viernes, 29 de julio de 2011

VEN A MI PLAYA---ZARAGOZA LA MARCHA--FIESTA JOVÉN.

Vaya, vaya, ¡Aquí si que hay playa!. Eso podemos decir desde que se inauguró el Parque del Agua Luis Buñuel de Zaragoza.
Dicho parque ocupa una superficie de 120 Ha. o lo que es lo mismo: 1.200.000 m2, por lo que recorrerlo todo nos va a costar lo nuestro. Incluso en bicicleta hay una buena excursión.
Ayer nosotros decidimos conocer lo, para mí, más atractivo de cualquier playa: Su chiringuito. Así que tras la visita de rigor a un par de pabellones nos fuimos buscando el sitio donde beber en las playas. Tras un agradable paseo por el parque viendo la infinidad de árboles y plantas que ya pueblan toda la zona, en espera de desarrollar lo suficiente como para ser una auténtica maravilla, dimos por fin con el citado local donde tomarnos una cervecita.

En efecto el nombre no engaña, la empresa que lo explota puede que sí, y se llama: Las Playas Terraza &Lounge Club. Está justo pegado a las playas y el entorno resulta más que agradable a primera y segunda vista. Así que disfrutamos de unas cervezas en un sitio tranquilo y un poco poblado de mosquitos, pero esos suelen ser siempre los primeros en descubrir dónde picar algo.
Transcurrido un pequeño rato, y dada mi insaciable sed de cerveza, pedí otras dos idénticas a las anteriores, una sin alcohol y otra con él. Para mi sorpresa el precio de cada una de ellas había pasado de ser de 2 € a 3€ y encima había ido yo mismo a pedir a la barra y a pagar por hacerlo más rápidamente. Me sorprendió tanto que le pregunté al camarero si es que había algún error y su respuesta fué que: “a partir de las diez de la noche el precio es diferente”. Y tan diferente como que el incremento es de ¡¡ un 50 % !! . ¡Ahí es nada!.
Como me pareció un abuso por su parte le pedí la Lista de Precios para ver dónde avisaban de tal eventualidad. Ahí empezaron los problemas. Primeramente se hizo un poco el “sueco” y tuve que insistirle en que quería ver la lista (no estaba expuesta en ningún lugar) y tampoco anunciaban que a partir de dicha hora el precio de las consumiciones variaban. Luego me dijo que nos “INVITABAN” a otra consumición gratis. Ahí es donde ya me mosqueé porque no se trata de que te inviten, sino de que no te “timen”. Entonces le dije que me diera la Hoja de reclamaciones, ya que me estaban haciendo perder el tiempo y un poco la paciencia. Pedir la Hoja de Reclamaciones ejerce un efecto acelerador en este tipo de situaciones y me contestó que tenía que llamar al encargado. Tampoco aparecía el tal encargado, así que le dije directamente que si no venía de manera urgente tendría que llamar a la Policía para agilizar el trámite de la ya decidida reclamación que tenía intención de poner.
Al cabo de un par de minutos apareció el “encargado” cuya alternativa al problema fué ofrecernos pagar la segunda consumición al mismo precio que la anterior. Insistí en que quería ver la lista de precios o la maldita hoja, y entonces ya me confirmó que no las tenían ahí y que las tenían los de ¿¿”La Gestoría”?? dado lo reciente de la apertura del chiringuito-terraza.
Ahí ya no pude por menos que decirle que pagaba al precio que me pedían y, por respetar que iba con más gente que no quería perder más tiempo de ocio discutiendo y llamando a la Policía, nos marchamos con mi “rabia” contenida y con la sensación de que somos TODOS TONTOS por permitir que abusen así de los consumidores por no amargarnos un rato de tranquilidad.
Pero me fuí prometiéndoles que los denunciaría y así lo he hecho esta misma mañana en el correspondiente Servicio Provincial de Salud y Consumo de la DGA.
Sé que no voy a impedir que vayais a disfrutar del sitio, también sé que el precio pueden cobrar lo que quieran (siempre y cuando esté aprobado y que el mismo esté a disposición del público) y también creo que merece la pena cumplir con lo que para mí es una reponsabilidad ciudadana que es denunciar los abusos que sufrimos como consumidores. Por eso,  y solamente por eso, he denunciado a la empresa, porque debo decir que tanto el camarero que nos atendió, como el encargado, ambos muy jóvenes, en todo momento fueron respetuosos y se limitaban a defender los intereses, e imagino que las instrucciones, de su empleador. Pero no hay derecho a que ocurran cosas de este tipo ante la pasividad de todos y luego no hacemos más que quejarnos en la barra de cualquier bar de lo cara que está la vida. Nosotros somos los que con nuestra actitud sumisa somos en parte culpables de que nos tomen por tontos.

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