martes, 5 de julio de 2011

EL SUEÑO AMERICANO. LA ESTATUA DE LA LIBERTAD.

Formar parte del equipo Texas Rangers era su gran meta, aún no había cumplido los 13 años y vivía en Arlington (Texas), en un pequeño rancho junto a su familia. El baseball era su pasión, deporte que practicaba con especial habilidad. Su equipo, Bull Texas, participaba en la liga estatal. Sólo faltaban 15 días para la gran final.
Los Texas Rangers formaban equipo infantil dentro del estado para participar en la primera competición de la División Oeste que tendría lugar 9 meses después.

Esa tarde, al salir del colegio, cogió su bicicleta y se arrojó por aquella polvorienta pendiente que atravesaba el pueblo, a cuyo extremo Este se situaba su rancho. Algo extraño ocurría, su padre, un fornido vaquero de sombrero de ala y camisa a cuadros, mascaba tabaco de manera obsesiva junto al abrevadero, en actitud expectante. Johnny adivinó en su mirada que algo especial le iba a ser comunicado, y así fue: había sido convocado a las pruebas para formar parte de los Texas Rangers, entrenaría durante dos intensas horas ese mismo domingo, a tan solo 10 días de la final.

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