que interpretaba de niña! [risas]
Red Lights, Liberal Arts, Silent House... películas independientes, guiones con enjundia, cine de autor... ¿No le interesa lo comercial?
No elijo las películas por el sueldo. Me gustan los personajes complejos. Quiero mirar atrás con 60 años y poder sentirme orgullosa.
Ha terminado llamando la atención de los grandes estudios. Martha Marcy May Marlene es de las favoritas para los Oscar.
Sí, pero no me aprovecharé de la fama de Martha... No es mi intención usarla como trampolín.
Si no me equivoco, en su formación también figura un semestre en Moscú, donde se enamoró de un actor ruso...
Fui allí a estudiar a la Moscow Art Theatre School. Me encantó. Soy de Los Ángeles y estoy acostumbrada a que la gente me mire con indiferencia cuando respondo que estudio interpretación. En Rusia es todo lo contrario. Ser actor es una profesión noble y valiente. La gente te admira por ello.
La consideran la nueva it girl. Hace poco Karl Lagerfeld la fotografió para un libro. También se deja ver con los diseños de The Row, la firma de sus hermanas.
Son las prendas más cómodas que tengo. Me encantan. Sus piezas son increíbles. Cuando alguien me pregunta sobre lo que llevo puesto, le contesto dónde puede comprarlo. Sin pudor alguno. Soy la mejor representante de mis hermanas. [risas]
¿Diseñaría?
No. No se me daría bien.
Bueno, tampoco tenía pensado dedicarse al cine...
Es cierto... ¡nunca se sabe!
TÍTULO: EL CINE CLAMA JUSTICIA EN SAN SEBASTIÁN.
San Sebastián, 16 abr (EFE).- Poco más de hora y media han permanecido hoy los tres procesados por el fraude de la Hacienda de Irun en la Audiencia de Gipuzkoa en la primera sesión del juicio por esta causa, en la que la calma aparente del principal acusado, José María Bravo, ha contrastado con las lágrimas de su esposa, Rosa Cobos.
El interés mediático que ha despertado este caso, en el que Bravo, exdirector de la oficina tributaria de Irun, se enfrenta a hasta 30 años de prisión, ha interrumpido la habitual tranquilidad del Palacio de Justicia de la calle San Martín de San Sebastián, sede de la Audiencia guipuzcoana.
Las cámaras de televisión y los fotógrafos esperaban la llegada de los acusados desde mucho antes del comienzo de la vista oral, fijada para las nueve y media, en el exterior del edificio en una mañana de cielo cubierto y desapacible.
Los primeros en aparecer han sido los encausados Rosa Cobos y Pedro María Atristain, socio de Bravo, y mientras estos captaban la atención de los flashes, hacía su entrada el que fue jefe de la Hacienda de Irun durante casi década y media, hacia el que inmediatamente se dirigieron los reporteros gráficos.
La espera para pasar el control de seguridad del Palacio de Justicia impidió a Bravo eludir las cámaras, pero en ningún momento dio señales de nerviosismo, aunque a la pregunta de Efe sobre qué espera de este juicio, señaló que no iba a hacer comentarios.
Ataviado con pantalones de pana, una camisa a cuadros y una cazadora de piel que no se ha quitado durante la vista, José María Bravo ha jugado constantemente con un bolígrafo que ya llevaba en la mano al entrar a la sala.
Junto a él, en el banquillo, se encontraba su mujer, con un plumífero negro, que ha sacado pañuelos de papel de su bolso en varias ocasiones.
En el tercer asiento, al lado de Cobos, se ha colocado Atristain, que ha sido el primero en abandonar la Audiencia con su abogado al término de la sesión.
El letrado que ejerce la acusación particular en nombre de las Juntas Generales de Gipuzkoa y la Diputación Foral, Miguel Alonso Belza, ya contemplaba la posibilidad de que Bravo no declarase en esta primera jornada, como así ha sido, tras decidir el presidente del tribunal, Iñaki Subijana, suspender el juicio hasta el miércoles para analizar las peticiones de anulación planteadas por las defensas de dos de los tres imputados.
La sesión, que comenzó con un pequeño retraso, se ha dedicado únicamente a las cuestiones previas planteadas por las partes y ha sido seguida, entre otros, por el actual director de Hacienda del ente foral, Xabier Olano, que ocupa el mismo cargo que desempeñaba Víctor Bravo, hermano del acusado, cuando se produjeron los hechos que se enjuician ahora y que, tras ser descubiertos, provocaron su dimisión como senador del PNV.
Periodistas de los medios escritos -el resto lo ha seguido a través de una pantalla en un lugar contiguo- y alumnas en prácticas del último curso de Derechos componían el grueso del público en la sala de mayor tamaño de la Audiencia, con solo un quinto de sus 125 asientos ocupados.
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