El 3d fue el reclamo que uso la
industria electrónica en el 2010 para intentar impulsar la venta de
televisores de alta definición. Un año antes, el tremendo éxito del
estreno de Avatar supuso el pistoletazo de salida para un nueva
era de películas en 3d, y por primera vez se podía llevar esta
tecnología a los hogares de manera más o menos fidedigna.
Pero la tecnología 3d en el cine no es algo nuevo, es más bien una novedad particular: se patentó en 1890,
así que el 3d estaba ya ahí cuando todos nacimos, pero siempre
encuentra la manera de volver generando un gran interés… que se diluye
rapidamente.
Y todo hace pensar que esta vez no va a ser diferente, el interés por las películas estrenadas en 3D ha disminuido.
Si bien antes, para una película contar con una versión de tres
dimensiones eran un seguro en taquilla, al compensar con el mayor precio
de la entrada la menor afluencia, ahora ya no es así. El público se ha
saturado con propuestas en las que el 3d no era más añadido en vez de
una nuevo medio de expresión. Y es esta falta de contenido de calidad la
principal razón por la que no se han cumplido las expectativas de ventas que fabricantes como Samsung tenían puestas.
Pero este no el único motivo, repasemos algunos de los otros handicaps a los que se enfrenta la industria:
- A la gente no le gusta usar gafas para tener que ver una película, son incomodas y a veces es necesario situarse en un determinado ángulo para apreciar el efecto 3D en su máxima expresión.
- Las gafas son caras, dependiendo del modelo pueden llegar a superar los 80 euros, pero suponiendo una media de 60 euros, una familia de 4 miembros tendría que desembolsar 240 euros para poder ver películas juntos.
- Ver contenido en 3d provoca malestar en ciertos espectadores. Según un estudio americano hasta el 20% de la población podría sufrir mareos, nauseas o dolor de cabeza con el visionado de contenido 3d.
- No todo el mundo consigue apreciar el efecto 3d, los que padezcan de estrabismo o ojo vago pueden no ver las imágenes en 3d correctamente.
Aún es pronto para decir adiós, otra
vez, al 3d. La base de poseedores televisores 3d seguirá aumentado y
cada vez habrá más por el simple de hecho de que en determinadas gamas
es un añadido del que no hay posibilidad de prescindir. Otra cosa bien
distinta, es la base de usuarios reales del 3d que es mucho menor y si
las cosas siguen así, solo puede ir a menos. Pero lo que está claro, es
que como reclamo para vender televisores el 3d ha perdido fuerza y la industria ha encontrado en las televisiones inteligentes el próximo filón a explotar.
Lotería de Navidad
Lotería del Niño: El 30.875, primer premio,.
El 30.875 ha sido el primer número premiado en la Lotería del Niño 2013. Está dotado con dos millones de euros por serie (200.000 euros al décimo) y ha sido vendido en Alicante, León, Madrid, Murcia y Tenerife, según ha informado el Organismo Nacional de Loterías [Comprueba aquí tu número].
El sorteo extraordinario de «El Niño» reparte hoy 840 millones de euros. Aún queda por salir un segundo premio, de un millón de euros, y doce premios de 14.000 euros por serie. Además, entre otros, también se repartirán 1.400 premios de 1.000 euros por serie o 5.000 premios de 400 euros por serie.
A las doce del mediodía, en el Salón de Sorteos de Loterías y Apuestas del Estado, han comenzado a girar los bombos de la Lotería del Niño 2013.
Este será el primer sorteo de la lotería nacional al que se le aplica el nuevo impuesto del 20 por ciento
a los premios superiores a 2.500 euros, por lo que las personas
agraciadas con el primer premio cobrarán 160.000 euros por décimo y no
los 200.000 de otros años.
Para este año se han emitido 60 series de 100.000 billetes
cada una, al precio de 200 euros el billete, dividido en décimos de 20
euros. El total de la emisión es de 1.200.000.000 de euros.
A diferencia del de Navidad, este sorteo se celebra mediante el sistema de bombos múltiples y dura treinta minutos; además, sigue un guión preestablecido, por lo que no genera tanta incertidumbre.
Ha caído en Alicante, León, Madrid, Murcia y Tenerife,.etc,.
TÍTULO: ¿POR QUE LOS REYES MAGOS?.
Un año más hemos visto la cabalgata de
los Reyes Magos. Puestos a pensar un poco, hay pocos sucesos tan llenos
de sentido social y humano, por una parte, y tan cargados de
imaginación deformadora, por otra, como la fiesta de los Reyes Magos.
El sentido social y humano es evidente. Después del canto de la paz en Navidad, la fiesta de Reyes es la fiesta del regalo, del obsequio. La fiesta en donde se piensa qué es lo que necesitan o al menos les gustaría tener a los otros, los hijos, los padres, los amigos. Es la fiesta de la generosidad frente al egoísmo. Es el día para hacer algo que pueda agradar a otro. El mundo sería muy diferente si todos los días fueran el día de los Reyes Magos. Los israelitas pensarían qué pueden hacer para dar gusto a los palestinos, y viceversa. La ETA discurriría cómo agradar a militares, concejales del PP, jueces y guardias civiles, en lugar de matarlos. Estados Unidos estudiaría la manera de hacer feliz la vida de los cubanos, en lugar de acosarlos con el bloqueo. Todos esos maridos que maltratan a sus esposas estarían pensando cómo las pueden hacer más felices y contentas. Realmente es una pena que todos los días no sean el día de los Reyes Magos.
Por otra parte, la fiesta está llena también de imaginación deformadora. Digo esto, porque, a partir de un relato del evangelio de Mateo, se le han ido añadiendo elementos decorativos hasta el punto de que el relato original queda medio tapado por la decoración asociada. Hemos llegado a un momento en donde los elementos añadidos tienen más presencia social que el propio relato original.
El relato de Mateo es el siguiente: "Unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo ¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido?... Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y, postrándose, le adoraron, luego abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra" (Mt 2, 1-12). El relato no dice si eran tres o diez u ocho, no dice que fueran reyes. Mucho menos especifica sus nombres, ni su raza. Lo del rey negro es un añadido posterior. La palabra mago no tiene nada que ver con lo que en castellano entendemos por magia. En el lenguaje de la época quiere decir algo así como "persona importante". De ahí viene el dicho popular de que los tres reyes magos, ni eran tres, ni eran reyes, ni eran magos.
Este relato, colocado al principio del evangelio de Mateo, tiene una enorme importancia y significación. Es la afirmación de que todo el evangelio que viene a continuación, todo lo que representa la persona y la palabra de Jesús, no está circunscrita al pueblo de Israel, está abierta y destinada a toda la humanidad. No solamente los pastores, también los extranjeros, "los otros", acuden a rendir homenaje al Mesías recién nacido. Es el mensaje de la universalidad unificadora, frente a los nacionalismos separadores. Pablo, más inclinado al lenguaje intelectual, dirá: "Ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer" (Gal 3, 28). Ante Dios somos todos iguales. Lo que Pablo dice con un lenguaje conceptual, Mateo lo expresa con un lenguaje escenográfico. Dibuja una escena, cuyo sentido no es afirmar que el suceso tuvo lugar, ni que los personajes que en él intervienen hayan existido históricamente, sino comunicar al lector u oyente que ante Dios no hay "elegidos", todos los hombres son iguales, sin diferencia de nación, raza, sexo o religión.
La lectura popular y sociológica del relato de Mateo ha desarrollado mucho más los regalos de los personajes orientales que la presencia misma de los orientales. Sociológicamente es un desarrollo positivo, como decíamos al principio. Sin embargo, ha quedado medio ignorado el contenido fundamental de lo que el relato pretende transmitir.
Puestos a darle un nombre moderno, quizás menos popular, a la fiesta de los reyes orientales, yo diría que es la fiesta de la globalización. La división y subdivisión de la humanidad en naciones, razas, culturas, religiones, son creaciones humanas que dividen y enfrentan a los hombres unos con otros. Los personajes de Oriente que, se dice, llegaron a Belén, representan exactamente lo contrario: la unidad indivisible de la humanidad entera. A la globalización le sobran los adjetivos: ni financiera, ni mercantil. Simplemente globalización. Los hombres y mujeres de otra nación, de otra raza, de otra lengua, de otra religión, son tan cercanos a nosotros como los vecinos de nuestro barrio.
El sentido social y humano es evidente. Después del canto de la paz en Navidad, la fiesta de Reyes es la fiesta del regalo, del obsequio. La fiesta en donde se piensa qué es lo que necesitan o al menos les gustaría tener a los otros, los hijos, los padres, los amigos. Es la fiesta de la generosidad frente al egoísmo. Es el día para hacer algo que pueda agradar a otro. El mundo sería muy diferente si todos los días fueran el día de los Reyes Magos. Los israelitas pensarían qué pueden hacer para dar gusto a los palestinos, y viceversa. La ETA discurriría cómo agradar a militares, concejales del PP, jueces y guardias civiles, en lugar de matarlos. Estados Unidos estudiaría la manera de hacer feliz la vida de los cubanos, en lugar de acosarlos con el bloqueo. Todos esos maridos que maltratan a sus esposas estarían pensando cómo las pueden hacer más felices y contentas. Realmente es una pena que todos los días no sean el día de los Reyes Magos.
Por otra parte, la fiesta está llena también de imaginación deformadora. Digo esto, porque, a partir de un relato del evangelio de Mateo, se le han ido añadiendo elementos decorativos hasta el punto de que el relato original queda medio tapado por la decoración asociada. Hemos llegado a un momento en donde los elementos añadidos tienen más presencia social que el propio relato original.
El relato de Mateo es el siguiente: "Unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo ¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido?... Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y, postrándose, le adoraron, luego abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra" (Mt 2, 1-12). El relato no dice si eran tres o diez u ocho, no dice que fueran reyes. Mucho menos especifica sus nombres, ni su raza. Lo del rey negro es un añadido posterior. La palabra mago no tiene nada que ver con lo que en castellano entendemos por magia. En el lenguaje de la época quiere decir algo así como "persona importante". De ahí viene el dicho popular de que los tres reyes magos, ni eran tres, ni eran reyes, ni eran magos.
Este relato, colocado al principio del evangelio de Mateo, tiene una enorme importancia y significación. Es la afirmación de que todo el evangelio que viene a continuación, todo lo que representa la persona y la palabra de Jesús, no está circunscrita al pueblo de Israel, está abierta y destinada a toda la humanidad. No solamente los pastores, también los extranjeros, "los otros", acuden a rendir homenaje al Mesías recién nacido. Es el mensaje de la universalidad unificadora, frente a los nacionalismos separadores. Pablo, más inclinado al lenguaje intelectual, dirá: "Ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer" (Gal 3, 28). Ante Dios somos todos iguales. Lo que Pablo dice con un lenguaje conceptual, Mateo lo expresa con un lenguaje escenográfico. Dibuja una escena, cuyo sentido no es afirmar que el suceso tuvo lugar, ni que los personajes que en él intervienen hayan existido históricamente, sino comunicar al lector u oyente que ante Dios no hay "elegidos", todos los hombres son iguales, sin diferencia de nación, raza, sexo o religión.
La lectura popular y sociológica del relato de Mateo ha desarrollado mucho más los regalos de los personajes orientales que la presencia misma de los orientales. Sociológicamente es un desarrollo positivo, como decíamos al principio. Sin embargo, ha quedado medio ignorado el contenido fundamental de lo que el relato pretende transmitir.
Puestos a darle un nombre moderno, quizás menos popular, a la fiesta de los reyes orientales, yo diría que es la fiesta de la globalización. La división y subdivisión de la humanidad en naciones, razas, culturas, religiones, son creaciones humanas que dividen y enfrentan a los hombres unos con otros. Los personajes de Oriente que, se dice, llegaron a Belén, representan exactamente lo contrario: la unidad indivisible de la humanidad entera. A la globalización le sobran los adjetivos: ni financiera, ni mercantil. Simplemente globalización. Los hombres y mujeres de otra nación, de otra raza, de otra lengua, de otra religión, son tan cercanos a nosotros como los vecinos de nuestro barrio.
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