El exministro de Fomento José Blanco pudo resarcirse ayer del «daño irreparable» que le han producido las acusaciones de corrupción vertidas contra él por el empresario farmacéutico Jorge Dorribo y que han supuesto su imputación por el Tribunal Supremo.
El vicesecretario general del PSOE declaró durante una hora ante el juez instructor José Ramón Soriano, al que negó «tajantemente» haber recibido dinero a cambio de mediar en la agilización de licencias administrativas para la empresa de Dorribo, la farmacéutica Nupel, según fuentes cercanas al exministro.
Blanco, imputado por tráfico de influencias y cohecho, declaró a petición propia para tener acceso a la pieza separada del sumario de la 'operación Campeón' que le afecta, y que está declarada secreta. Esta causa la instruye una juez de Lugo, Estela San José, que investiga un fraude de subvenciones públicas que implica a políticos y empresarios gallegos, y en la que está imputado el propio Dorribo. En el caso de Blanco, al tratarse de un aforado por su condición de diputado nacional su caso pasó a manos del Supremo.
En la hora de declaración, el juez Soriano y el fiscal, que también vio indicios de delito contra el número dos socialista, preguntaron a Blanco sobre las acusaciones de Dorribo. Entre otras cuestiones, si recibió 200.000 euros en billetes de 500 por mantener una reunión informal con el empresario en una gasolinera de Guitiriz, en Lugo; si medió para agilizar unas licencias de Nupel con los ministerios de Economía y Sanidad; y cuál era su versión sobre una serie de mensajes de móvil mandados por el exministro a Dorribo, y que éste presentó como pruebas.
A todo ello Blanco respondió con rotundidad que se trataba de falsedades y que el farmacéutico imputado «se sirve de hechos ciertos con acusaciones infundadas» para atacar al exministro, según fuentes de su entorno. Entre los «hechos ciertos» Blanco admitió al juez que sí se reunió con Dorribo en la citada gasolinera de Lugo, un área de servicio muy transitada de la autovía de A Coruña, ya que éste quería verle para plantearle una cuestión privada antes de irse a comer juntos con otros empresarios. Y de las «acusaciones infundadas», negó «tajantemente» que recibiese soborno alguno para hacer posible esa cita.
Manuel Bran
En ese punto, aparece el nombre del primo político de Blanco, Manuel Bran, la persona a la que Dorribo acusa de recibir el dinero en la gasolinera. El exministro confirmó que éste estuvo allí, pero recordó al juez del Supremo que por ahora no se encuentra imputado y que, incluso, ha pedido a la juez de Lugo que le deje declarar para defenderse de las acusaciones del empresario farmacéutico.
Además de Blanco y Bran, en la estación de servicio también se encontraba con ellos un agente de la Policía que iba de escolta del exministro y el chófer de éste, por lo que es probable que ambos sean citados como testigos ante el juez Soriano para explicar su versión de los hechos, según fuentes jurídicas.
A su salida del alto tribunal, Blanco se mostró «satisfecho» porque «al fin» pudo ha podido desahogarse y remediar en parte el «daño irreparable» que le han hecho. «Hoy por fin tuve la oportunidad de poder saber de qué se me acusaba y poder decir lo que pensaba de esas acusaciones, de esas falsas acusaciones», dijo.
Y es que desde que su nombre salió a la palestra, después de la tercera declaración de Dorribo ante la juez de Lugo, en octubre pasado, Blanco no había tenido hasta este jueves la oportunidad de saber de qué se le imputa, ya que la pieza está declarada secreta.
Curiosamente, antes de que el exministro declarase se presentó en el tribunal el abogado de Dorribo, Ignacio Peláez, el mismo que se querelló contra Baltasar Garzón por las escuchas del 'caso Gürtel', para estar presente en el interrogatorio. El empresario está personado en la causa y quería que su letrado asistiera a la citación de Blanco, pero el juez Soriano no le permitió la entrada porque la investigación está secreta.
El abogado Peláez señaló que una vez que la juez de Lugo levante el secreto de sumario Blanco será llamado a declarar de nuevo.
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