Vicente Vallés y Xabier Fortes convirtieron a 'La noche en 24 horas' en un referente de la información sosegada y plural, una charla tranquila ...
Conduce 'La noche en 24 horas' tras el éxito de Xabier Fortes y Vicente Vallés: «Me dijo, ¡ánimo, campeona!».
Foto de Marilo Montero trabaja en el programa Las Mañanas en La 1.
Vicente Vallés y Xabier Fortes convirtieron a 'La noche
en 24 horas' en un referente de la información sosegada y plural, una
charla tranquila antes de irse a dormir. Ana Ibáñez (Haro, La Rioja,
1981) es la nueva cara del debate nocturno del canal informativo de TVE.
Lleva 'entrenándose' seis años en la casa: Servicios informativos de
TVE, 'A fondo', 'La tarde' y 'La mañana en 24 horas'... Pero no es
pequeño el reto que ha asumido.
- ¿Con qué ánimo se puso al frente del programa?
- Muy ilusionada pero también con responsabilidad, porque
hasta ahora 'La noche en 24 horas' ha sido un programa de referencia y
esperamos que lo siga siendo. Estamos apostando por la tertulia y el
debate. Este año, más que nunca, queremos que sean los espectadores los
que tengan cosas que decir.
- Vicente Vallés y Xabier Fortes dejaron el listón muy alto.
- Estoy muy tranquila porque el equipo con el que trabajo
es el mismo que estuvo con ellos, no ha cambiado. Vicente y Xabier
decían, y lo mismo digo yo, que somos un grupo que está muy bien
engrasado. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. Además, somos una piña
tanto en lo profesional como en lo personal. En lo que a mí respecta,
aportaré trabajo, trabajo y más trabajo.
- Ellos pusieron su sello.
- La intención de los primeros veinte segundos es hacer
un resumen de lo que ha dado de sí la jornada. Caminas en una línea muy
estrecha y muy difusa entre lo que es información y opinión, pero
nuestra labor es informar. Para opinar ya están los invitados.
- ¿Les ha llamado?
- A Xabier le debo una llamada, pero me ha dado mucho
ánimo a través de Twitter. Yo era una seguidora incondicional suya,
aunque no tuve la oportunidad de conocerle como a Vicente. Él me llamó
por teléfono y me dijo: '¡Ánimo campeona!'.
«Los retos me ponen»
- ¿Sintió vértigo cuando le propusieron 'La noche...'?
- Cuando te enfrentas a algo nuevo siempre da vértigo,
pero me hacía mucha ilusión embarcarme en algo distinto. Y este espacio
tiene todo lo que le gustaría a un periodista en su programa:
entrevistas, crónicas, reportajes&hellip Ahora voy a poder
experimentar la actualidad de una forma distinta. Los retos me ponen.
- ¿Vive enganchada veinticuatro horas a la actualidad?
- Trabajar en este canal te obliga a ello. Yo he pasado
por todos los turnos y se trabaja de forma distinta. Ahora desde el
minuto uno por la mañana estoy oyendo la radio.
- ¿Es duro bregar con los tertulianos?
- (Risas) Algunos hablan más y otros menos. Los conozco
muy bien y sé cómo es cada uno. Hay que intentar no pisarse y que la
gente de casa se entere bien de lo que dicen, que sea una tertulia
educada y enriquecedora.
- ¿Qué tiene su compañero Pepe Hervás para ser tan querido por el público?
- Se pasa todo el día escarbando entre prensa, revistas y
ahora también en los digitales. Los cambios que hemos hecho han sido
para que el pobre pueda tener más tiempo y no le tengamos que cortar.
- ¿Cómo vivió el cambio de presentadores de este verano?
- No te voy a engañar, algunos no me han gustado. Pero es
verdad que todos los cambios han sido con gente de la casa y eso sí es
de agradecer. Pasa todas las temporadas, siempre hay fichajes que
sorprenden. Son decisiones empresariales.
- Pero esos cambios pueden confundir a la audiencia.
- A los políticos hay que darles un margen de cien días para ver cómo lo hacen. Esto es igual, es una cuestión de rodaje.
- ¿Qué le gusta hacer en las otras '24 horas'?
- Salir a correr. Tenemos en la cadena un grupo de gente
que nos juntamos para hacer footing, y para la cañita de después. Pero
eso lo tengo un poco abandonado.
TÍTULO: ANA BOYER E IVAN SÁNCHEZ, ¿ JUNTOS?,.
Iván Sánchez y Ana Boyer podrían convertirse en la nueva pareja de ... que podrían publicarse instantáneas de ambos juntos y confirmarse así ...
Se habla de las diferencias entre uno y otro mientras se publican fotos del romance.
Iván Sánchez y Ana Boyer
podrían convertirse en la nueva pareja de moda. Sin embargo, hay
quienes no apuestan mucho por la relación, por las diferencias entre uno
y otro, que frecuentan amistades y ambientes distintos.
Iván Sánchez y Ana Boyer habrían coincidido en la celebración de una competición deportiva patrocinada por Land Rover.
Durante la misma se conocieron y desde entonces, han continuado
estrechando y cimentando su relación de manera discreta. Podría tratarse
de un auténtico flechazo.
Por ahora, los protagonistas de la historia han
conseguido despistar a los gráficos y mantenerse alejados de los
objetivos de los fotoperiodistas, aunque pronto se dice que podrían
publicarse instantáneas de ambos juntos y confirmarse así su romance
entre los dos guapos.
La próxima vez que los fotógrafos capten a Ana Boyer será en un gran evento, la boda de su hermanastro, Julio José Iglesias. El concursante de la primera edición de Tu cara me suena contrae nupcias con la modelo belga Charisse Verhaert el sábado 3 de noviembre, y estará arropado por toda su familia, Julio Iglesias e Isabel Preysler incluidos. Pero no se espera que la joven acuda acompañada.
Por su parte, el actor de 37 años es conocido no por su famosísima familia sino por su trabajo en series televisivas como "Hospital Central", "Hispania" e "Imperium". La última vez que lo hemos visto en la pequeña pantalla ha sido en la serie histórica de Antena 3, en la que retomaba el papel de Fabio que ya había interpretado en Hispania. Sus papeles más relevantes han sido encarnando a Santiago Fisterra en La reina del sur y como el médico del SAMUR Raúl Lara en Hospital Central. Precisamente en el reparto de la serie médica de Telecinco coincidió con la que fue su esposa, Elia Galera, de la que actualmente está separado, y con quien tiene dos hijos.
TÍTULO: EL HOMBRE DE OBAMA EN ESPAÑA:
Entró en mitad de una reunión que se
celebraba en una sala de la Casa Blanca, en Washington, y tomó asiento
en la mesa. Ya le conocía ...
El mago del voto hispano en las presidenciales de EE UU nació en Canarias. Juan Verde, 41 años, vive entre Washington y una aldea de Orense, por donde pasea con su perro y un burro zamorano. Está casado con una hija de Adolfo Domínguez,.
Entró en mitad de una reunión que se celebraba en una
sala de la Casa Blanca, en Washington, y tomó asiento en la mesa. Ya le
conocía, pero era la primera vez que trabajaba mano a mano con Barack
Obama como presidente de Estados Unidos. Sentarse junto al hombre más
poderoso del mundo y sentirse parte de su equipo debe ser uno de esos
momentos que se guardan en la memoria como un fotograma. Por eso no pudo
dejar de preguntarse «¿qué hago yo aquí?». Quizás entonces, Juan Verde
(Telde, Gran Canaria, 1971) volvió a ser aquel adolescente canario de 15
años que llegó a estudiar a Boston sin saber una frase de inglés y que
miraba al cielo desbordado, cegado por los inmensos edificios que
crecían en la ciudad. No se podía imaginar que años después cabalgaría
sobre esa bestia feroz bautizada como 'el sueño americano', ni que en
2012 se convertiría en un mago del marketing electoral. Es uno de los
hombres que 'tienen' en sus manos el voto hispano en las presidenciales
de Estados Unidos: la reelección de Barack Obama o el asalto de Mitt
Romney, la futura historia del mundo que se juega el próximo martes.
La cita con Juan Verde es en Madrid, en un despacho
amplio y aseado del barrio de Salamanca, sin corbata ni chaqueta, con
los puños abrochados por dos gemelos de la Casa Blanca, exclusivos del
equipo de Obama, única concesión al boato. En ese espacio pulcro, el
codirector internacional de la campaña del Partido Demócrata se sienta
del mismo lado de la mesa que el entrevistador y explica por qué el voto
hispano es clave en estos comicios. «En el sistema electoral
norteamericano se gana todo o nada. El que tiene el 51% de los votos se
lleva a todos los electores de ese estado. Luego hay que tener en cuenta
que en cinco territorios se acumula el 80% de la población -Florida,
Nueva York, Illinois, Texas y California- y si no ganas al menos en tres
de ellos no serás presidente. Además, en todos hay un gran peso del
voto hispano». Él mismo lo comprobó cuando colaboraba en la campaña de
Al Gore: en la latina Florida George Bush le ganó una partida de 300
millones de habitantes por 583 papeletas.
En EE UU hay 53 millones de hispanohablantes. «Eso es más
que la población española. Si fueran independientes, serían el país
hispano de mayor poder adquisitivo, con una renta per capita de 29.000
dólares». Verde fue uno de ellos. El que piense que este colectivo está
compuesto por «gente que trabaja de ilegal en el campo, recogiendo
fruta, se equivoca». Él mismo erró el tiro en sentido contrario. «Cuando
llegué me imaginaba que todos eran rubios, de ojos azules y 'cowboys'».
Así que ahora aporta un dato contra los estereotipos: «El año pasado en
EE UU se vendieron más tacos que hamburguesas».
Juan Verde llegó en 1986 a Estados Unidos. Aterrizó en
Boston de la mano de una familia de emigrantes cubanos a los que sus
padres habían ayudado en Canarias. La idea inicial era quedarse un mes,
pero la estancia se fue alargando... Estudió Ciencias Políticas gracias a
una beca en la Universidad de Boston y más tarde hizo un máster en
Harvard. En 1993 obtuvo la nacionalidad.
Al Gore, Ted Kennedy...
Era un chico listo. Comenzó a colaborar en la campaña a
las municipales de Ray Flynn, alcalde de Boston, y a partir de ese
momento su carrera fue meteórica. Pasó a ser asesor de Flynn y a
trabajar en una concejalía. Después despuntó en Washington como
encargado de las relaciones comerciales entre Europa y EE UU, un cargo
equivalente al de un secretario de Estado español, y formó parte de los
equipos de Al Gore, Ted Kennedy, Hillary Clinton y por fin de Obama.
-¿Cuál es la clave de su éxito?
-Desde que llegué siempre me sentí un hispano. Los
españoles tienden a mirar por encima del hombro a los demás latinos,
pero para el norteamericano da igual si eres español, venezolano o
guatemalteco: eres un hispano. Yo siempre me sentí parte orgullosa de
esa comunidad y creo que ese fue mi éxito.
En 2008, Juan Verde trabajaba para Hillary Clinton en las
primarias demócratas. En una reunión de antiguos alumnos se encontró
con un amigo de estudios en Harvard, que le contó que estaba en el
equipo con Obama. «Tienes que conocerlo», le invitó. «Lo encontré en
Miami y, como tantos, me enamoré de él, de su energía. Sentí esa
pasión». Entonces, su jefa seguía siendo el enemigo: Hillary ya no tenía
opción a ganar las primarias, pero todavía no había tirado la toalla.
En eso sonó el teléfono. Ella lo dejaba por imposible y él quedaba
libre. El resto forma parte de la Historia: por primera vez un negro
alcanzaba la presidencia de EE UU. Meses después, Juan Verde repasaba
esta aventura en aquella reunión de la Casa Blanca con la que comienza
este reportaje.
Desde entonces, mantienen una relación profesional
cercana. Durante estos años, lo que más ha sorprendido al presidente es
«lo heterogéneo de la comunidad hispana». Y lo que más ha impresionado a
Verde es la capacidad de asimilar de Obama, que en una ocasión le
desconcertó con un comentario: 'Sé que Canarias recibe su nombre por un
animal, y no es un pájaro'. Efectivamente, es por los canes, es la
tierra de los perros. «Es una persona brillante y es difícil asesorar a
un tipo así de brillante, a alguien que sabe más que tú».
-¿Ganará?
-Sí, pero va a ser por un margen ajustado que vamos a tener que pelear.
- En algún momento, con sus meteduras de pata, ha dado la impresión de que Romney estaba haciendo todo lo posible para perder...
-No crea. Hemos tenido mucho menos dinero para la campaña
que el Partido Republicano. Sheldon Adelson, por ejemplo, ha donado
cien millones de dólares para que pierda Obama. Es de locos. Es en la
recta final donde se invierten más esfuerzos.
Detrás de la pátina sofisticada, de las reuniones en
Washington, de los baños de poder que rodean al personaje, bulle una
vida lejana en un bosque. Las raíces de Juan Verde crecen en el campo,
una pasión casi obsesiva. Casado con Tiziana, una de las hijas de Adolfo
Domínguez, y padre de Alegra (cinco meses), a la espera de volver -o
no- al Gobierno de EE UU, vive en una finca de Santa Marta, una aldea de
Orense. El precio a pagar son todos los aviones que toma. El beneficio,
pasear por el bosque con su perro y un burro zamorano que le regaló un
amigo.
Cuando Al Gore lo contrató para dirigir su proyecto sobre
el Cambio Climático en España, le aseguró que lo fichaba por su nombre:
'John Green'. Hay algo más. A final de año, su familia hace un cálculo
de la huella de carbono que dejan sus vuelos y la compensan. «Son unos
500 o 600 euros en un fondo de inversión. Se pueden plantar árboles o
pagar a otro para que los plante. Yo no tengo tiempo para lo primero».
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