viernes, 27 de mayo de 2011

REVISTA HOLA CON PIPPA MIDDLETON.Y MUJERES EN PRIMERA LÍNEA CON Catherine Middleton. La mujer del año

TÍTULO: "PIPPA" MIDDLETON:
Philippa Charlotte "Pippa" Middleton (n. 6 de septiembre de 1983) es la única hermana de Catalina de Cambridge. Organizadora de fiestas, es conocida a través de su hermana, y por la cobertura de noticias de sociedad. Fue la dama de honor de su hermana en la Boda Real de 29 de abril 2011, cuya celebración ayudó a organizar.
Nacida en 1983, Middleton es la segunda de los tres hijos de Michael Francis Middleton (nacido en 1949), un ex-despachador de vuelos en British Airways, y de Carole Elizabeth Goldsmith (nacida en 1955), una ex asistente de vuelo. La familia de su padre provenía de Leeds, en Yorkshire, y una de sus bisabuelas, llamada Olivia Lupton, pertenecía a una familia activa de negocios en Leeds por generaciones.
En 1995, los Middleton se mudaron a Bucklebury, Berkshire. Al igual que su hermana, Middleton fue educada inicialmente en St. Andrew's School, Pangbourne, a continuación, en Downe House, un internado para niñas en Cold Ash, y finalmente en Marlborough Colegge, Wiltshire. A continuación, prosiguió (como su hermana) su educación superior en Escocia, asistiendo a la Universidad de Edimburgo para estudiar Literatura Inglesa. Allí compartía una casa con Lord Edward Innes-Ker, un hijo del duque de Roxburghe, y con el conde Percy, George Dominic Percy, heredero del duque de Northumberland. Después de graduarse, en 2008 Middleton comenzó a trabajar en Table Talk, una empresa con sede en Londres que organiza eventos y fiestas. También en 2008, la revista Tatler nombró a Middleton "Número 1 de la Sociedad de Singleton", superando al cantante y compositor James Blunt y a la princesa Eugenia. Desde entonces, ha sido a menudo descrita como una "socialité". Como su hermana mayor, Middleton ha recibido amplia cobertura periodística, centrada en su vida social y su estilo de vida.
Revista- Pippa Middleton. Pippa Middleton-foto.

31-12-2011--TÍTULO: MUJERES EN PRIMERA LÍNEA CON Catherine Middleton. La mujer del año .

Mujeres de hoy

Catherine Middleton. La mujer del año

Es guapa y discreta y, sobre todo, hace lo que quiere hacer. Este es el verdadero cometido de una princesa heredera hoy: sonreír con sinceridad. Creerse su papel. Ser natural es una consecuencia de esa aceptación. Catherine, la esposa de Guillermo Windsor y futura reina (consorte) de Inglaterra, tiene esa cualidad. No se trata solo de saber estar, sino de estar. Punto. Sin sombra de duda, sin mácula de vacilación. Inteligente y formada, pero solo lo imprescindible, porque los espíritus demasiado reflexivos tienden a hacerse preguntas y las preguntas crispan el gesto.

Catherine, por el contrario, transmite eso que las madres y los padres valoran tanto en sus yernos y nueras: buen carácter, buen conformar. No tiene nada que ver con ser sumiso, débil o manipulable. Todo lo contrario: tiene que ver con ser equilibrado, paciente y fuerte. Un tesoro para quien vive expuesto al escrutinio público. Y un milagro para alguien que heredará un trono en un tiempo en que las monarquías deben, sobre todo, ofrecer espectáculo, y de calidad.

Su belleza no es excepcional. Su elegancia es más bien cursi. Pero todo le favorece. ¿Por qué? Sencillamente porque elige queriendo elegir, no como si se tratara de otro asunto del día en una apretada agenda. Quizá es solo una consumada actriz. Pero eso es lo que quiere el público: que cada uno cumpla con su papel en el gran teatro del mundo. Con contención, pero con alegría. Y si hay que ponerse un sombrero con plumas y flores para asistir a un desfile propio del Carnaval de Venecia, pues te lo pones. Sin dobleces, sin “sí, pero no”. Y, solo así, la vida es llevadera, aunque resulte poco creíble que las damas disfruten llevando encajes con los que no pueden sentarse y los caballeros sombreros de copa que no caben por el vano de las puertas. Pero, lo imperdonable es poner en evidencia la tramoya con cara de distancia, una vez comenzada la función.

Por eso Catherine es la mujer del año, del que termina y de los que vendrán, los peores de nuestras vidas: sin dinero, sin expectativas, llenos de mentiras. Pero gracias a ella y a Sarah Burton, la diseñadora de su prodigioso vestido de novia, todos disfrutamos de un cuento bonito y bien hecho, y evanescente como un sueño.

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