Una fotografía de Megan Fox bajo un letrero donde se leía 'Windows' colgaba del corcho de una de las habitaciones de la productora ...
La cinta, con Elijah Wood y Sasha Grey como protagonistas, combina la comedia, la acción y el terror
El director cántabro rueda entre Madrid y Estados Unidos el thriller tecnológico 'Open Windows'
Foto de Manel Fuentes periodista y presentador nos cuentas estas dos noticias, del día, etc.
Una fotografía de Megan Fox bajo un letrero donde se leía
'Windows' colgaba del corcho de una de las habitaciones de la
productora Apaches Entertainment hará cosa de unos tres años. La
productora española detrás del fenómeno de 'Lo imposible' venía desde
entonces moviendo un proyecto que prometía ser el salto internacional de
Nacho Vigalondo. Hoy aquel proyecto ha pasado a llamarse 'Open
Windows', y se rueda desde hace dos semanas en Madrid, ya no con Megan
Fox -que no era más que una de las opciones de reparto- sino con Sasha
Grey (The girlfriend experience') y Elijah Wood como protagonistas.
En palabras de Vigalondo, se trata de «un thriller que
tiene lugar en tiempo real. La acción se seguirá a través de la pantalla
de un ordenador portátil conectado a Internet. Algo como esto significa
ir más allá del concepto de películas como 'Paranormal Activity',
'Cloverfield' o 'Chornicle'. En vez de simular una cámara de vídeo
domestico nosotros usaremos la pantalla de un ordenador de mesa».
La trama contiene todos los elementos y mecanismos
narrativos que han convertido a Vigalondo en el 'enfant terrible' del
cine español de ciencia ficción: tramas-espejo, querencia por las
estructuras de muñeca rusa, cierto regusto 'conspiranoico', dosis de
humor y de absurdo. Solo que en esta ocasión, la habitual economía de
medios con que se ha movido hasta ahora el cineasta cántabro es
abandonada por una producción un poco más robusta que cuenta con el
prestigioso sello de Wild Bunch en las ventas internacionales, Antena 3,
Apache Entertainment y el apoyo de la productora del mismo Elijah Wood.
El presupuesto ronda los 2,9 millones de euros, cifra que supera la
suma de sus dos anteriores largometrajes, 'Cronocrímenes' y
'Extraterrestre', pero que ni por asomo se compara con los grandes
números que se suelen manejar en este tipo de producciones con estrellas
internacionales.
Para Enrique López Lavigne -productor español de la
cinta-, la limitación presupuestaria no solo es acorde con los tiempos
que corren, sino con la misma naturaleza del cine de Vigalondo.
«Queremos mantener esa economía de medios que ha caracterizado su cine.
Es fundamental. Seria un gran error que pasara a hacer una película de
25 millones. Eso desnaturalizaría su estética. Nacho es un artesano y es
un magnifico fabulador», confiesa el productor.
Buena parte de la puesta en marcha de 'Open Windows' se
fraguó en Austin (Texas). Vigalondo ha pasado a ser un habitual del
Festival de Cine Fantástico de la ciudad texana -uno de los certámenes
más relevantes en el mundo del cine de género- desde que irrumpiera allí
con 'Cronocrímenes' y dos años más tarde con 'Extraterrestre'. Allí
conoció a Elijah Wood y allí se rodará parte de 'Open Windows', en el ya
célebre complejo cinematográfico de culto Álamo Drafthouse, donde se
come y se bebe mientras se degusta un plato de cine de culto. Eso
ocurrirá cuando en unas cinco semanas haya terminado la fase de
producción en Madrid entre interiores y paisajes de polígonos
industriales. El mismo Elijah Wood, protagonista y coproductor de 'Open
Windows', explica: «He querido trabajar con Nacho desde la primera vez
que vi 'Cronocrímenes' y sus increíbles cortos. Nos conocimos en el
Festival de Cine de Austin cuando se acercó con su proyecto, realmente
uno de los films más excitantes y únicos con los que me he encontrado
jamás».
Como Hitchcock
Se rueda en Madrid, pero el idioma es el inglés y el
territorio es el de la red. «La película juega con la idea de navegar
como aventura y como suspense. Es una revisitación del mito de 'La
ventana indiscreta'. Es la idea de Hitchcock llevada al día de hoy de la
forma más extrema. Esa amenaza de que alguien te pueda robar la
identidad y la vida», cuenta López Lavigne.
Todo para montar el castillo de un juego de mentiras.
Porque como apuntan desde la producción: «No hay nada que mienta tan
bien como Internet».
TÍTULO: DE LAS TERMÓPILAS A AFGANISTÁN,.
La espada o la pluma? Antes de nada fue la
espada. Luego los cinceles y los martillos, los pinceles y los frescos,
para dar paso a la pluma con ...
R. G. Grant recoge en '1001 Batallas que cambiaron el curso de la Historia' las principales contiendas de la humanidad,.
La espada o la pluma? Antes de nada fue la espada. Luego los cinceles y los martillos, los pinceles y los frescos, para dar paso a la pluma con la que dejar constancia de las gestas guerreras, grandes para los ganadores y siempre obviables para los perdedores. Dejando a un lado la siempre bíblica pugna entre Caín y Abel, el historiador R. G. Grant aglutina en '1001 Batallas que cambiaron el curso de la Historia' (Grijalbo) las principales contiendas de la humanidad, a lo largo de más de 4.500 años.
El propio Grant es el editor y coordinador de una obra en
la que colaboraron 16 profesores universitarios de todo los rincones
del planeta, expertos en historia militar, historia moderna, política e
investigadores y conservadores de museos, como el Imperial War de
Londres. Según anuncia en el prefacio de la obra, el objetivo del libro
es «explicar con claridad el curso de cada batalla», por lo que
recomienda leerlas en secuencia, «lo que sitúa a cada batalla en su
contexto».
El libro está «organizado por fechas», de manera que,
según Grant, leído de principio al fin -y son nada menos que 960
páginas- «ofrece un panorama del desarrollo de las técnicas bélicas y el
proceso tecnológico a través de la Historia». Este historiador explica
que el «combate armado siempre ha estado disponible como árbitro último
en los asuntos humanos», lo que, a su juicio ha supuesto que las
sociedades capaces de producir armamento superior o de movilizar mayores
recursos para la guerra «a menudo han sobrevivido», mientras que otras,
«posiblemente superiores en virtud o sofisticación cultural, han
perecido».
Y es que Grant, con permiso de Don Pelayo y Covadonga,
pone como ejemplo de la trascendencia de un combate la batalla de
Poitiers, en el año 732, que supuso la victoria contra los musulmanes en
su avance hacia el norte de Europa. Aquí recuerda que Edward Gibbon,
historiador del siglo XVIII, sugería que de haber sido otro el
resultado, «hoy se enseñaría Corán en las escuelas de Oxford».
El libro comienza en el año 2450 antes de nuestra era con
la guerra en Sumeria, entre las ciudades estado de Lagash y Umma. Pasa
por las contiendas del antiguo Egipto, la célebre Troya de -1.250, la
bíblica de Gilboa, las contiendas asirias, persas, las primeras gestas
de Roma, la Médicas y las célebres de las Termópilas y Salamina, en el
-480.
Para ilustrar estos combates, acompaña las citas con
grabados, esculturas e imágenes de las batallas. Así, el lector llega a
las conquistas de Alejandro Magno, las Guerras Púnicas, la guerra de las
Galias dirigida por Julio César, los conflictos en China y los
enfrentamientos judeo-romanos. La primera batalla de nuestra era tuvo
lugar en el Bosque de Teutoburgo y enfrentó a romanos y germanos al este
del Rin. Las hazañas de Carlomagno, los vikingos, los francos y los
bretones, los magiares y los normandos dan paso a las gestas de los
cruzados y su caída en la batalla de Hattin, el 4 de julio de 1187,
donde Saladino destrozó a los cristianos. Dentro de estas guerras de
religión, el libro dedica un apartado a la llamada cruzada albigense,
encabezada por el rey de Francia y la Iglesia católica, contra los
cátaros, en el sureste del país. Grant recoge también del medievo la
guerra de los Cien Años, la guerras otomanas, las conquistas portuguesas
en América y la Guerra de los Treinta años.
Edad contemporánea
Del siglo XVIII, la obra destaca la campaña francesa de
Egipto, la guerra de independencia de EEUU, la Revolución Francesa y las
victorias y derrotas de Napoleón. Cien años después son las batallas
que tienen como escenario Estados Unidos -contra México, la secesión
estadounidense, la revolución en Texas-, la guerra de Crimea, la
rebelión india, Afganistán o las independencias de los países
hispanoamericanos las que cobran interés. La centuria termina con las
guerras chino-japonesas.
De la primera parte del siglo XX el volumen recoge las
guerras chino-japonesas, la revolución mexicana, la revolución rusa y la
I Guerra Mundial. En la segunda parte del siglo XX se habla de la II
Guerra Mundial, Chechenia, la guerra de los Seis Días, Angola, Corea,
Indochina, Vietnam, Yom Kippur, Irán-Irak, las Malvinas, la guerra del
Golfo y la guerra de Irak. La última batalla recogida -casi 4.500
después de la primera- es la ofensiva aliada de la ISAF contra los
insurgentes talibanes entre el 13 y el 18 de febrero del 2010, en
Marjah, localidad de la provincia afgana de Helmand.
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