Todo lo que sé es que había cientos de manos arrancándome la ropa y violando brutalmente mi cuerpo. No había escapatoria. Todos decían .
PAULA ROSAS-foto,.
Todo lo que sé es que había cientos de manos arrancándome la ropa y violando brutalmente mi cuerpo. No había escapatoria. Todos decían que me estaban protegiendo y salvando, pero todo lo que sentí del círculo (de hombres) que se cernía sobre mí, pegándose a mi cuerpo, era la violación (.); alguien incluso intentó besarme.». Este escalofriante y brutal asalto ocurrió en Egipto el pasado 25 de enero en mitad de la plaza Tahrir de El Cairo, mientras miles de personas protestaban contra el Gobierno de los Hermanos Musulmanes. No fue ni ha sido la única agresión. Sólo en ese día se contabilizaron hasta 19 en ese mismo lugar. Varias de las víctimas tuvieron que ser hospitalizadas.
Desde la misma noche en la que Hosni Mubarak fue obligado
a dimitir, los ataques sexuales contra mujeres en este ágora
revolucionaria se han repetido con cierta frecuencia, pero se han
intensificado en las últimas semanas. Asociaciones de derechos humanos y
movimientos que trabajan para proteger a las manifestantes denuncian
que se trata de violaciones orquestadas, protagonizadas por grupos de
hombres que saben cómo, cuándo y dónde llevarlos a cabo, y cuyo fin es
crear pánico entre el colectivo femenino para que dejen la protesta.
No todas las víctimas reúnen el coraje para relatar su
historia. El estigma social es demasiado alto y la reacción de muchos
egipcios sigue siendo la de responsabilizar a las víctimas por
encontrarse en la calle a esa hora o en ese lugar. Las experiencias que
relatan estas mujeres, públicamente o a psicólogos de distintas ONG son
muy similares. «Empiezan a ser rodeadas de hombres, que consiguen
separarlas de los amigos o familiares con los que van. El número de
hombres aumenta rápidamente y empiezan a manosearlas», explica Engy
Ghozlan, una de las activistas que participa en la Operación Anti Acoso
Sexual, un grupo formado el pasado noviembre por voluntarios y
organizaciones de derechos de la mujer que da apoyo a estas víctimas e
interviene en sus rescates. El movimiento ha abierto varias líneas de
teléfono para denunciar los casos y pedir ayuda.
Algunas de las mujeres consiguen ser sacadas del tumulto a
tiempo, pero otras no, y acaban siendo desnudadas en público por esa
turba de descontrolados, que en muchas ocasiones ha terminado por violar
a estas mujeres hasta dejarlas inconscientes. «En un momento escuché a
un grupo de jóvenes a mi izquierda acordando trasladarme a otro lugar,
según decía uno de ellos, 'nos la llevamos y después, uno a uno,
chicos'», relata la joven que contó su testimonio al centro Nazra de
Estudios Feministas, después de ser arrastrada desnuda por varios
callejones y pasar por delante de al menos dos comercios que no abrieron
sus puertas para rescatarla.
La denuncia de los movimientos que acuden al rescate de
las víctimas es siempre la misma. «Ni los partidos políticos ni las
autoridades hacen nada por solucionarlo», sostiene Ghozlan, que
considera que las formaciones políticas que organizan las
manifestaciones y concentraciones en la plaza Tahrir deberían ser
responsables de asegurar el espacio público donde va a tener lugar la
protesta, ya que la presencia de la Policía, en el ambiente de tensión
que se vive en Egipto, lo único que consigue a veces es empeorar la
situación. «Las violaciones son cada vez más violentas y organizadas y
no sabemos quién está detrás, pero podemos asegurar que no son
arbitrarias», denuncia esta activista.
Arma del viejo régimen
Las organizaciones no gubernamentales que siguen este
terrorífico asunto aseguran que la violencia contra las mujeres ya era
un arma utilizada para aterrorizar durante la época de Hosni Mubarak.
«Pero ahora se trata de un acto planificado. Estos hombres están
entrenados, saben cómo acercarse a sus víctimas y en qué momento atacar,
actúan siempre de la misma manera», reconoce Mona Hamid, del Centro
Nadim para la Rehabilitación de Víctimas de la Tortura, un grupo que
también ofrece tratamiento psicológico y asesoramiento legal a las
víctimas de estas agresiones. «Lo que hay que preguntarse es quién se
beneficia de que las mujeres dejen de ir a las manifestaciones en la
plaza Tahrir», apunta Hamid.
Estos grupos han documentado decenas de ataques, pero
hasta la fecha no se ha producido ni una sola detención. La plaza que
simbolizó el ansia de los egipcios por un futuro mejor se ha convertido
en un lugar poco seguro para las mujeres. Los manifestantes se
enorgullecían durante las protestas de que Tahrir era «el lugar más
seguro de Egipto» y que no era necesaria la presencia de las fuerzas de
seguridad para mantener la calma en el lugar. Ese Tahrir hace mucho
tiempo que dejó de existir y hoy en día, las violaciones se suceden y
quedan impunes.
Por primera vez la semana pasada, y después de que se
denunciaran decenas de casos, el fiscal general de Egipto, Talaat
Abdallah, ordenó una investigación por la violación de una joven de 19
años en la plaza Tahrir el mismo día que se cumplía el segundo
aniversario de la revolución. «Las autoridades no han hecho ningún tipo
de esfuerzo por intentar investigar los casos o buscar a los culpables.
No se ha producido ni una sola detención», denuncia Hamid, cuya
organización está recopilando testimonios e información para presentar
un caso «contra el presidente Mohamed Mursi, el Ministerio del Interior y
todos los que sean responsables de que esta violencia se repita
impunemente en las calles de Egipto».
TÍTULO: LA GALERA SEMIFINALISTA POR PRIMERA VEZ- CARNAVAL,.
Se dedicaron un pasodoble a ellas mismas para reivindicar que su estilo de murga también forma parte del Carnaval pacense, «que aquí,.
Se dedicaron un pasodoble a ellas mismas para
reivindicar que su estilo de murga también forma parte del Carnaval
pacense, «que aquí cabemos todos», decían. Y sí, este año, por lo menos,
también caben en las semifinales. La murga femenina La Galera supera,
por primera vez, el escalón de las preliminares y volverá a cantar en el
López de Ayala. En 2010 se quedaron justo a las puertas (en el puesto
19) y ahora, después de un año de descanso, pueden presumir de
semifinalistas. Será la única murga con voces de mujeres que se
escuchará a partir de mañana en el teatro.
El viernes por la noche se anunciaron los 18 nombres que
pasan la primera ronda. La lista de los seleccionados se anunció desde
el balcón del López de Ayala que da la plaza de Minayo. El jurado tardó
aproximadamente algo más de media hora desde que terminó la última murga
en hacer público el veredicto.
El resultado estuvo marcado por la descalificación de
Marwan (por coincidencias musicales en el cuplé con otro de Cádiz de
2005), que dejó un hueco libre para otra agrupación, puesto que hubiera
sido una de las semifinalistas.
No hubo grandes sorpresas entre los seleccionados, aunque
entre la afición murguera faltó el pase de alguna agrupación femenina
más. De las cinco que participaban, solamente ha superado este primer
examen del certamen La Galera, pero se echó de menos alguna más, como
Las Sospechosas, que sorprendieron gratamente al público con un
repertorio crítico con la corrupción política; o las Chimixurris, que
sonaron bastante bien y presentaron una puesta en escena muy llamativa
con la recreación de la romería de Bótoa con todo lujo de detalles.
Estaba hasta Emilio González Barroso sorteando el ramo de la Virgen.
Asimismo, cantarán en semifinales todas las agrupaciones
que vienen de la provincia: La Mascarada (de Almendralejo), Los Repescas
(de Alconchel) y las tres agrupaciones de Olivenza, Los 3W, Los
Camballotas y Los Sikitrakys, que fueron los que el viernes cerraron la
fase de preliminares.
Los demás resultados eran prácticamente los esperados.
Quizás Los Peleles, que el año pasado se quedaron al borde de la
semifinal, esperaban este año dar ese paso (en 2011 sí se clasificaron y
quedaron en el puesto 12).
En tres días
Las semifinales se desarrollarán de lunes a miércoles a
partir de las 21.30 horas y cada día actuarán seis agrupaciones. Las
entradas para esta fase se pondrán a la venta esta tarde, en la taquilla
de la plaza de toros, a partir de las 18.00 horas. El precio es de 9
euros para el patio de butacas y de 6 euros para el anfiteatro.
El miércoles, después de la última actuación, se dará los
resultados de las ocho murgas que competirán en la gran final, que
tendrá lugar el viernes 8 a partir de las 22.00 horas.
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