Directores de banco persiguen a Manuel desde que alguien insinuó erróneamente que podría ser el ganador del premio más grande que se ha entregado en la región.
La búsqueda del millonario que se iniciaba el pasado viernes, cuando un boleto sellado en Gévora era premiado con 36 millones en el Euromillón, ha terminado. El afortunado es un trabajador de 60 años, próximo a la jubilación, casado y con dos hijos y que no se plantea volver a trabajar en su vida porque más de 36 millones dan para mucho.El misterio de los 36 millones llega a su fin. BADAJOZ-foto.
Aunque en un principio se rumoreaba que el ganador era un bombero de Badajoz, aseguran quien lo conoce que no lo es, pero sí muy buena persona y que se merece este regalo de la fortuna. Su familia tenía una tienda en una barriada pacense muy conocida. De ella vivían hasta que el negocio empezó a ir mal. Pero el viernes cambió todo. Una de sus primeras inversiones ha sido pasar ayer por la tarde por un concesionario de automóviles en Badajoz y comprar cuatro coches de lujo; para él y para sus familiares más directos.
título: Búsqueda de un millonario
Mientras se desvelaba el misterio Gévora era un hervidero de curiosos y vecinos que apuntaban a Manuel, un bombero de Badajoz, como el presunto afortunado.
Este funcionario de mediana edad ya tenía asumido que durante una buena temporada recibiría la enhorabuena de cuantas personas lo conocen. «En el barrio de San Roque todo el mundo me da por ganador. Hasta que no pasen dos o tres semanas y la gente me vea igual, yo creo que no se va a solucionar», confesaba ayer a los micrófonos de HOY.
Eran las 12.30 del mediodía de ayer cuando abrió la puerta de su vivienda de Gévora, un adosado de la zona nueva. En la casa relató con tranquilidad cómo se siente un 'presunto' millonario que, para desgracia suya, se ha quedado en el presunto. «La pena es que no sea cierto», confesaba sereno. «No deja de llamar gente, el fin de semana entero ha estado sonando el teléfono sin parar. Y todo el pueblo cree que me ha tocado a mí».
Manuel no quiere fotografías y asegura que la única coincidencia entre él y el agraciado es que ambos sellaron el boleto en el quiosco de la plaza. «A mí es imposible que me toque esa cantidad. Yo echo en la máquina un euro y con eso no es posible coger tantos millones».
Sus palabras no dejan lugar a la duda, pero muchos no le creen; y ese es el problema. La prueba está en que un representante del Banco de Santander lo telefoneó ayer mismo interesándose por el premio que había caído en sus manos. Y lo mismo ocurrió el domingo en el parque de bomberos: dos directores se desplazaron hasta allí preguntando por Manuel.
La razón está en las informaciones que lo relacionan con el premio más importante que ha caído en la región hasta ahora: 36.556.782 euros (algo más de 6.000 millones de pesetas), pero que ha agraciado a otra persona, de nombre Juan para más señas, que tiene casa en el pueblo aunque es de Badajoz.
El caso es que en Gévora no dejan de hacer cábalas. Quien más quien menos ya se ha puesto el disfraz de ganador y fantasea con lo que habría hecho si ese chorreo de dinero le hubiese caído encima. «Es que no son 500 ni 600 millones de pesetas: son 6.000. Una persona de 30 años que viva hasta los 70 podría gastar 425.000 pesetas diarias. Sólo en intereses, se llevaría 6.000 euros diarios», aseguran Antonio Aranda y Belén, dos trabajadores municipales.
Ambos aseguran que un familiar hizo la cuenta el domingo y que desde entonces imaginan qué habría sido de ellos si hubiesen tenido el boleto ganador. «Yo repartiría entre la familia. Y también miraría un poco por la mejora del pueblo. Con esa cantidad hay facilitad para hacer obra social», añadía Belén.
título: En bata a por el premio
En su caso, jamás se sintió ganadora. Pero en Gévora hay varios vecinos que soñaron con ser los afortunados. Entre ellos, María Velo, que trabaja en el restaurante al que da nombre su apellido. «Yo me vine con la bata y el pijama al bar a las dos de la madrugada a ver mi boleto, porque nosotros también jugamos. Incluso llamé a mi novio, que trabaja en Olivenza, y venía nervioso por el camino. En el fondo, pensaba que no podía ser, porque hace falta mucha suerte para ganar un premio así. Pero había que comprobarlo».
Con boleto y sin dinero, María es una de las encargadas de recibir a los periodistas que visitan estos días la localidad de Gévora. Todos buscan al agraciado, aunque el ganador de la astronómica cantidad que reparte el Euromillón podría vivir lejos, hasta en Badajoz.
«Puede ser incluso alguien de Sagrajas o de Novelda. El mismo día de Reyes vino mucha gente de fuera al pueblo y también tenemos una cooperativa de transportes por la que pasa gente de todas partes -concluye Belén-. Aquí hay mucha curiosidad y envidia sana. También habrá envidia mala, pero la mayoría de la gente se alegra de que alguien que vive aquí haya ganado tanto dinero».
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