David Pinero Domínguez vino al mundo el día 11
de marzo (efemérides de San Sofronio de Jerusalén) de 1953. Desde muy
joven supo lo que ...
David Pinero Domínguez vino al mundo el día 11 de marzo
(efemérides de San Sofronio de Jerusalén) de 1953. Desde muy joven supo
lo que era ganarse la vida por sí mismo y desde entonces ha tenido que
desempeñar mil y un trabajos para lograrlo.
Abrió sus ojos a la luz en un pueblecito situado entre
altas cordilleras, La Pesga. Dígase lo que se quiera, pero es un pueblo
con la misma geografía e historia que la legendaria comarca de Las
Hurdes, aunque actualmente pertenezca a la mancomunidad de Tierras de
Granadilla. Por La Pesga correteó David hasta que marchó a Plasencia, a
zambullirse en los estudios de bachillerato.
Estudió lo que buenamente pudo, intercalando el clavar
los codos con su pasión por la música. Le daba a la guitarra eléctrica y
a la pianola. Pasaron los años, hizo el servicio militar y volvió al
pueblo para dedicarse a la apicultura. Luego obtuvo el título
profesional de fotógrafo y se pateó todas Las Hurdes y comarcas aledañas
asistiendo a bodas, bautizos, comuniones o fiestas locales. Alboreando
1976 ingresó en la academia de la Guardia Civil, y luego fue destinado a
la provincia de Huesca. Pasado un año, colgó los hábitos de guardia y
retornó a La Pesga, convirtiéndose en camarero de su propio pub. Se
hizo taxidermista (con título oficial en el bolsillo) y realizó cursos a
distancia de televisión y radio. Ahorró dinero y montó un chiringuito
en las riberas del embalse de Gabriel y Galán.
Al cabo de un tiempo, cambió de aires y se fue como
maquinista con la compañía Dragados y Construcciones. Residió en Mérida
y alternó lo de las máquinas con el oficio de camarero en una sala de
bingo. Su culo de mal asiento le llevó con el tiempo a Barcelona, donde
trabajó en una fábrica de mobiliario de oficinas, y más tarde recorrió
España entera con empresas de obras públicas y como camionero de alto
tonelaje.
David se define a sí mismo como una «persona humilde que
lucha por sobrevivir en este mundo de parados». Además de trabajar en
mil cosas, ha exprimido al máximo sus neuronas, y aparte de sus
remunerados oficios ha sido un inventor bastante conocido en
determinados foros.
Su portalámparas universal, su fregona capaz de fregar y
recoger agua a la vez, su sábana refrigerada por aire, sus raquetas para
andar sobre el agua, su barra antivuelcos para automóviles, sus
maquetas de edificios antitsunamis o su producción de electricidad
gratis mediante una energía desconocida hasta la fecha son algunos de
sus creaciones patentadas. Pero además David es escritor, y ha publicado
varias novelas, cuentos, biografías y ensayos. Y hasta le ha metido el
diente a nuestro himno nacional, registrando oficialmente una letra
para el mismo en el año 2008.
Ahora, ya prejubilado, continúa -según él- «sobreviviendo
como puede». Asentado por enésima vez en su pueblo, emplea su tiempo
en estudios micológicos y en la farmacopea fitoterapéutica. Recoge
hierbas de los montes hurdanos y fabrica todo tipo de lociones, cremas,
ungüentos, alcoholes y aceites para las muchas dolencias que embargan al
cuerpo humano. En estos momentos, se centra en la curación de las
hemorroides y las varices a través de medios radicalmente naturales.
TÍTULO: ALONSO LLEGA CON VIDA AL FINAL,
Fernando Alonso-foto. salvó el KO técnico en Estados Unidos y deja abierta la pugna por el Mundial de fórmula 1 hasta la última carrera en Bras.
Fernando Alonso salvó el KO técnico en Estados Unidos y
deja abierta la pugna por el Mundial de fórmula 1 hasta la última
carrera en Brasil. En Austin se impuso Lewis Hamilton y no Sebastian
Vettel, como apuntaban los indicios de la previa en la clasificación y
marcaba la secuencia de éxitos del alemán. Alonso exprimió todos los
cauces a su alcance para sofocar el incendio y la jugada le salió muy
bien. Vettel fue segundo (18 puntos) y el español tercero (15). El
Mundial sigue sin dueño. El panorama pinta un favorito unánime y un
desafiante con el rasgo de la tenacidad por bandera. Vettel tiene 13
puntos de ventaja para el gran premio de cierre en Sao Paulo (Brasil) y
le basta con ser cuarto para ganar el título. Alonso ya no depende de sí
mismo y su enemigo tiene el campeonato al alcance de la visera, aunque
ayer Vettel no durmió a gusto.
Ferrari encaró el gran premio de Austin por las bravas.
Se despojó de las sutilezas y apuró todos los resortes del reglamento.
Abrió la caja de cambios de Felipe Massa, ubicado en la sexta posición, y
obligó al brasileño a asumir una sanción de cinco puestos en la
parrilla. Consiguió así que Alonso avanzase un escalón (del octavo al
séptimo) y emplazase su coche en la mejor zona del asfalto para afrontar
la salida con más garantías.
Los Ferrari salen de cine este año, un dato que conviene
no pasar por alto cuando se establece como leyenda global que es un
coche lleno de goteras. Alonso no desaprovechó la oportunidad para
clavar la daga y obtener el máximo jugo de la maniobra. Salió
escopetado, como en los mejores tiempos del Renault azul que volaba con
los neumáticos Michelin, y subió la rampa del final de recta con un
botín bajo el brazo. Ganó dos posiciones (a Schumacher y Raikkonen) y
arrancó la primera curva desde el cuarto lugar.
El ovetense, que había situado a su coche noveno en la
formación de la parrilla del sábado en tiempo real (luego llegaron los
castigos a Grosjean y Massa), solo tenía por delante a Webber, Vettel y
Hamilton en el primer giro. Una conquista en toda regla después de los
padecimientos del día anterior. Los otros mecanismos que manejan en
Ferrari y que no coinciden con la creencia popular. Ese habitual y
cansino Alonso no tiene coche.
Con el objetivo cumplido para el español, la carrera
deparó una rivalidad total entre Vettel y Hamilton, los más rápidos en
el trazado norteamericano con mucha diferencia sobre el resto, incluido
Alonso. A toda velocidad se escaparon el alemán y el inglés. Navegaron
en el mismo segundo hasta que el asunto se radicalizó y Hamilton divisó
la victoria para su McLaren. Ahora que ha fichado por Mercedes y Button
tampoco tiene un objetivo claro, resulta alucinante cómo la fábrica
británica de Woking sigue mejorando el monoplaza y regalando décimas a
sus pilotos.
El abandono de Mark Webber dio vida a Alonso. Otra vez
falló el alternador del motor Renault del Red Bull, una pieza que se ha
convertido en la mayor preocupación para el equipo energético y en la
esperanza de sus adversarios. El asturiano se grapó a la tercera plaza
como una lapa y ya no la abandonó hasta el final pese al insistente
acoso de Raikkonen. El finlandés es un fuera de serie, un súperclase que
enseña lo mejor de sí mismo los domingos, cuando se ventilan de verdad
los triunfos y los puntos.
Felipe Massa fue esta vez el mejor escudero de Alonso. Se
sacrificó en la salida a cambio de fidelidad a la empresa que le paga y
no apretó, detrás del asturiano, cuando tenía ritmo en el Ferrari para
soñar con el podio.
La carrera transcurrió anodina durante muchas vueltas,
sin que el precipicio del 14% al final de la recta de meta decretase un
nuevo escenario. Ferrari falló esta vez en el cambio de ruedas (se
atascó el neumático trasero derecho), pero el pequeño desaguisado no
tuvo consecuencias para Alonso. También se equivocaron en el 'box' de
Lotus con las ruedas del bólido de Raikkonen y el asunto quedó en
tablas. Nadie alteró las posiciones y solo Hamilton aportó picante al
guiso.
El inglés se jugó el bigote para asaltar una nueva
victoria y Vettel aguantó hasta el límite del riesgo. Puso en conserva
su ambición durante muchas vueltas, pero cuando apreció que el inglés
comprometía su candidatura al Mundial, esquivó el peligro y asumió como
válida esa segunda posición. Hamilton rebasó a Vettel, le quitó la
victoria y aportó luz en el horizonte de Alonso. Siete puntos son muchos
ahora que el Mundial no tiene vuelta atrás.
Alonso sumó su séptimo podio en las últimas ocho carreras
y salvó la bola de partido con su eficacia habitual. Esa regularidad lo
ha llevado a la última parada del Mundial 2012, Brasil, el tremendo
barrio de Interlagos en la intransitable Sao Paulo. Aunque sus
posibilidades pasan por un error de Vettel. Si el alemán acaba cuarto,
tendrá su tercer título consecutivo. El español debe ganar y el alemán
acabar quinto. O ser segundo y el germano, octavo. O tercero y décimo.
Difícil, en cualquier caso. Alonso ha llegado con vida,
como hizo Vettel en 2010. Ahí empezó su secuencia imperial de triunfos.
El español tiró a la basura entonces quince puntos de renta persiguiendo
fantasmas detrás de Petrov. Tal vez ahora en Brasil pueda recoger aquel
premio.
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