TÍTULO: PORTADA XL Los otros héroes anónimos de la navegación española,.
Testimonios reales de personas que han arriesgado su vida para salvar la de otros, un reportaje sobre la tumba de Genghis Khan,.
Historia Militar / historia militar
Los otros héroes anónimos de la navegación española,.
Corría el año 1500 cuando Cristóbal Colón regresaba al
Puerto de Cádiz tras su tercer viaje triunfal por «Las Indias». Un nuevo
mundo se descubría ante los pies de los enviados por la Corona y el sol ya no se pondría, al menos durante los próximos tres siglos, en el incipiente Imperio español.
Los territorios descubiertos en el continente
transatlántico debían ser «oficializados» de alguna manera, delimitando
ante los ojos de las potencias enemigas qué tierras estaban siendo
colonizadas por Cristóbal y el resto de marinos al servicio de los
Reyes. Surgen así algunos de los mapas más interesantes e importantes de
la Historia de España y, por ende, de la humanidad. Losantiguos portulanos–mapas muy detallados de los puertos mediterráneos–
se quedaban pequeños ante tanto territorio descubierto; era necesario
plasmar la totalidad del planeta en apenas unos metros de tela. [En imágenes: Los mejores mapas del Museo Naval]
Así comienza una historia más, desconocida y olvidada como tantas otras, de éxito de nuestro país. Viajes militares, científicos, comerciales…
en los que se enrolaban estos marinos para cartografiar el Nuevo Mundo,
convirtiéndose por su importancia en héroes, aún más ignorados incluso
que los conquistadores, pero que durante siglos lucharon por mantener a
España en la vanguardia náutica mundial y que el Museo Naval lleva más de 80 años recuperando y redescubriendo a sus visitantes.
Pocos países del mundo pueden presumir de tener una
cartografía como la española, donde realmente somos una potencia
mundial. Apenas el británico museo de Greenwich puede hacernos sombra,
pero ellos carecen de joyas como el mapa de Juan de la Cosa de 1500, el primer mapa de la historia con el continente americano cartografiado.
En menos de dos metros de pergamino están representados todos los
territorios conocidos en la época, con América ilustrada como un vergel
culminado por una figura de San Cristóbal, que representa la puerta de
entrada a las Indias. Un mapa realizado para los Reyes Católicos con curiosidades como monstruos marinos en los mares de Asia o Misterio católico a los pies del mar Rojo.
Investigación y desarrollo
La Corona reclutaba los mejores cerebros de Europa
No solo no había fuga de cerebros, sino que además de
atraer a las mejores mentes de Europa, las «creaciones» de nuestro país
eran deseadas por las demás potencias. Así se demostró durante la Guerra
de Independencia, cuando los británicos utilizaron y tradujeron el Atlas de Tofiño, el primero detallado de la costa de España.
Esta es otra de las joyas que integran el Museo Naval. A
finales del siglo XVIII España había cartografiado prácticamente todo el
mundo, pero faltaba un atlas pormenorizado de nuestra costa. Así surgió
la obra de Tofiño, creada en 1789 como «Atlas marítimo de España»,
con un perfil pormenorizado de toda la costa. Tal era la precisión de
algunas de las cartas náuticas que se incluían que muchas se siguieron
utilizando durante más de 150 años, hasta bien entrado el siglo XX. La
historia, la leyenda y la labor del navegante Tofiño fue homenajeada por
Arturo Pérez-Reverte en su libro «La carta esférica».
Navegación y cartografía «a ojo»
ernesto agudo
Parece imposible pensar que con las herramientas
rudimentarias de hace cuatrocientos años –astrolabios, cuadrantes,
sextantes, sondas, brújulas y los cinco sentidos puestos en la mar– se
pudieran hacer cartas de navegación tan sumamente precisas. Lo mismo
ocurre con las de los siglos XVIII y XIX,
que aunque con herramientas más evolucionadas –se viajaba buscando las
mejores innovaciones– se siguieron utilizando durante años. El Museo
Naval guarda planos de Puerto Rico o Montevideo con 200 años de historia
que si se superponen con uno realizado por los más modernos satélites
apenas variarían unos milímetros.
Los mapas también eran un buen soporte para «contar» lo que
sucedía. Así las historias fascinantes de nuestros mejores militares
llegaban a oídos de todos. Como la aventura del marino «Yo solo» Gálvez, que se introdujo con 4 navíos en una bahía repleta de barcos británicos durante la batalla de Pensacola (1781) al grito de «El que tenga honor y valor que me siga».
España antes que los intereses propios
Tras el declive del Imperio, esta historia se convierte más
en una aventura de hombres nobles interesados en lo mejor para España
que en una labor de Estado. Mientras políticos, validos, o primeros
ministros se preocupaban por su puesto, por sus intereses o por mantener
su estatus, un grupo de hombres tuvieron altura de miras y se centraron en honrar a España en
memoria de aquellos hombres que se jugaron la vida en galeones
cartografiando las costas del mundo en beneficio de la Corona.
Conseguir reunir todos los mapas bajo el techo de un museo
estatal ha sido una labor de personas más que de la olvidadiza España,
siempre tan proclive a despreciar su Historia. En 1792 se intentó crear
un museo de la mano de José Mendoza y Rios para recopilar la
documentación de Europa, pero fue destituido, quedándose el proyecto en
nada. Así se estuvo hasta 1842, cuando se retomó la idea, aunque no fue hasta 1933 cuando regresó la mayoría del fondo cartográfico que compone el actual Museo Naval, donde se rememoran las grandes hazañas de todos estos héroes que contribuyeron a España.
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