El 55% de los asalariados de la provincia no alcanza
sueldo de mileurista.
TÍTULO: EXTREMEÑOS- PREPARADOS EN EL EXTRAJEROS.
Un mensaje ha prevalecido durante todos estos años: los mejor formados son los que mejor resisten la crisis. Sin embargo, la realidad parece resquebrajar ese principio. Dos datos: en octubre del 2006 había en Extremadura unas 6.600 personas, con estudios superiores finalizados, en paro; hoy, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) que realiza el Instituto Nacional de Estadística, son 20.400. Es decir, su número se ha multiplicado por tres en seis años.
Frente ha esto, la incidencia del desempleo ha sido proporcionalmente menor entre los grupos sociales con menor nivel académico. Así, actualmente hay 78.100 extremeños sin trabajo y que han realizado Educación Secundaria, Bachillerato o Formación Profesional (FP. Antes de la crisis eran la mitad, 37.000. E igualmente, los parados con estudios primarios se han duplicado (de 7.600 a 15.300).
La información que maneja el Sexpe también apunta en esta dirección. El análisis del mercado laboral que realizó el Observatorio de Empleo en octubre recogía que el número de parados con enseñanzas universitarias ha aumentado por encima del 50% en los dos últimos años. Por su parte, entre aquellos que tienen FP, lo ha hecho entre un 34 y un 40%. Y en el caso de los extremeños con estudios secundarios, ha crecido entre un 15 y un 20%. Por debajo de esos porcentajes está la evolución de los desempleados sin estudios o con estudios primarios. Eso sí, de los 132.750 parados que había en la región al cierre de octubre, casi 100.000 poseen un nivel de formación básico (solo primer nivel de Secundaria o inferior).
Coque opina que el mensaje los más preparados, resisten mejor la crisis está perdiendo vigencia: "la crisis primero se cepilló a los trabajadores menos cualificados y ahora afecta mucho más a los más formados". Esto, bajo el punto de vista del secretario de Formación y Empleo de CCOO, puede tener unas consecuencias muy negativas para la economía regional. "Nos estamos cargando el tejido productivo que más valor añadido nos proporcionaba, el que nos puede hacer diferentes y competitivos", explica.
"Las empresas prefieren retener a los trabajadores más cualificados, pero llega un momento en que no pueden seguir funcionando", advierte Jesús Pérez Mayo, profesor de Economía Laboral de la Universidad de Extremadura. El apunta a otras consecuencias: "esto generará un mayor gasto en las prestaciones por desempleo y una menor recaudación impositiva; porque generalmente los más cualificados tienen remuneraciones más altas y por tanto pagan más IRPF, y compran más y por tanto pagan más IVA".
Pero no es un caso aislado. En ámbitos como los medios de comunicación, la economía, los servicios financieros, la investigación, los servicios veterinarios o la administración pública el desempleo ha aumentado en torno a un 50% en los últimos dos años, según los datos que maneja el Sexpe. Rafael Pagés además denuncia el incremento de la precariedad laboral: "aprovechando las circunstancias, las empresas ofrecen empleo con unas condiciones laborales muy malas, difícilmente aceptables".
Ante esta situación, la emigración se ha convertido en uno de los puntos de fuga para los profesionales en paro. El Colegio Oficial de Ingenieros de Obras Públicas, por ejemplo, está trabajando con distintos organismos e instituciones extranjeras para canalizar las ofertas de trabajo destinadas a sus especialistas en países como Brasil, Colombia o México, donde hay una creciente demanda de ingenieros. "También desde Alemania han llegado ofertas. Pero, aunque es una salida laboral, constituye un derroche que este país no se puede permitir. Nos estamos gastando el dinero en formar a nuestros ciudadanos para que luego otros países lo aprovechen", indica el decano de este colectivo en Extremadura.
Vivienda, coche, comida, luz, agua, gas, teléfono... Todos estos gastos con menos de 1.000 euros al mes. Así viven 148.868 pacenses según los datos oficiales ofrecidos por la Agencia Tributaria en su estadística de 2010 sobre mercado de trabajo y pensiones. Esto supone que más de la mitad de los asalariados -un 55%- no alcanza sueldos de mileurista. La cifra empeora si se tiene en cuenta el número de pacenses que no llega a cobrar el salario mínimo interprofesional (641,40 euros al mes), más de 114.000. Cuatro de cada diez perciben menos de 6.500 euros al año, habiendo pasado del 36% que significaba en 2007, antes de la crisis, al 42%.----Jóvenes esperan a ser atendidos en una oficina del SEXPE- comentario la foto.
Tal y como hace hincapié Gabriel Molino, economista del gabinete técnico de UGT en Badajoz, se trata «de datos fiables, no son apreciaciones ni valoraciones». En general -explica- el nivel salarial de la provincia es de los más bajos de España. De media, el sueldo se sitúa en 1.201 euros al mes, mientras que a nivel nacional está en 1.592. Es un 27% más bajo. Sin embargo, «el coste de vida es asimilable al de resto de comunidades. Los bienes básicos como la gasolina, la alimentación, las comunicaciones, la cultura o la electricidad valen prácticamente igual. La única diferencia se encuentra en las grandes adquisiciones, por ejemplo la vivienda, pero, por lo demás, en Badajoz se necesita el mismo sueldo para sobrevivir», apunta.
Las causas de estos salarios tan bajos son dos principalmente. Por un lado -asegura el economista- la temporalidad. En la provincia los pagadores por persona se sitúan en 1,35, por encima del nivel nacional. Esto quiere decir que se cambia mucho de trabajo. «Hay contratos de menos tiempo y una estabilidad temporal muy baja, por lo cual la antigüedad, que hace que los sueldos suban, está menos presente que en otros sitios», argumenta Molino. Los contratos temporales suponen así un retraso para la reactivación de la economía y en la región es muy común que se trabaje tan solo unos meses al año en ciertos sectores. Aquí entra la segunda causa. Los trabajadores de la agricultura son los que cobran un sueldo más bajo de forma anual, de media 4.983 euros al año. En Badajoz, en este sector están el 11% de los asalariados, muy por encima al 3,56% a nivel nacional, con lo cual baja enormemente el salario a computo general. Además, son empleos de duraciones cortas, tan solo por temporadas.
Por otro lado, destaca que en España desde 2007 los sueldos hayan aumentado en 342 euros mensuales y en la provincia el incremento sea de tan solo 45. A esto se le suma que por primera vez en Badajoz ha bajado el sueldo de un año para otro, en 2009 se cobraban 105 euros más de media que en 2010. «Esto debe hacer reflexionar -destaca el economista- sobre el esfuerzo que están haciendo los trabajadores, dispuestos a perder poder adquisitivo con tal de trabajar».
Ellas, menos sueldo
Si los datos ya son negativos a nivel general, se vislumbran más duros para el sexo femenino. Las mujeres cobran un 20% menos que los hombres de media. «Esto se debe a que la mujer tiene más contratos temporales y a que para un mismo trabajo se le asigna una categoría profesional inferior en la empresa. La desigualdad salarial existe», critica Molino.
Un ejemplo de ello es el caso se encuentra en el sector comercial. A pesar de estar feminizado, las mujeres cobran un 35% menos. Fundamentalmente la explicación se encuentra en que se les ofrecen empleos a tiempo parcial. «Hay que desterrar esta cultura», afirma.
Los jóvenes también sufren el mismo problema. Los asalariados que menos cobran son los menores de 36 años, unos 912 euros al mes. De 36 a 65 años la media se sitúa en 1.390. «La antigüedad hace que se cobre más, esto es imposible para los jóvenes. Y si comparamos con otras provincias, en Badajoz a los jóvenes no se les pareja con la cualificación que tienen. Es un capital humano desaprovechado». También influye el hecho de que actualmente la mayoría de trabajos que se ofertan sean de baja cualificación ya que, teniendo en cuenta que uno de cada dos jóvenes está desempleado, esta masa de asalariados acepta empleos por debajo de su nivel de estudios.
Por sectores, los que menos cobran son agricultores y ganaderos (415 euros al mes) y los que más los empleados de entidades bancarias y aseguradoras (2.161 euros al mes).
«Para solucionar esta situación tan crítica, lo mejor es hacer un cambio de modelo productivo». Tal y como recalca el economista de UGT, se debe apostar por la formación, la innovación, la calidad de empleo y por la especialización productiva. «Que haya salarios más altos provoca que suba el consumo y se potencie así la recuperación económica. Por el contrario, cobrar menos no hace más que se frene. No es la solución», concluye.
TÍTULO: EXTREMEÑOS- PREPARADOS EN EL EXTRAJEROS.
El paro se ceba con los extremeños más preparados
El desempleo ha crecido más entre las personas que poseen estudios superiores: se ha triplicado respecto al año 2006. El parón en inversión pública y los recortes en servicios externalizados de las administraciones destruyen empleos de elevada cualificación.
Médicos que han dejado de ser contratados para realizar sustituciones; ingenieros de obras públicas que se han quedado sin trabajo por el desplome de la inversión en infraestructuras; profesores que ya no imparten actividades extraescolares; periodistas víctimas de la fuerte caída de los ingresos publicitarios en sus medios de comunicación; arquitectos sin proyectos por la crisis interna de la construcción y del sector inmobiliario; o científicos que han tenido que dar carpetazo a sus investigaciones ante la falta de dinero público y privado para financiar la I+D+i (investigación, desarrollo e innovación). El desempleo, en contra de lo percepción generalizada, se ha cebado en mayor grado con los extremeños mejor preparados. De hecho, desde el inicio de la depresión económica, el número de titulados universitarios en situación de paro se ha triplicado.Un mensaje ha prevalecido durante todos estos años: los mejor formados son los que mejor resisten la crisis. Sin embargo, la realidad parece resquebrajar ese principio. Dos datos: en octubre del 2006 había en Extremadura unas 6.600 personas, con estudios superiores finalizados, en paro; hoy, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) que realiza el Instituto Nacional de Estadística, son 20.400. Es decir, su número se ha multiplicado por tres en seis años.
Frente ha esto, la incidencia del desempleo ha sido proporcionalmente menor entre los grupos sociales con menor nivel académico. Así, actualmente hay 78.100 extremeños sin trabajo y que han realizado Educación Secundaria, Bachillerato o Formación Profesional (FP. Antes de la crisis eran la mitad, 37.000. E igualmente, los parados con estudios primarios se han duplicado (de 7.600 a 15.300).
LA POLÍTICA DE RECORTES
No se trata de una mera cuestión estadística. Organismos como el Servicio Público de Empleo de Extremadura (Sexpe) lo llevan percibiendo meses. También se habían dado cuenta de esta circunstancia los sindicatos. Miguel Coque, secretario de Formación y Empleo de CCOO de Extremadura, corrobora que "hoy por hoy el desempleo afecta más a las personas más cualificadas". En su opinión, la causa principal está en las políticas de fuertes recortes que se está aplicando, no solo en las empresas, sino también y principalmente en las administraciones públicas. "Vivimos en una comunidad autónoma con un tejido empresarial fuertemente dependiente de la administración. Con los recortes de la Junta, de las diputaciones y de los ayuntamientos se está destruyendo todo el empleo de calidad que existía en las empresas que les realizaban servicios externalizados", señala.La información que maneja el Sexpe también apunta en esta dirección. El análisis del mercado laboral que realizó el Observatorio de Empleo en octubre recogía que el número de parados con enseñanzas universitarias ha aumentado por encima del 50% en los dos últimos años. Por su parte, entre aquellos que tienen FP, lo ha hecho entre un 34 y un 40%. Y en el caso de los extremeños con estudios secundarios, ha crecido entre un 15 y un 20%. Por debajo de esos porcentajes está la evolución de los desempleados sin estudios o con estudios primarios. Eso sí, de los 132.750 parados que había en la región al cierre de octubre, casi 100.000 poseen un nivel de formación básico (solo primer nivel de Secundaria o inferior).
Coque opina que el mensaje los más preparados, resisten mejor la crisis está perdiendo vigencia: "la crisis primero se cepilló a los trabajadores menos cualificados y ahora afecta mucho más a los más formados". Esto, bajo el punto de vista del secretario de Formación y Empleo de CCOO, puede tener unas consecuencias muy negativas para la economía regional. "Nos estamos cargando el tejido productivo que más valor añadido nos proporcionaba, el que nos puede hacer diferentes y competitivos", explica.
"Las empresas prefieren retener a los trabajadores más cualificados, pero llega un momento en que no pueden seguir funcionando", advierte Jesús Pérez Mayo, profesor de Economía Laboral de la Universidad de Extremadura. El apunta a otras consecuencias: "esto generará un mayor gasto en las prestaciones por desempleo y una menor recaudación impositiva; porque generalmente los más cualificados tienen remuneraciones más altas y por tanto pagan más IRPF, y compran más y por tanto pagan más IVA".
ADIÓS INGENIEROS
La erosión que la situación económica está provocando en el mercado laboral extremeño no es ajena a prácticamente ningún campo de actividad. Así, por ejemplo el número de profesionales del ámbito de la arquitectura y las ingenierías técnicas que están en paro prácticamente se ha duplicado desde el 2009, hasta alcanzar los 925 desempleados. "Hemos pasado de ser una profesión casi sin paro a superar ya la tasa del 10%, que, aunque parece baja, es alta para nuestro colectivo", explica Rafael Pagés, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Obras Públicas de Extremadura (con 820 colegiados). En este caso, el frenazo que ha sufrido el sector de la construcción y, en concreto, la inversión pública en edificación e infraestructuras, está siendo clave. "La actividad está muy parada".Pero no es un caso aislado. En ámbitos como los medios de comunicación, la economía, los servicios financieros, la investigación, los servicios veterinarios o la administración pública el desempleo ha aumentado en torno a un 50% en los últimos dos años, según los datos que maneja el Sexpe. Rafael Pagés además denuncia el incremento de la precariedad laboral: "aprovechando las circunstancias, las empresas ofrecen empleo con unas condiciones laborales muy malas, difícilmente aceptables".
Ante esta situación, la emigración se ha convertido en uno de los puntos de fuga para los profesionales en paro. El Colegio Oficial de Ingenieros de Obras Públicas, por ejemplo, está trabajando con distintos organismos e instituciones extranjeras para canalizar las ofertas de trabajo destinadas a sus especialistas en países como Brasil, Colombia o México, donde hay una creciente demanda de ingenieros. "También desde Alemania han llegado ofertas. Pero, aunque es una salida laboral, constituye un derroche que este país no se puede permitir. Nos estamos gastando el dinero en formar a nuestros ciudadanos para que luego otros países lo aprovechen", indica el decano de este colectivo en Extremadura.
HAY QUE SERGUIR FORMÁNDOSE
Pese al gris panorama, Coque y Pagés coinciden en que la formación es y seguirá siendo un valor extra en el mercado laboral. "Las personas más cualificadas encontrarán antes salida laboral. Al tener mayor formación tienen más opciones y oportunidades, hay más trabajos que pueden desarrollar", subraya el primero. "Ante la falta de actividad, es momento de formarse. La formación abre puertas", racalca el segundo. Y la realidad parece darles la razón. El paro ha aumentado con mayor intensidad entre los grupos sociales más preparados, pero lo ha hecho el empleo. Actualmente hay 114.600 titulados universitarios ocupados, 12.600 más que antes de la crisis. Otra cosa es bajo qué condiciones trabajan, porque "la precariedad y la sobrecualificación están creciendo", indican estas fuentes.
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