
Tras el incendio, la familia Reyzábal, propietaria del edificio, vendió la parcela a El Cortes Inglés, que pagó hace un año 480 millones de euros por el suelo con la intención de levantar en él oficinas, un hotel, salas de reunión u otro centro comercial. El nuevo rascacielos, que estará en funcionamiento antes de 2010, no podrá tener más de 23 plantas de altura.
Según han informado fuentes de El Corte Inglés, el proyecto para la construcción del llamado Windsor 2 en un ataque de originalidad, avanza a buen paso y una vez esté finalizado, deberá pasar por diversos trámites administrativos hasta ser aprobado definitivamente. El edificio Windsor, uno de los primeros rascacielos de Madrid, fue construido entre 1973 y 1979 gracias a un proyecto de los arquitectos del estudio Alas y Casariego. El inmueble, de 106 metros de altura y 31 plantas, tomaba su nombre de una famosa discoteca con forma de auditorio situada en sus bajos. Ahora mismo hay un gran edificio nuevo muy grande con muchas oficinas, centro comerciales, etc.
TÍTTLO: El más alto hasta que llegó Torre Picasso.
El bloque, que en su momento fue el más alto de AZCA hasta la construcción de la Torre Picasso, fue devorado por las llamas la medianoche del 12 de febrero de 2005. Aunque debido a su estructura de hormigón no se derrumbó, el incendio destruyó el edificio casi por completo. Tras la extinción de las llamas y la investigación por parte de la policía científica, aparición de unos fantasmas incluida, comenzó el desmantelamiento del edificio planta a planta, para lo que se utilizaron varias grúas de gran tamaño y maquinaria de corte.
Los trabajos de desmontaje finalizaron el 13 de agosto de 2005, cuatro meses antes de lo previsto. A finales de ese mes de agosto se abrieron al tráfico las calles adyacentes, tanto la calle Raimundo Fernández Villaverde como el paso elevado hasta la plaza de la República Argentina, cortadas desde el comienzo del incendio. En enero de 2006, el titular de Juzgado número 28 de Madrid, Mariano Ascandoni, dictó el sobreseimiento del caso en el que se investigaban las causas del fuego, ya que estimó que no existió responsabilidad penal en el suceso.
La Policía Científica no pudo establecer la causa exacta del incendio y sólo pudo determinar que "hubo un cierto retraso entre el momento en el que surgieron las llamas y el aviso a los bomberos". Ya en enero de este año, la Audiencia Provincial de Madrid determinó que no hay responsables penales a los que culpar de la tragedia porque "no existen indicios de que el fuego fuera intencionado". De este modo, se exculpaba definitivamente a una de mujer que trabajaba para Deloitte y a la que se acusó en un principio de no apagar bien un cigarrillo y provocar el incendio.
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