miércoles, 12 de octubre de 2011

LA SOMBRA DEL GUERRERO./REVISTA XL SEMANAL DUQUESA ALBA: DESAYUNO DE DOMINGO CON MANU BAQUEIRO.

TÍTULO: LA SOMBRA DEL GUERRERO. Deja me luchar en esta vida como un gran guerrero entre sombras enamoradas pero escapadas sobre los dorados soñados contigo a tu lado dibujando amapolas rojas que indique el final del destino. Las cartas lanzadas al rió son nuestras poesías abiertas al mundo de una libertad o una pesadilla perdida con guerreros montados en sus caballos corriendo de un lugar a otro matando los malos enemigos como los indios. Mi alma desnuda es morir por amor con pensamientos volados hacia tu corazón sintiendo la gran pena marchada corriendo por saber contestar tus preguntas bonitas  y con palabras románticas te vas de mi vida como pájaros tiene nuestro engaño. La sombra del guerrero es decir que mis manos mojadas de sangre son como gritar al viento el significado perdido como huellas amadas por saber quererte siempre en este largo viaje. Las canciones oídas por las calles me hace recordar aquella pesadilla soñada con guerreros disfrazados con armas disparadas hacia el cielo dibujado tu nombre con sabor a fresa . El adiós a la sombra del guerrero o solo es mi pensamiento distraido aquella mañana de jueves sin saber donde ir.

DOMINGO-16-10-2011-TÍTULO: REVISTA XL SEMANAL DUQUESA ALBA.
La duquesa habla de su boda, sus tres maridos, sus hijos, la monarquía y de sus polémicas memorias, `Yo, Cayetana´. Nunca le perdonaría a mi marido una deslealtad.
Recién casada a sus 85 años, la duquesa de Alba no solo prepara su luna de miel en Tailandia, sino que presenta su primera autobiografía. decidida a hacer historia -y a escribirla personalmente si hace falta-, Cayetana nos recibe en el Palacio de Dueñas. Radiante y resuelta, repasa su vida y no deja títere con cabeza...



Harta a partes iguales de la cantidad de «mentiras podridas» que asegura que se escriben sobre ella y con ganas de proclamar a los cuatro vientos su amor por su recién estrenado marido, Alfonso Díez, la duquesa de Alba se ha liado, una vez más, la manta a la cabeza y se ha decidido a publicar sus memorias, escritas en primera persona: `Yo, Cayetana´, editadas por Espasa. El esfuerzo ha valido la pena. Han sido diez meses de trabajo para recordar 85 años intensamente vividos. En cerca de 300 páginas, la decimoctava duquesa de Alba se muestra como una niña prematuramente huérfana de madre, superprotegida pero, a la vez, falta de cariño en su destierro británico, huyendo de la Guerra Civil. Muy querida por su padre y educada por su abuela materna y por una hermana del duque -la tía Sol-, Cayetana fue rigurosamente instruida para convertirse en «la digna heredera de la Casa de Alba». Dos guerras, decenas de pretendientes, un fuerte carácter, tres maridos y seis hijos serán los hilos conductores de este relato. En el palacio de Dueñas, en Sevilla, la duquesa nos abre sus puertas y, también un poco, su corazón. «¡Estoy otra vez enamorada!», nos dice, triunfal.

XLSemanal. Antes de nada, ¡enhorabuena por su boda!
Cayetana de Alba
. Gracias. Estoy muy feliz, ¡contentísima!

XL. Quienes la conocen dicen que a usted no hay quien la pare cuando se le mete una cosa entre ceja y ceja.
C.A.
Sí, aunque no siempre he logrado lo que he querido.

XL. ¿Qué se le ha resistido?
C.A.
Mmmm... Me hubiera gustado tener otra hija y no lo conseguí. Y lo intenté mucho. Yo he tenido once embarazos y seis hijos; la que se murió al nacer era una niña.

XL. ¿Es verdad que estuvo embarazada de Jesús Aguirre?
C.A.
Sí, pero no se supo si hubiera sido una niña, era muy prematuro. Lo perdí montando a caballo en el campo.

XL. «Confieso que he vivido» y, por lo que escribe en sus memorias, intensamente.
C.A.
Sí, he viajado mucho, he conocido gente muy importante y me han pretendido muchos hombres. No me puedo quejar porque he tenido bastante éxito [sonríe].

XL. Sin embargo, hubo momentos muy tristes en su niñez. Impresiona mucho leer que, de niña, nadie entró nunca en su cuarto a darle un beso de buenas noches: «Esa costumbre no formaba parte de la tradición de la Casa de Alba -dice-. Eso pertenece a los cuentos». ¿Se sintió entonces muy sola?
C.A.
Mi madre murió cuando yo tenía seis años y no he tenido hermanos, aunque sí muchos amigos y gente que me quería; sobre todo mi padre. Sola no me he sentido, la verdad, porque me casé muy joven.

XL. Asegura que en Inglaterra, donde pasó la Segunda Guerra Mundial, Frau Dorphi era la única persona que le daba algo parecido a un abrazo si la veía triste.
C.A.
Mi padre me educó para seguir su camino, porque no tenía hermanos. Me educaron para no quejarme. Pero mi padre me adoraba y siempre decía: «No cambio a esta niña por ningún niño».

XL. También cuenta que no recuerda nada del entierro de su madre y que no vio lágrimas en su casa. ¿La suya es una familia tan dura y contenida como la describe?
C.A.
Yo, no; yo sí he llorado. ¡Claro! Con todo lo que he pasado... Pero soy alegre. He sido una mujer muy feliz. Los recuerdos de mi infancia más felices eran en Sevilla con mis primos. Me gustaba trepar a los árboles, jugar a juegos de niños, a los indios... era muy bruta [se ríe].

XL. En el panteón de los Alba, en Loeches, están enterrados su madre, su padre, sus dos primeros maridos... No me extraña que lo mire como «un monstruo que se traga los seres más queridos de mi vida».
C.A.
No me gusta mucho [sonríe].

XL. ¿Por eso dice que prefiere que la incineren?
C.A.
Sí, sí, aquí en Sevilla y que dejen mis cenizas debajo del Cristo de los Gitanos.

DOMINGO-16-10-2011- TÍTULO: DESAYUNO DE DOMINGO CON MANU BAQUEIRO.
"Los mayores me felicitan por la serie. Les parezco el yerno ideal´.
Manu Baqueiro: Primero, me hice abogado y, luego, actor. Llevo siete años en la serie `Amar en tiempos revueltos´ y, para mis ratos libres, busco un director de cine.



XLSemanal. Dice que se hace usted mismo todo este desayuno cada mañana... ¡a las seis!
Manu Baqueiro.
Es que soy actor, no idiota, y hasta ahí llego [se ríe]. Ahora en serio, no aguanto ir al plató con el estómago vacío; y, como vivo solo, no me queda otra que madrugar aún más para prepararme todo esto.

XL. ¿Están los tiempos más revueltos incluso que en la serie?
M.B.
Yo conozco mucha gente revuelta, sí. Y los políticos, ni te cuento. De cara a las elecciones los veo a todos muy revueltos en general, y en particular a los que están arriba. Aprovecho para decir que yo quiero listas abiertas.

XL. ¡Vaya! Con la pinta de simplón que tiene Marcelino en la serie, usted no pierde ocasión.
M.B.
Yo soy muy cañero y la política me interesa. El personaje de Marcelino está bastante alejado de mí.

XL. Si no fuera por sus horarios... lo veo de acampada en la Puerta del Sol.
M.B.
¡Y he ido! No todos los días, pero sí muchos. Yo soy uno de los `indignados´ de la Puerta del Sol, claro que sí. Los políticos se han distanciado mucho de la gente de la calle, que no se siente representada ni tenida en cuenta en las decisiones que adoptan.

XL. ¿Qué le dicen por la calle?
M.B.
Los mayores se me acercan y me felicitan por la serie. Para muchos soy el yerno ideal.

XL. Por cierto, Marcelino es seguidor del Atlético de Madrid y me han contado que usted es merengue perdido.
M.B.
Confieso que, desde niño, soy madridista hasta la médula... y del Celta de Vigo, por la familia. Pero cada vez siento más simpatía por el Atlético de Madrid y por lo que representa. ¡Todos somos contradictorios! [risas].

XL. Creo que con esto del fútbol también se revuelve bastante.
M.B.
¡Mucho! Aprovecho para decir que no me cae nada bien Mourinho [risas]. El Real Madrid tiene mucha historia y mucha clase y no puede estar llorando todo el día por los arbitrajes. Y se está granjeando enemigos por toda Europa por culpa de Mourinho.

XL. Está claro que no espera que lo invite al palco una tarde.
M.B.
Está claro. Además, se produce el efecto contagio y veo a Casillas y a otros jugadores -que eran unos caballeros- diciendo cosas que no me las puedo creer. Este hombre los está manipulando o los ha abducido.

Su desayuno es el siguiente:
CARGAR LAS PILASTostada con pan de pueblo, ajo y tomate frotados por encima, dos kiwis, un zumo de naranja natural y café `de capsulitas, para ir más rápido´, con un poco de leche.

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