lunes, 14 de mayo de 2012

LA PAREJA PERFECTA--RELATO DE UN CIEGO:/ EL ESCRITOR COLOMBIANO GAMBOA.Santiago Gamboa:


TÍTULO: LA PAREJA PERFECTA--RELATO DE UN CIEGO:

El ciego comienza a imaginar un camino doloroso, no sabe qué se le puede cruzar delante de sus ojos, o mejor dicho.. que se puede imaginar.
Entre lágrimas y alegrías, no queda mas que confiar en el amor mas puro, y ver en las lágrimas del otro... una alegría sin fin.
Gracias a dios una venda no basta para asfixiar el respiro de un corazón a puro latir!
Como extraño la rutina, de jugar al enemigo! Nos dispersa tanto el tiempo...pareciera que el invierno ya llegó.
¡Pero que difícil escaparle al pensamiento!... que ligados estamos al dolor.

Por suerte la ceguera deja aveces que respires un poco...

¿Ves el espejo acá en mis ojos? Me gusta pensar que escapamos de la misma dimensión.
Cuánto dolor! ¿Será posible? Cada nudo de la venda es más fuerte que el anterior... más fuerte, más cruel, más insensible y más comprometedor... Hoy solo soy un ciego que lucha, contra su propio instinto, ciencia, imaginación, pensamiento, ser.
Me haces conocer la muerte y la resurreccion en un par de minutos, y confiar en un tiempo y espacio del que no conozco nada, solo las palabras de su fiel e insatisfecho protagonista... infiel y satisfecho.
A un paso... de la nada... de haber logrado todo y no haber logrado nada, la mitad de un camino agridulce. Nudos mas, nudos menos en la venda que protege (o quizás asfixia), (seguramente asfixia), (asfixia) mi cabeza.
Hoy me siento un ciego, que necesita una imagen para poder luchar contra su imaginación.
Algunos podrán decir que me estoy volviendo loco, algo que me halagaría. Solo que hoy puedo afirmar que a la mitad del camino el dolor es tan constante como la ansiedad, y cada gramo de euforia esperando ser calmada… es un puñal en el pecho de segundos sin concluir. Quizá el ciego mañana pueda ver entre las sombras, quizá quede así el resto de su vida... pero hoy solo es un ciego que necesita imaginar un camino por el cual correr, arrancándose los ojos y sin mirar atrás.

Jamás imaginé que el mundo del ciego podía ser tan sordo.

¡Las ansias me van a enloquecer! ¡Quiero que el vuelo sea eterno! Correr ciego y utilizar como guía la confianza que he ganado! Que me ha dado libertad! Que finalmente opacó esa angustia en mi pecho, y que me ha echo escuchar mas allá de lo que puedo ver o tocar.
Es increíble como el hielo quema cada vez más, a medida que te vas acercando a la cima del mundo. Ciego que no ve, ciego que no siente... o quizá sienta el doble, o quizá... me esté volviendo loco.
Ya estando a un paso del final, habiendo recuperado las lágrimas perdidas en el tiempo, ahuyentadas por un caparazón repleto espinas y un latido muerto, golpeando cada vez más fuerte, con más firmeza, con más ansias, con más seguridad. La seguridad que solo conoce el muerto, ese al que nada más le puede pasar… a eso llamo yo seguridad.
No hay nada que decir, solo soy un ciego que apesta a piedad… mimos… piedad y más mimos.
Los tigres no mueren por más manchas que les adjudiquen, ¿porqué iba a hacerle algo un golpe más, a mi golpeado corazón?.
Que lejos se une el cielo con el mar cuando estás postrado en el inicio de la orilla, esa linea fina… fina como una curiosidad que te puede cagar la vida, millones de años luz unidos en un solo punto, creo que es una de las cosas que me gustaría preguntarle a dios el día que nos juntemos a charlar. Que próximo queda el horizonte cuando ya naufragaste demasiado, quizá porque te cuestan las piernas y estas parado en el pedestal de la emoción. O quizá solo bajen las pretensiones.
Un viaje tan desesperante con mil maletas en los hombros, suerte que uno va aprendiendo a dejar lo que no sirve y a llegar con el corazón desnudo, sin necesitar algo más.
Todo es un gran invento agridulce, algo que ya dije un día... Veo que logré ser un ciego que confía en las palabras que al oído le susurra su guía, que lo llevan hasta la extrema paz y a la gran devoción... de la suprema felicidad.
Hoy puedo cruzar la calle... sin mirar los costados,etc.

TÍTULO: EL ESCRITOR COLOMBIANO GAMBOA.Santiago Gamboa :

Santiago Gamboa (Bogotá, 1965) es un escritor colombiano.
Estudió literatura en la Universidad Javeriana de Bogotá. Luego emigró a Europa, donde vivió en Madrid (se licenció en Filología hispánica en la Complutense) y en París (donde estudió Literatura cubana en la La Sorbona).
Paralelamente, trabajó en esta última ciudad como periodista en el Servicio de América Latina de Radio Francia Internacional (1993-1997), donde estuvo encargado de los programas literarios y de índole cultural. El mismo año que ingresó en RFI, se convirtió también en corresponsal deo El Tiempo, el diario colombiano de mayor tiraje y con mayor influencia del país.
Su primera novela, Páginas de vuelta, la público en 1995 y la crítica consideró que rompía "todos los caminos recorridos por la más reciente literatura colombiana". Dos años más tarde aparece la segunda, Perder es cuestión de método, que recibió excelentes comentarios en España y América Latina, y que ha sido traducida a quince idiomas. Esta obra fue llevada al cine por Sergio Cabrera en 2005.
Tragedia del hombre que amaba en los aeropuertos, una narración breve, fue incluida en la antología Cuentos apátridas (1999) y sus derechos cinematográficos los adquirió la productora italiana independiente Solaris. Al año siguiente salió Vida feliz de un joven llamado Esteban.
Sobre su escritura, Gamboa comenta: "Dice el maestro Fernando Botero que nunca ha dado una pincelada que no esté autorizada por la historia del arte. Y lo que él dice refiriéndose a la pintura lo intento aplicar yo a mis novelas: me gusta que los temas que elijo estén autorizados de alguna manera por la historia de la literatura". Y "no quiero que nadie lea un libro mío por ser latinoamericano, sino porque le gusta lo que escribo. Yo no leo a Malraux por ser francés ni a Tabucchi por ser italiano, sino porque me gusta lo que escriben. Es casi una mayoría de edad que la literatura latinoamericana se merecía después del boom.[1]
Gamboa ha participado en varias otras antologías de narradores latinoamericanos —McOndo, Líneas Aéreas, Cuentos caníbales—, y en algunas realizadas en Francia, Alemania y Yugoslavia.
Ha sido columnista de las revistas Cromos y Cambio; ha colaborado en Gatopardo, Planeta Humano, GQ, Perfiles, SoHo, Internazionale y en publicaciones del grupo Repubblica.
Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas y han recibido diferentes distinciones.
Ha sido diplomático en la Delegación de Colombia ante la UNESCO y en la embajada en India. Actualmente reside en Roma.[1]

 Premios



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