domingo, 22 de enero de 2012

SOMO MÁS CON EMILIO GUTIÉRRE CABA./ EN UN BAR DE BUENOS AIRES.

TÍTULO: DESAYUNO DE DOMINGO CON EMILIO GUTIÉRRE CABA.

Emilio Gutiérrez Caba-foto-
``Cada recorte en TVE es una venganza por un modelo que funciona´´.
Nací en Valladolid hace 69 años. Soy actor. Bisnieto, nieto e hijo de actores. Poseo dos premios Goya. Interpreto a Van Helsing en la versión teatral de `Drácula´.



XLSemanal. ¿Champán o `caba´?
Emilio Gutiérrez Caba.
Siento estropearte la coña, pero prefiero el champán al cava. Eso sí, con uve.


XL. Pensé que me iba a decir que prefería un `Cortázar Gran Reserva´.
E.G.C.
Es que no existe. Es un vino creado para Gran Reserva, la serie. Aunque yo creo que se vendería bien.


XL. Si, en vez de ser actor, fuese usted un plato, ¿con qué vino maridaría?
E.G.C.
Soy un tipo con sentido del humor. Me iría un espumoso blanco.


XL. A los 69, ¿también se le puede subir a uno el éxito a la cabeza?
E.G.C.
No, en absoluto. Se sube cuando tienes mil millones de euros en el banco, pero no se ha dado el caso.


XL. Toni Cantó, diputado. ¿Se anima?
E.G.C.
No, pero me parece bien. ¿Qué capacidad política tiene Rajoy que no pueda tener un actor o un fontanero?


XL. Lo de `revivir´ a Drácula, ¿tiene algo que ver con esta pertinaz crisis?
E.G.C.
Buena pregunta. Pero no creo que haya habido mala intención en eso.


XL. Lo decía porque, al parecer, estamos rodeados de `chupasangres´.
E.G.C.
Sin lugar a dudas. Basta con ver la peli Inside job para darse cuenta. Estamos rodeados de monstruos. El capitalismo se está autoliquidando. ¿Pero qué podemos hacer frente a eso?


XL. Se lo pregunto al Van Helsing que lleva dentro: a Angela Merkel, ¿ajos o, directamente, estaca?
E.G.C.
[Ríe]. ¡Esa señora es tremenda! ¡Una pura y dura prusiana! Yo le aplicaría primero los ajitos y, luego, si no le van bien, la estaca. Porque ella nos ha metido en esto. No está siendo generosa con Europa. Y eso le pasará factura a ella y a su partido.


XL. Los fatídicos recortes amenazan el modelo de TVE. ¿Cómo lo lleva usted?
E.G.C.
Mal. No hay que recortar, sino administrar bien el dinero que se tiene. Cada recorte en TVE es una venganza por un modelo que funciona muy bien.


XL. Puso a Jorge Javier Vázquez en su sitio al recoger el Ondas.
E.G.C.
No, yo al él no lo puse en su sitio, sino al jurado. Les dije que creía que era un premio excesivo. ¡Dios me libre de haberme metido con él!


XL. Valore lo ocurrido con La noria.
E.G.C.
Eso es pura hipocresía de los anunciantes; no del programa.


XL. Apenas trasciende nada de su vida privada. ¿Tanto tiene que ocultar?
E.G.C.
No, al contrario. Yo no soy Elsa Pataky, en ese sentido. Ella tiene algo que ocultar porque se opera de muchas cosas. Yo no me he operado de nada.

Su Desayuno es el siguiente:

MUY `BRITISH´.«Té con leche. Lo acompaño siempre que puedo con pastas, o con rosquillas, o con tejas, o con cualquier puntito de dulce que haya por casa en ese momento».

TÍTULO: EN UN BAR DE BUENOS AIRES.

Me encuentro en Buenos Aires, tomando un café con la escritora venezolana Dulce Rojas. Discutimos sobre la idea de la paz, que últimamente se ha mantenido muy distante del corazón humano. Dulce me cuenta, entonces, la siguiente historia:

Cierto rey ofreció un gran premio para el artista que mejor retratara la idea de la paz. Muchos pintores enviaron sus trabajos al palacio, mostrando bosques al atardecer, ríos tranquilos, niños corriendo en la arena, arcoíris en el cielo, gotas de rocío en un pétalo de rosa…

El rey examinó todo el material que le habían enviado, pero terminó seleccionando apenas dos trabajos.

El primero mostraba un lago tranquilo, espejo perfecto de las poderosas montañas y del cielo azul que lo rodeaban. Aquí y allá se veían pequeñas nubes blancas, y quien se fijase con cuidado vería en el extremo izquierdo del lago una casita con la ventana abierta, y con su chimenea despidiendo humo, lo cual era señal de una cena frugal, pero apetitosa.

El segundo cuadro también mostraba montañas. Pero estas eran escabrosas, con sus picos abruptos y escarpados. Sobre las montañas, el cielo estaba implacablemente oscuro, y de las nubes cargadas salían rayos, granizo y una lluvia torrencial.

La pintura resultaba chocante frente al resto de los cuadros enviados al concurso. Sin embargo, cuando se observaba el cuadro en detalle, se advertía en una grieta de una roca inhóspita un nido de pájaro. Allí, en medio del violento rugir de la tempestad, acurrucada en perfecta calma, había una golondrina.

Al reunir a su corte, el rey eligió esta segunda pintura como la que mejor expresaba la idea de la paz perfecta.

Así explicó su elección:

–La paz no es lo que encontramos en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro, sino lo que permite mantener la calma en nuestro corazón, incluso rodeado de las situaciones más adversas. Este es su verdadero y único significado. Cómo aprende la jirafa

Mi generación fue (bien) alimentada con las biografías escritas por Irving Stone, que retrataban a hombres como Miguel Ángel, Van Gogh o Charles Darwin. Cuando le preguntaron si él veía algún vínculo que conectase a todas estas personas, Stone respondió:

«La mayoría de ellos fueron atacados, derrotados, insultados y, durante muchos años, parecía que no llegarían a ningún lugar. No obstante, cada vez que rodaban por tierra, tenían la capacidad de levantarse e intentarlo una vez más. Los grandes genios son aquellos que nunca le dieron a su enemigo el poder de destruirlos». El comentario de Stone le hizo a un amigo acordarse de A view from the zoo, un interesantísimo libro en el que Gary Richmond establece paralelismos entre el comportamiento animal y el humano. Puede que una de sus más agudas observaciones sea aquella en la que describe los primeros momentos en la vida de una jirafa.

Para empezar, el bebé se precipita contra el suelo desde una altura considerable. La madre, con su largo cuello, se mueve un poco a un lado y ve a su cría luchando para ponerse en pie. Inmediatamente, ella extiende su larga pata, propinándole un golpe no muy delicado a la jirafita, que sale rodando sobre sí misma. Esto se repite numerosas veces, hasta que, ya cansada, la recién nacida logra finalmente levantarse para ponerse a salvo de tan agresivo comportamiento.

En este momento, en lugar de mostrarse orgullosa, la madre presenta un comportamiento extraño: una vez más patea a la cría, que cae y vuelve a levantarse más deprisa.

¿Por qué? Ella quiere que la jirafita aprenda rápido que va a vivir en un mundo lleno de leones, hienas, leopardos y cazadores.

Si no aprende a levantarse inmediatamente cuando cae, nunca podrá disfrutar de la vida que se abre ante ella.

La paz no es encontrarnos en un lugar sin ruidos, sino lo que permite mantener la calma incluso en situaciones adversas.

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