El pasado septiembre anunció su retirada de la vida política.
Manuel Fraga Iribarne (Villalba, Lugo, 1922), presidente fundador del Partido Popular, ha fallecido en su domicilio de Madrid a los 89 años de un fallo cardíaco. Lo ha hecho rodeado de sus hijos y después de más de una semana aquejado de una infección respiratoria causada por un catarro que arrastraba desde comienzos de 2012.Foto de Manuel Fraca.
Los días previos a su fallecimiento el expresidente de la Xunta de Galicia y exsenador conservador había sido atendido en su casa de Madrid por una de sus hijas, médico de profesión, y había recibido las visita de sus hermanas ante el agravamiento de su estado.
Hasta el pasado mes de abril, don Manuel, como todos se referían a él en el PP, había participado de forma muy activa en todos los actos de partido. Da igual que fuesen en Madrid o fuera de Madrid, Fraga no se perdía ni congresos, ni convenciones, ni reuniones internas de partido. Y jamás se quedaba callado cuando la prensa le reclamaba una declaración que, por cierto, casi nunca estaban exentas de polémica. "Palabra de don Manuel", bromeaban con cariño algunos de sus compañeros en el partido cuando le escuchaban.
El punto de inflexión que provocó que Fraga pusiese freno a su actividad fue una caída en su domicilio. A causa de ello, tuvo que ser sometido a una operación de cadera en un hospital madrileño. Y su salud se resintió. Hasta tal punto que tuvo que renunciar a una de sus tradiciones veraniegas: la de trasladarse a su Galicia natal para pasar las vacaciones.
Con este gesto, el expresidente gallego ponía fin a la carrera del político en activo más longevo de España. Esta había arrancado en 1951 como secretario general del Instituto de Cultura Hispánica y continuó con cargos de responsabilidad en diferentes Gobiernos del dictador Francisco Franco. Fue también uno de los padres de la Constitución Española.
Un año antes de la Carta Magna viera la luz, en 1977, fundó Alianza Popular (AP) y fue elegido su secretario general. En 1989 el partido celebraría el Congreso de la refundación y nacería el PP, del que fue nombrado presidente honorífico. Durante unos meses también fue presidente de esta formación hasta que cedió el testigo a José María Aznar.
De estas fechas es la famosa carta de dimisión por anticipado del expresidente del Gobierno que Fraga rompió ante los compromisarios de ese Congreso que se celebró en Sevilla. Lo hizo al grito de "Ni tutelas, ni tutías". Era su forma de dar vía libre al ahora presidente del FAES para que tomara las riendas de la formación conservadora.
Junto a la anterior, otra de las instantáneas de su vida le retrata en traje de baño, adentrándose en la playa almeriense de Palomares en su etapa como ministro de Información y Turismo-lo fue entre 1962 y 1969- para alejar los rumores sobre la radioactividad de las aguas tras el accidente de un avión estadounidense cargado con material nuclear.
Su etapa en la Xunta (1990-2005), tampoco estuvo exenta de polémica. En 2002, cuando Galicia parecía haber superado la crisis de las vacas locas, estallaba la crisis del Prestige, el petrolero que se hundió frente a las costas gallegas provocando una de las mayores catastrófes ecológicas de la historia. En 2005 no pudo revalidar su mayoría absoluta.
En la pasada legislatura, su última en política, el presidente fundador de los conservadores presidió la mesa de edad de la Cámara Alta en su condición de parlamentario de más edad. En esta cita, dio "gracias a Dios" por haber llegado a los 85 años que tenía por entonces y mostró su deseo de poder ser testigo de la "famosa" reforma del Senado.,etc.
TÍTULO: SANTIAGO JOSÉ CARRILLO SOLARES-POLÍTICO COMUNISTA, ETC.
Santiago José Carrillo Solares[1] (Gijón, Asturias, 18 de enero de 1915) es un político comunista español. Fue secretario general del Partido Comunista de España (PCE) desde 1960 hasta 1982. Combatió en la Guerra Civil Española y fue figura relevante de la oposición al franquismo y de la Transición Española.
Pasa su primera infancia en Asturias hasta que su padre, Wenceslao Carrillo Alonso-Forjador,[2] obrero fundidor y militante de Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Unión General de Trabajadores (UGT), adquiere en 1924 la condición de dirigente nacional de ambas organizaciones y la familia se ve obligada a trasladarse a Madrid. Se instalan en el barrio obrero de Cuatro Caminos donde vivirán sin abandonar las dificultades económicas, ya que las exiguas asignaciones que las organizaciones obreras destinaban a sus dirigentes difícilmente cubrían las necesidades de una familia con cinco hijos. Su madre fue María Rosalía Solares Martínez.
Santiago Carrillo llega a Madrid con una deficiente formación e ingresa en el Grupo Escolar Cervantes (ubicado en su barrio, Cuatro Caminos) dependiente de la Institución Libre de Enseñanza y dirigido por Ángel Llorca. Santiago Carrillo ha dicho en varias ocasiones que se educó en el mejor colegio de la España de la época. Completada la enseñanza primaria es seleccionado para cursar Bachillerato, pero no pudiendo la familia costear los derechos de examen, abandona los estudios, comenzando a trabajar como aprendiz en una imprenta. Poco después se afilia a las Juventudes Socialistas de España (JJ. SS.) y a la UGT.
En 1930, a los quince años, comienza a colaborar como periodista en El Socialista[3] y el 14 de abril de 1931, proclamada la República, se le encarga la información parlamentaria. Carrillo se codea con los grandes periodistas encargados de la información parlamentaria de los otros periódicos: Víctor de la Serna (Informaciones), Wenceslao Fernández Flórez (ABC), Manuel Azaña (El Sol)...
En su militancia política, encuadrado desde un principio en la minoría revolucionaria del partido socialista (enfrentada a una mayoría reformista), pronto destaca por su capacidad de análisis y facilidad dialéctica. Desde la dirección de Renovación (la revista de las JJ.SS.), a la que accede en 1933, defiende su posición revolucionaria extendiéndola en el seno de las Juventudes.
En 1934, es nombrado secretario de las Juventudes Socialistas. Existen dos corrientes en el PSOE de la época. El grupo dominante en inicio será el de los reformistas, comandados por Besteiro y Prieto. El otro grupo, también numeroso, es el de los revolucionarios, cuyo líder era Largo Caballero (el «Lenin español»). Carrillo empieza a colaborar estrechamente con Largo Caballero. Pronto lograría el aprecio de éste, hasta el punto de llegar a ser considerado su "delfín". Partidario de la unificación de las juventudes obreras, intenta provocar la unidad de acción de las Juventudes Socialistas y Comunistas. Ambas organizaciones convocan manifestaciones y participan en mítines de forma unitaria. También intenta que Izquierda Comunista, organización de carácter trotskista, ingrese en el PSOE. Defiende la entrada del propio PSOE, una vez se haya impuesto el sector revolucionario, en la Internacional Comunista (IC).
Toma parte en el movimiento revolucionario conocido como Revolución de 1934, lo que le lleva a la cárcel hasta que, tras la victoria del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, es puesto en libertad. Comparte cárcel con Largo Caballero, su propio padre y otros muchos dirigentes socialistas. Es durante este encierro cuando se distancia de las posturas políticas de Largo Caballero al considerarlas moderadas.
Al salir de la cárcel, los representantes de la Internacional Comunista en España le proponen y organizan un viaje a Moscú con las direcciones de las JJ.SS. y JJ.CC. para negociar su unificación. En Moscú, Santiago Carrillo se vio deslumbrado por la revolución triunfante. Las JJ.SS. y JJ.CC., muy cercanas ideológicamente, alcanzan acuerdos sobre la futura organización resultante, las Juventudes Socialistas Unificadas. La base organizativa sería la Federación de Juventudes Socialistas, que mantendría sus relaciones con el PSOE. Se acuerda la adhesión como “simpatizantes” a la Internacional Juvenil Comunista, se renuncia a cualquier relación con organizaciones trotskistas y se marca como objetivo la unificación de los partidos obreros, bajo la órbita de Moscú.
A su regreso a España, aun con la oposición de Hernández Zarzalejo (presidente de las JJ.SS.) y otros miembros de la dirección, la unificación no tarda en imponerse, y en este proceso experimenta un espectacular crecimiento hasta alcanzar los 200.000 afiliados.,etc.
Hablo sobre la muerte de Manuel Fraga en la Ser como era su figura en la política,.etc.
Los días previos a su fallecimiento el expresidente de la Xunta de Galicia y exsenador conservador había sido atendido en su casa de Madrid por una de sus hijas, médico de profesión, y había recibido las visita de sus hermanas ante el agravamiento de su estado.
Hasta el pasado mes de abril, don Manuel, como todos se referían a él en el PP, había participado de forma muy activa en todos los actos de partido. Da igual que fuesen en Madrid o fuera de Madrid, Fraga no se perdía ni congresos, ni convenciones, ni reuniones internas de partido. Y jamás se quedaba callado cuando la prensa le reclamaba una declaración que, por cierto, casi nunca estaban exentas de polémica. "Palabra de don Manuel", bromeaban con cariño algunos de sus compañeros en el partido cuando le escuchaban.
El punto de inflexión que provocó que Fraga pusiese freno a su actividad fue una caída en su domicilio. A causa de ello, tuvo que ser sometido a una operación de cadera en un hospital madrileño. Y su salud se resintió. Hasta tal punto que tuvo que renunciar a una de sus tradiciones veraniegas: la de trasladarse a su Galicia natal para pasar las vacaciones.
Rumores en verano
Precisamente esta ausencia estival hizo que en algunos sectores se desataran todas las alarmas sobre la gravedad del estado de salud del expresidente gallego. Unos rumores que intentó acallar su círculo de confianza permitiendo que el diario El Mundo publicase una fotografía de Fraga en silla de ruedas, conducido por su hija, a su regreso de misa por las calles de Madrid.Estaba aquejado de una infección respiratoria causada por un catarro
En este contexto, el pasado septiembre, anunciaba su retirada de la vida política activa y, por tanto, su renuncia a volver a integrar las listas del PP al Senado de cara a las elecciones generales que dieron la mayoría absoluta a Mariano Rajoy.Con este gesto, el expresidente gallego ponía fin a la carrera del político en activo más longevo de España. Esta había arrancado en 1951 como secretario general del Instituto de Cultura Hispánica y continuó con cargos de responsabilidad en diferentes Gobiernos del dictador Francisco Franco. Fue también uno de los padres de la Constitución Española.
Un año antes de la Carta Magna viera la luz, en 1977, fundó Alianza Popular (AP) y fue elegido su secretario general. En 1989 el partido celebraría el Congreso de la refundación y nacería el PP, del que fue nombrado presidente honorífico. Durante unos meses también fue presidente de esta formación hasta que cedió el testigo a José María Aznar.
De estas fechas es la famosa carta de dimisión por anticipado del expresidente del Gobierno que Fraga rompió ante los compromisarios de ese Congreso que se celebró en Sevilla. Lo hizo al grito de "Ni tutelas, ni tutías". Era su forma de dar vía libre al ahora presidente del FAES para que tomara las riendas de la formación conservadora.
Junto a la anterior, otra de las instantáneas de su vida le retrata en traje de baño, adentrándose en la playa almeriense de Palomares en su etapa como ministro de Información y Turismo-lo fue entre 1962 y 1969- para alejar los rumores sobre la radioactividad de las aguas tras el accidente de un avión estadounidense cargado con material nuclear.
Su etapa en la Xunta (1990-2005), tampoco estuvo exenta de polémica. En 2002, cuando Galicia parecía haber superado la crisis de las vacas locas, estallaba la crisis del Prestige, el petrolero que se hundió frente a las costas gallegas provocando una de las mayores catastrófes ecológicas de la historia. En 2005 no pudo revalidar su mayoría absoluta.
En la pasada legislatura, su última en política, el presidente fundador de los conservadores presidió la mesa de edad de la Cámara Alta en su condición de parlamentario de más edad. En esta cita, dio "gracias a Dios" por haber llegado a los 85 años que tenía por entonces y mostró su deseo de poder ser testigo de la "famosa" reforma del Senado.,etc.
TÍTULO: SANTIAGO JOSÉ CARRILLO SOLARES-POLÍTICO COMUNISTA, ETC.
Santiago José Carrillo Solares[1] (Gijón, Asturias, 18 de enero de 1915) es un político comunista español. Fue secretario general del Partido Comunista de España (PCE) desde 1960 hasta 1982. Combatió en la Guerra Civil Española y fue figura relevante de la oposición al franquismo y de la Transición Española.
Pasa su primera infancia en Asturias hasta que su padre, Wenceslao Carrillo Alonso-Forjador,[2] obrero fundidor y militante de Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Unión General de Trabajadores (UGT), adquiere en 1924 la condición de dirigente nacional de ambas organizaciones y la familia se ve obligada a trasladarse a Madrid. Se instalan en el barrio obrero de Cuatro Caminos donde vivirán sin abandonar las dificultades económicas, ya que las exiguas asignaciones que las organizaciones obreras destinaban a sus dirigentes difícilmente cubrían las necesidades de una familia con cinco hijos. Su madre fue María Rosalía Solares Martínez.
Santiago Carrillo llega a Madrid con una deficiente formación e ingresa en el Grupo Escolar Cervantes (ubicado en su barrio, Cuatro Caminos) dependiente de la Institución Libre de Enseñanza y dirigido por Ángel Llorca. Santiago Carrillo ha dicho en varias ocasiones que se educó en el mejor colegio de la España de la época. Completada la enseñanza primaria es seleccionado para cursar Bachillerato, pero no pudiendo la familia costear los derechos de examen, abandona los estudios, comenzando a trabajar como aprendiz en una imprenta. Poco después se afilia a las Juventudes Socialistas de España (JJ. SS.) y a la UGT.
En 1930, a los quince años, comienza a colaborar como periodista en El Socialista[3] y el 14 de abril de 1931, proclamada la República, se le encarga la información parlamentaria. Carrillo se codea con los grandes periodistas encargados de la información parlamentaria de los otros periódicos: Víctor de la Serna (Informaciones), Wenceslao Fernández Flórez (ABC), Manuel Azaña (El Sol)...
En su militancia política, encuadrado desde un principio en la minoría revolucionaria del partido socialista (enfrentada a una mayoría reformista), pronto destaca por su capacidad de análisis y facilidad dialéctica. Desde la dirección de Renovación (la revista de las JJ.SS.), a la que accede en 1933, defiende su posición revolucionaria extendiéndola en el seno de las Juventudes.
En 1934, es nombrado secretario de las Juventudes Socialistas. Existen dos corrientes en el PSOE de la época. El grupo dominante en inicio será el de los reformistas, comandados por Besteiro y Prieto. El otro grupo, también numeroso, es el de los revolucionarios, cuyo líder era Largo Caballero (el «Lenin español»). Carrillo empieza a colaborar estrechamente con Largo Caballero. Pronto lograría el aprecio de éste, hasta el punto de llegar a ser considerado su "delfín". Partidario de la unificación de las juventudes obreras, intenta provocar la unidad de acción de las Juventudes Socialistas y Comunistas. Ambas organizaciones convocan manifestaciones y participan en mítines de forma unitaria. También intenta que Izquierda Comunista, organización de carácter trotskista, ingrese en el PSOE. Defiende la entrada del propio PSOE, una vez se haya impuesto el sector revolucionario, en la Internacional Comunista (IC).
Toma parte en el movimiento revolucionario conocido como Revolución de 1934, lo que le lleva a la cárcel hasta que, tras la victoria del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, es puesto en libertad. Comparte cárcel con Largo Caballero, su propio padre y otros muchos dirigentes socialistas. Es durante este encierro cuando se distancia de las posturas políticas de Largo Caballero al considerarlas moderadas.
Al salir de la cárcel, los representantes de la Internacional Comunista en España le proponen y organizan un viaje a Moscú con las direcciones de las JJ.SS. y JJ.CC. para negociar su unificación. En Moscú, Santiago Carrillo se vio deslumbrado por la revolución triunfante. Las JJ.SS. y JJ.CC., muy cercanas ideológicamente, alcanzan acuerdos sobre la futura organización resultante, las Juventudes Socialistas Unificadas. La base organizativa sería la Federación de Juventudes Socialistas, que mantendría sus relaciones con el PSOE. Se acuerda la adhesión como “simpatizantes” a la Internacional Juvenil Comunista, se renuncia a cualquier relación con organizaciones trotskistas y se marca como objetivo la unificación de los partidos obreros, bajo la órbita de Moscú.
A su regreso a España, aun con la oposición de Hernández Zarzalejo (presidente de las JJ.SS.) y otros miembros de la dirección, la unificación no tarda en imponerse, y en este proceso experimenta un espectacular crecimiento hasta alcanzar los 200.000 afiliados.,etc.
Hablo sobre la muerte de Manuel Fraga en la Ser como era su figura en la política,.etc.
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