En el Pueblo de Castuera habia un Hotel llamado EL HOTEL PARAISO que se cerro por la crisis pero me da mucha pena cuando paso por el centro y lo veo sin nadie trajando en su gran barra con buenos camareros como antigua mente,.Se veía bien los partidos de fútbol y se comia de maravilla.
Desde esta carta pienso que el Ayuntamiento de Castuera con la ayuda de La Junta de Extremadura podía abrir el HOTEL PARAISO, y así dar trabajo al Pueblo con mucho personal de limpieza, camareros, para hacer las camas, enseñar las habitaciones a los clientes,.
Opiniones sobre el HOTEL PARAISO EN CASTUERA,.
¿Qué es lo que mas te ha gustado?: Para ser un hotel de esta
categoría es bastante aceptable el servicio. El trato inmejorable, la
limpieza tambien. Además esta en el centro del pueblo. Yo os lo
recomiendo. Un saludo.
escrito por
aethicus
Varias ventajas del hotel
¿Qué es lo que mas te ha gustado?: Me parece una elección muy
acertada elegir este hotel cuando uno visita Castuera por varias
razones: está situado en el centro del pueblo, tiene un precio
razonable, la atención del personal es buena y la limpieza también,
además de contar con habitaciones con todas las comodidades de un hotel
de esta categoría. Por eso lo recomiendo.
escrito por
mjsanchez
Esta bien
¿Qué es lo que mas te ha gustado?: Voy cada año y me siento bien
tratado, Paco y sus hijos son buena gente, de eso estoy seguro, y ya
estoy deseando volver. Un saludo.
INOCENCIO. escrito por inogarpi
INOCENCIO. escrito por inogarpi
Escasa limpieza
¿Qué es lo que mas te ha gustado?: El hotel está bien situado en el centro de la población.El primer día estaba algo sucio, no habían limpiado la papelera, habiendo basura de otra gente, pero las sábanas y toallas sí estaban limpias.
Los demás días se preocuparon algo más de la limpieza.
Lo mejor, habitación por 18 € (individual).
Pero ven a visitar al Restaurante Paraiso abierto estamos al lado del Campo Fútbol del Castuera.
Foto de La Plaza de España de Castuera,.
24-11-2012--TÍTULO: QUÉ HAY DE NUEVO CON ALICIA KEYS. PIANO EN LLAMAS.
Alicia
Keys, el poder del alma
Hasta hace bien poco, Alicia Keys era prácticamente una desconocida. Entonces
llegó “Fallin’” y todo cambió. Ese single la colocó en las listas,
consiguió que todo el mundo la reconociera y, lo que es lo más importante, que
se le prestara la debida atención a su maravilloso disco de debut, Songs in
A Minor.
Ahora edita The Diary Of Alicia Keys, su reválida.
Aún habrían de venir más hechos reseñables. En las poco interesantes
listas americanas su disco llegó para quedarse. Y, lo que es más sorprendente,
unos académicos anclados en la noche de los tiempos y que sólo prestan atención
a lo comercial -para algo son la industria- le dieron cinco
premios Grammy. Desde 1997, cuando lo de Lauryn Hill, no se había visto
premiado nada tan justamente en esa ceremonia.
Algunos lo tenían muy claro: ya había aparecido en varios programas de
televisión clásicos dejando clara su fuerza en directo, una buena parte de los
raperos masculinos le había ofrecido algún tipo de colaboración y sus
actuaciones en bastantes ciudades daban cuenta de las cualidades de una mujer
joven pero de sonido clásico.
“Todo el mundo me dice que en persona no me parezco para nada a aquello a lo
que suena mi música. Todos creen que soy mayor de lo que en verdad soy,” dice
mostrando una sonrisa complacida sin atisbo de enojo. “Como soy hija única
por parte de mi madre pasé mucho tiempo sola y eso dio alas a mi imaginación.
Supongo que ésa es la forma que tengo para interiorizar las cosas. Veo algo y
escribo sobre ello, y así es como sale fuera.”
¿Por qué, entonces, tanta locura con Alicia Keys? Pues muy simple: porque con
23 años tiene la más preciada de las combinaciones: talento y carisma. Como
virtuosa del piano, puede cantar y tocar cualquier canción de la época dorada
del soul y, lo que es mejor, reinterpretarlo a su manera para el siglo XXI.
“Mi disco podrías relacionarlo con el pasado o incluirlo en lo que llaman neo-soul,
pero no he salido de la nada: antes había hecho discos con gente como Kandi
Burruss o Jermaine Dupri.” Si la música de otros artistas de su edad es una
indicación de por dónde van los tiros, su sonido va más allá de lo que
representa su edad.
Sin falsas modestias, es consciente de su fuerza y de que la moda no es,
precisamente, lo que ella sigue. “Había canciones en mi primer disco disco que escribí
cuanto tenía 15 años," afirma. “La música está ahí para quien quiera
sentirla. Me gustaría llegar a todo el mundo, y con discos diferentes puedes
llegar a gente muy diferente. Quiero ser el tipo de artista que puede llegar a
un buen montón de gente.”
Una de las cosas que más sorprenden de Alicia Keys es su expresivo
trabajo con el teclado. Hoy en día es muy raro ver a una mujer (o a un hombre,
para lo que nos interesa) sentada al teclado, especialmente cuando ese artista
es capaz de manejarlo como ella lo hace. “Sí, ahí hay otra conexión con lo
que solía ser habitual en los días de Aretha Franklin o Roberta Flack.”
No son nombres que se citan en vano. La fuerza de Alicia Keys está más en sus
habilidades como instrumentista que en su poderío vocal, aunque también lo
tiene, pero ahí si que se puede equiparar, sin más, a las nuevas divas del
soul: Lauryn Hill, Erykah Badu, Jill Scott, Macy Gray, Angie Stone, Mary J.
Blige, Kelis... Además, tiene un don especial como compositora, algo que
canciones como “A Woman's Worth" prueban claramente, y como
productora.
A pesar de su juventud, Alicia
Keys no es una novata en el negocio musical. Ya lo dejó claro citando sus
colaboraciones con otra gente, pero se olvida de otros detalles que le incitamos
a recordar. “Ya había montado mi primer grupo a los nueve años. A los 16
firmé mi primer contrato. Mis primeras canciones aparecieron en el disco Def
Christmas Album y en la banda sonora de Men In Black. Después firmé
con Arista y aparecí en la banda sonora de la nueva versión de Shaft."
Cuando Clive Davis, su mentor, y el tipo que había sacado a la luz a gente como
Janis Joplin, Bruce Springsteen, Miles Davis o Santana, dejó la compañía,
todo se torció. Los nuevos ejecutivos pretendieron lanzarla como una cantante
prefabricada. Le grabaron un disco que no quiso editar y, después de cuatro años
de trabajo baldío, se fue con Clive Davis a su nuevo sello,
J. Records.
“Todos esos retrasos le dieron fuerza a mi determinación,” asegura. “Era
una copia de otras situaciones anteriores. Me resultó divertido. Sabía que en
el futuro me daría para hablar mucho,” dice de su temporada con el sello
Arista. “Era justo lo que se suponía que tenía que pasar. Estaba escrito. En
el fondo, ¿qué son cuatro años en toda una vida? Así es cómo me gusta
encararlo. Nada antes de su tiempo. Y el momento es ahora. ¡Créeme!”
Según ella, aquellos meses le sirvieron para aprender y, sobre todo, decidirse:
“Llegué a la conclusión de que si lo quería hacer, nadie mejor que yo. Así
que mientras trabajaba con aquella gente, me compré mi propio equipo y empecé
a aprender de su trabajo. Así pude, después, producir mis canciones. Gran
parte de aquellas canciones las conservé para mis discos, pero ahora no tienen
nada que ver con lo que querían hacer con ellas.”
Precisamente, es esa determinación lo que más sorprende en una cantante que
acaba de editar su segundo disco. Lo tiene muy claro: da igual cómo la vendan,
que lo único que puede convencer para seguir ahí durante muchos años es su música.
"Simplemente tengo que seguir haciendo lo que siempre he hecho: eso
significa ser quien soy y eso es lo que a la gente le gusta. No tengo nada que
ver con una moda creada desde fuera. Simplemente soy yo misma. Me gusta estar en
el escenario, me gusta componer música. Y ése es lo único que cuenta.”
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