domingo, 3 de febrero de 2013

EL MAESTRO DE LA CIENCIOLOGÍA AL DESNUDO,./ ¿CÓMO NOS AFECTA LA SOLEDAD Y DÓNDE SURGE LA EMPATÍA.?.

TÍTULO: EL MAESTRO DE LA CIENCIOLOGÍA AL DESNUDO,.
El día de año nuevo de 1938, Ron Hubbard, que sufría un intenso dolor de muelas, se sometió a una intervención dental. Bajo los efectos de .

El maestro de la cienciología, al desnudo,.

La cienciología está en el punto de mira estos días. Y no sólo por la película 'The master', que aborda la compleja personalidad de su fundador, Ron Hubbard, aunque sin mencionarlo. También por un nuevo libro firmado por el premio Pulitzer Lawrence Wright, mucho más duro con el padre de esa iglesia y con su actual líder, David Miscavige, y que parte del testimonio del oscarizado guionista Paul Haggis, que estuvo 34 años dentro de la organización.
El día de año nuevo de 1938, Ron Hubbard, que sufría un intenso dolor de muelas, se sometió a una intervención dental. Bajo los efectos de la fuerte anestesia le fueron revelados los secretos del universo. Así lo creyó el. O así lo contó. Y de inmediato se puso a escribir ciencia ficción.
El maestro de la cienciología, al desnudo
Hubbard, que había nacido en Nebraska en 1911, no fue capaz de acabar sus estudios de Ingeniería y empezó pronto a escribir literatura fantástica y de aventuras. Lo hacía con gran facilidad y mucha imaginación, y sus relatos le permitieron mantener a su primera mujer Margaret Louise Grubb, Polly, con quien se casó cuando tenía 23 años y a sus dos hijos. Hubbard aspiraba a hacerse famoso como guionista de Hollywood, pero no lo logró. En 1941, con la guerra encima, fue admitido en la Armada estadounidense, a pesar de no superar las pruebas físicas. Considerado «inútil para el servicio completo», fue asignado a un navío anclado en un puerto de Oregón. Más tarde contó que había sido un héroe de guerra, cuando ni siquiera llegó a combatir, como demuestra el libro de Lawrence Wright, guionista, redactor de la revista The New Yorker y ganador de un Pulitzer, titulado Going clear. Pero no son las exageraciones para 'decorar' sus currículos lo alarmante de esta nueva biografía, sino los testimonios de quienes padecieron la furia y el desvarío del fundador de la cienciología.
Concluida la Guerra Mundial, Hubbard abandonó a Polly y se casó con Sara Northrup, de 21 años. Ella es quien aporta los testimonios más escalofriantes al libro de Wright. Una noche que estaba durmiendo, Hubbard la golpeó en el rostro con su pistola porque Sara en ese momento sonreía... lo que implicaba según su marido que estaba pensando en otro hombre. Sara cuenta también cómo Hubbard le pateó el vientre varias veces con la idea de provocarle un aborto, aunque no lo logró. Nació su hija Alexis. Cuando Sara amenazó con dejarlo, Hubbard y un hombre armado raptaron a Alexis. Hubbard le dijo que, si lo abandonaba, mataría al bebé... Llegó a llevársela a Cuba y decirle a su madre que ya había matado a la pequeña, que «la había cortado en pedacitos y los había tirado al río». Sara, después de una larga y angustiosa peripecia, logró recuperar a su hija y en 1951 pidió el divorcio, alegando que su marido era «un perturbado mental». Polly, la primera mujer, le escribió una carta expresando su apoyo. «Ron no es normal», apuntaba. Según contó luego su hijo mayor, que renunció al apellido de su padre, Polly había pasado por similares experiencias. Sarah logró alejarse para siempre de Hubbard, en parte porque se produjeron dos hechos de gran relevancia y satisfacción para él.
En 1949, Hubbard publicó Dianetics, un libro de autoayuda basado en la creencia en vidas pasadas y consejos para reforzar la autoestima. En tiempo récord se convirtió en un superventas, lo que le hizo rico y famoso. Dando charlas por el país conoció en 1951, el mismo año en que Sarah lo dejaba, a Mary Sue, la que sería su tercera esposa y quien, a diferencia de las anteriores, no solo creería en sus dotes literarias sino que lo animaría en su fiebre mesiánica. «Me gustaría poner en marcha una religión. Ahí es donde está el dinero», dijo Hubbard repetidamente, según varias fuentes citadas en el libro de Wright. Y lo hizo en 1954. Le dio el nombre de iglesia de la cienciología. Para darle solidez a sus métodos de autoayuda y sus teorías de las vidas pasadas, Hubbard creó un cuento de ciencia ficción llamado a convertirse en la biblia de la cienciología. Afirmaba que, hace cuatro cuatrillones de años, cuando el origen del universo, existían unos espíritus divinos llamados 'zetanes'. Pero Xenu, el dictador de la Confederación Galáctica, capturó a los zetanes e hizo que sus cuerpos congelados fuesen transportados a Teegeeack, el planeta que hoy conocemos como Tierra. Hubbard creía que los seres humanos eran zetanes que podían recuperar la inmortalidad por medio de las fases de iluminación de la cienciología. La historia y las normas exigidas para alcanzar ese estadio superior no fue del agrado de todos sus hombres de confianza.
Empezando por su hijo Quentin, quien ya con 23 años diría a un alto cargo de la iglesia: «Lo que yo pienso es que mi padre está loco». Al día siguiente desapareció de la sede en Clearwater, Florida. Unos días después fue encontrado en Las Vegas, en el interior de un coche, con una manguera conectada al tubo de escape y encajada en la ventanilla. Dos semanas más tarde murió en el hospital. Su muerte en 1976 se calificó como suicidio y, en diversos recuentos, se atribuye a que era homosexual, condición condenada por la cienciología, pero que consideran 'curable'. Para entonces, los métodos de la cienciología ya eran los propios de una secta intimidatoria, según el libro de Wright, que recoge el tremendo testimonio de Spanky Taylor, amiga de John Travolta cuando ambos estaban en la organización y él se convertía en superestrella gracias a Fiebre del sábado noche, en 1977. Spanky osó discrepar y la iglesia se llevó a su hija de diez meses. La encerraron junto con otros 30 bebés, en la llamada Child Care Organization, un pequeño apartamento atestado de cunas. «El lugar estaba a oscuras y olía mal, y los niños apenas salían al exterior», indica Wright. A Taylor la encerraron en otro edificio con otras 150 personas, asignadas a la «fuerza del proyecto de rehabilitación» (RTF, en sus siglas inglesas). Taylor, que estaba de nuevo embarazada, temió perder a sus hijos para siempre y se las arregló para escapar y recuperar a su bebé gracias, cuenta, a la ayuda de la secretaria de Travolta.Otros no tuvieron tanta suerte, en gran parte porque estaban recluidos en alta mar.
En los años sesenta, Hubbard empezó a reacondicionar viejos barcos y a reclutar a niños para su Sea Organization, que viene a constituir el clero de la iglesia y es una especie de cuerpo de Marina formado por unos tres mil miembros. La mayoría presta sus servicios sin cobrar nada.Hay varias denuncias de exmiembros que aseguran que en los barcos se producen malos tratos, y el libro de Wright asegura que el gasto de una comida para los integrantes de la Sea Organization es de unos 75 centavos por persona, menos que el asignado a los presos de las cárceles californianas. Los 'soldados rasos' de la cienciología tienen una paga de 50 dólares semanales, pero a veces cobran con meses de retraso y están obligados a hacer costosos regalos a su líder. Que ya no es Hubbard, sino David Miscavige.
Miscavige fue educado en la dianética desde niño. Es un hombre bajito pero fuerte, y muy ambicioso. Ascendió de forma meteórica en el escalafón de la iglesia y en los ochenta se convirtió en una especie de jefe de la policía interna creada por Hubbard. El fundador de la cienciología por entonces se había retirado de la circulación y tan solo trataba con Miscavige, que tenía 23 años, y con su lugarteniente, Pat Broeker. Hubbard murió el 24 de enero de 1986. El antiguo cocinero de Hubbard recuerda en el libro que Broeker y Miscavige estaban eufóricos por su fallecimiento. Miscavige no tardó en deshacerse de Broeker y se convirtió en el jefe. Miscavige es acusado en el libro de Wright de golpear a muchos de sus subordinados sin mediar provocación. Algunos testigos dicen que no tenía reparo en soltarles un puñetazo en el rostro o en patearlos. También los castigaba confinándolos en 'el agujero', dos contenedores emplazados un reducto secreto en California. En los contenedores no había ni sillas ni camas, de forma que los cautivos (hasta 70 personas) se veían forzados a dormir en el suelo infestado de hormigas.
El libro cuenta humillaciones extremas: a un alto cargo lo obligaron a limpiar con la lengua el suelo del cuarto de baño. La cienciología ha calificado el libro de falacia y asegura que está lleno de inexactitudes. Es un hecho que la organización no deja de crecer, sobre todo en dinero y en proyección mediática. En 1955, un editorial de la iglesia ya urgía a los cienciólogos a reclutar a los famosos. No tuvieron mucho éxito hasta los años setenta, cuando personajes como la actriz Kirstie Alley, John Travolta a través de ella y el guionista Paul Haggis se hicieron adeptos. Ahora Haggis, ganador de un Óscar por su guion para Million dollar baby, lidera a los críticos. El año pasado se convirtió en un apóstata. «Me pasé 34 años metido en una secta. Todo el mundo se daba cuenta, y no entiendo cómo yo no lo veía». ¿Cómo se explica que una religión tan aparentemente absurda tenga tantos seguidores? «La cienciología se caracteriza por el atrevimiento, por el desafío, por el empecinamiento en sus objetivos, por el uso de la imaginación... Todos, rasgos propios del artista», dice para justificar por qué triunfa en Hollywood. ¿Qué le hizo a él abrir los ojos? Sus dos hijas. Son lesbianas. Y por mucho que Haggis y su mujer lo intentaron, la cienciología se niega a replantearse su homofobia. Pero tampoco hay que llevarse a engaño sobre la extensión de la cienciología. Parece ser un hecho su poder económico, sobre todo por sus propiedades inmobiliarias.
Ellos dicen tener 1.200.000 metros cuadrados de propiedades en el mundo; 26 en Hollywood, por valor de unos 400 millones de dólares. En Florida, esta iglesia posee 68 fincas cuyo valor es de 168 millones. Y apenas paga impuestos. En 1993, después de una prolongada batalla legal, la Hacienda estadounidense llegó a un acuerdo con la cienciología en lo referente a su condición de exenta del pago de impuestos. Miscavige se las arregló para que su iglesia siguiera conservando dicho estatus tras abonar apenas 12,5 millones en concepto de impuestos atrasados.Pero en cuanto a seguidores, el libro de Wright revela que tan solo hay 30.000 miembros 'de hecho' en la organización y una estadística oficial considera que tan solo 25.000 americanos se consideran a sí mismos cienciólogos. «Lo que supone apunta Wright la mitad de los que se consideran rastafaris».
Miscavige, el todopoderoso
A David Miscavige, de 51 años y presidente de la cienciología, no le gusta aparecer en las fotos, pero sí dejar claro su poder sobre ricos y famosos, según la revista Vanity Fair. La clave de ese poder: graba las sesiones en las que estos confiesan sus más íntimos miedos y secretos. Su estrella favorita es Tom Cruise, clave en la difusión de su mensaje, y controla su vida hasta el detalle, asegurándose de hacer realidad sus caprichos. Miscavige y su mujer se encargaron del 'casting' para buscarle esposa en el que resultó elegida Katie Holmes. Tanto la revista como el libro de Wright detallan ese proceso que incluyó a actrices como Kate Bosworth o Jessica Alba. Katie no tardó en darse cuenta del control de Miscavige sobre su marido y del peligro que suponía para su hija. La posibilidad de que Suri fuese internada en uno de los barcos de la organización fue lo que la llevó a huir. Habría contado con la ayuda de Nicole Kidman, quien, cuando quiso irse, tuvo que renunciar a los dos hijos adoptados que tenía con Cruise.

TÍTULO: ¿CÓMO NOS AFECTA LA SOLEDAD Y DÓNDE SURGE LA EMPATÍA.?.

 La soledad se solía diagnosticar como una variante de la depresión. Hoy se le ha reconocido lo que se atribuye a las nuevas disciplinas: ..

La soledad se solía diagnosticar como una variante de la depresión. Hoy se le ha reconocido lo que se atribuye a las nuevas disciplinas: sustantividad propia. El universo de cada individuo está atiborrado de luces que pueden cada una de ellas activar, neutralizar o retardar el sentimiento de rechazo o aceptación de los demás.
¿Cómo habían podido las primeras comunidades sobrevivir un millón de años desconociendo la naturaleza gravitatoria de la soledad? La soledad solo surgía cuando se perdía el centro de gravedad, que todo parecía arremolinar a su alrededor; se alejaba la manada y dejaba al individuo solo consigo mismo. Si la historia de los sentimientos hubiera precedido a todo lo demás, como hubiera sido lógico, el primer gran sinsabor, la primera catástrofe, hubiera sido la expresión de la soledad: la ausencia de algo de lo que todo dependía, como el sentimiento de pertenencia a la manada.
De ahí arranca el origen de la empatía, que surge como el acicate principal del comportamiento prosocial. Al contrario de lo que han predicado la mayoría de los autores y, muy especialmente, el etólogo austriaco Konrad Lorenz, las tinieblas del pasado no eran pura violencia y agresividad destilada por la trama genital de los primeros antepasados de los humanos: los chimpancés, junto a sus allegados opuestos, los bonobos. Los niveles de violencia heredados, lejos de explicarlos el entramado genético, resultan ser la pura tergiversación de la experiencia individual.
La soledad sorprende a la víctima indefensa y totalmente desacostumbrada. Nadie está solo al nacer ni a medida que va creciendo. La naturaleza se encarga de que tanto en el ejercicio del sexo como en saciar el hambre, prodigar cuidados o ser sociable se garantice la reproducción y supervivencia. Si lo único que contara fuera la aversión a la amistad y la inclinación a la violencia, los soldados en la guerra se sumirían en ella con pasión.
Todos los experimentos efectuados demuestran absolutamente lo contrario: el rechazo inicial al uso de la violencia es innato. Los soldados deben aprender a matar si no quieren sucumbir al miedo.Tal y como sugiere Frans B. M. de Waal, los conatos de violencia anteriores a los grandes asentamientos agrícolas de hace doce mil años se pueden atribuir a mentes degeneradas o efectos de desórdenes postraumáticos de crisis de estrés. Nuestros antepasados eran, en promedio, gente pacífica que solo se sentía segura cuando formaba parte de la manada. La soledad no solo era difícil imaginarla, sino la fuente de todos los desvaríos y maltratos. Solo la muerte, la pérdida de la encrucijada de regreso o la expulsión de la manada podían incubar la soledad viciosa y desesperada.
Parece absurdo pretender que la soledad es la fuente de inspiración, como se ha sugerido tantas veces. Pero también es absurdo pensar que la soledad condena en todos los casos al ostracismo y la infelicidad. Anthony Storr, el médico psiquiatra inglés, supo esbozar ese mundo con desusado dramatismo: se refería al testimonio de un prisionero.
¿Puede imaginar lo que implica ser prisionero para toda la vida? Los sueños se transforman en pesadillas y se descomponen los castillos que solo la imaginación sustentaba; solamente puedes imaginar fantasías y al final aborreces la realidad y prefieres vivir en el reducto contorsionado de un rincón que no es real. Se rechazan las leyes que rigen la vida ordinaria y se aceptan solo aquellas que determinan la vida aparte del resto. Pero en tu pequeño mundo no caben ni la luz ni las sombras; solo hay la oscuridad necesaria para vivir en un mundo traspuesto y fingido.

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