miércoles, 6 de febrero de 2013

EL PRESIDENTE TIENE QUIÉN LE ESCRIBA,./ AL PRINCIPIO ME SENTIA RARO CON LA SOTANA,.

TÍTULO: EL PRESIDENTE TIENE QUIÉN LE ESCRIBA,.

-foto--Victorio Román Centeno no conoció la escuela. Desde bien pequeño ayudaba en las faenas del campo y no tuvo la oportunidad de aprender,.

Victorio Román Centeno no conoció la escuela. Desde bien pequeño ayudaba en las faenas del campo y no tuvo la oportunidad de aprender a leer ni escribir, mientras que las 'cuatro reglas' -suma, resta, multiplicación y división- las aprendió en la universidad de la vida. Con 15 años de edad perdió a sus padres y, dado que era el varón mayor de cuatro hermanos, tuvo que hacerse cargo de la empresa agraria familiar. No tuvo más remedio que fijarse bien en las letras y en los números para que el negocio, que había quedado seriamente tocado tras la guerra civil, saliera adelante. Victorio Román se encargaría desde aquel momento y hasta su jubilación de llevar el papeleo de la empresa.
En los ratos libres trataba de leer y escribir, pero siempre de manera autodidacta; nadie le dio jamás una clase ni le explicó nada de gramática, ortografía, sintaxis. Tras una vida laboral activa de más de 70 años llegó la hora de 'colgar los bártulos', y fue entonces cuando comenzó a escribir, de manera muy sui generis, con muchas faltas de ortografía, pero con una voluntad inmensa. Así, actualmente a sus 92 años es el columnista más veterano de la revista cultural local Azagala, pero también es el socio de más edad tanto del Hogar del Pensionista como del Casino.
Victorio presume de llamar al pan pan y al vino vino, de manera que reivindica sus derechos a través de la escritura y critica aquellas cosas que ve mal. Su osadía ha llegado al extremo de que en poco más de dos años ha remitido cartas escritas de su puño y letra a cuatro presidentes, dos nacionales: Zapatero y Rajoy, y otros dos regionales, Vara y Monago. A todos ellos les ha hablado de tender puentes para el diálogo y les ha dejado clara su opinión en el sentido de que el bienestar y progreso de España y Extremadura está por encima de los intereses políticos. A Zapatero le dio unos consejos sobre el problema de la vivienda y a Rajoy le mostró su preocupación por el poder adquisitivo de las pensiones. A Fernández Vara le gustó tanto la iniciativa de Victorio que, en lugar de contestarle por carta como los demás presidentes, se acercó a Alburquerque para saludarle y juntos trataron varios temas sentados en la mesa camilla de su casa. Dos fotos de ambos juntos presiden ahora la entrada y la salita de su humilde vivienda.
Del último que recibió respuesta fue de José Antonio Monago, a quien le había explicado los cambios históricos y políticos que ha conocido en sus 92 años. El actual presidente de la Junta le contestó con una carta muy entrañable en la que decía sentirse complacido al «comprobar que sigue intacto su interés por el devenir de la actualidad su preocupación porque las cosas se hagan bien, idea que compartimos plenamente».
Ahora, tras cartearse con los presidentes, a los que remitió sus escritos sin corrección ortográfica alguna ni prejuicios de ninguna clase, solo le queda picar más alto, y ya prepara carta para el Rey. 
 TÍTULO: AL PRINCIPIO ME SENTIA RARO CON LA SOTANA,.

Se imaginan a Danny Zuko (el protagonista masculino de Grease) cambiando la chupa de cuero y el peine por la sotana? Es justo lo que ha ...

¿Se imaginan a Danny Zuko (el protagonista masculino de 'Grease') cambiando la chupa de cuero y el peine por la sotana? Es justo lo que ha tenido que hacer Jordi Coll (Mataró, Barcelona, 1985) que se bajó de las tablas del musical 'Grease' para meterse de lleno en el papel del diácono Gonzalo Valbuena en los duros años 20 españoles en los que se ambienta 'El Secreto de Puente Viejo' (17.30 horas en Antena 3). Ahora, es uno más de la serie y las animadas aulas son solo un recuerdo. Es tiempo de lidiar con oscuros personajes y luchar contra situaciones en las que tendrá que elegir entre los hábitos o su libertad.
- De Danny Zuko a diácono de pueblo. ¡Toma cambio!
- (Risas) Sí, es muy entretenido cambiar la chaqueta de cuero por la sotana. Ahora que llevo unos meses aquí la cosa pinta bien. Estoy muy ilusionado.
- Su personaje es un buenazo.
- A parte de bueno, que sería lo más fácil, es la contradicción pura. Durante su infancia las ha pasado canutas pero hay algo dentro de él que le lleva a hacer el bien e intentar encontrar el amor en todos los sentidos. ¡Sí, en todos los sentidos! Todo lo que le pasa le pone entre la espada y la pared.
- ¿Sería capaz de abandonar los hábitos por amor?
- Ha estado a punto y decidió que no. Si las cosas siguen así los hábitos se los va a quedar. Pero Gonzalo es capaz, está por ver.
- ¿Se siente raro con la sotana?
- Al principio mucho. Es un vestido que, cuando te lo pones, te encorseta. Te da rectitud y serenidad. Además, como tiene el caído de la falda negro, los alzacuellos... No te puedes mover con soltura. Cuando Gonzalo lleva otros trajes se mueve distinto.
- ¿Hay algo de Jordi Coll en Gonzalo?
- ¡No! (risas) Nada, nada. A medida que ha ido avanzando la serie, he separado al actor de lo que es el personaje. Eso sí, paso más horas siendo Gonzalo que Jordi. Él tiene una fortaleza y unas convicciones que. Yo no sé si soy tan altruista.
- ¿Qué es lo que más echaría de menos si viviera en 1920?
- Ostras, me has pillado. A mí me hace muy feliz llevar un aparatito como el teléfono móvil y escuchar música, porque me encanta. En aquella época tenías que ir a ver a la orquesta si querías oír música en directo.
Trabajo efímero
- Los asesinatos están a la orden del día en su serie. ¿Teme que lo despachen de repente?
- Debemos de asumir que nuestro trabajo es efímero. No creo que muchos actores quieran vivir cincuenta años haciendo el mismo personaje. Pero, si alguno tiene que morir, el equipo lo avisa con mucha antelación y con tacto. Historias de estas de actores que se los cargan por renegociar su contrato no he visto nunca (risas).
- ¿Le llaman 'padre' por la calle?
- ¡Casi todos los días! Otros Gonzalo, Martin, Danny. Y a veces Jordi, las que menos (risas)..
- ¿Cómo ve a la competencia?
- No creo que nuestra gran competidora sea 'Sálvame', como mucha gente dice, porque tenemos públicos diferentes. Por los datos que estamos haciendo vamos muy bien, y mantenerlo al ritmo que vamos es impresionante.
- ¿La calidad está reñida con la crisis?
- Solo tienes que ver las series perfectas de la cadena estadounidense HBO. Es una burrada lo que está pasando ahora, tanto en cine como televisión. No doy abasto, tengo que dejarme cosas sin ver porque no tengo tiempo. Pese a la crisis, la calidad en España es estupenda.

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