Cómo
usar la lengua inglesa
Vivir
del juego
Yo
necesito hablar mucho. No podría estar en la cama con una persona que solo
supiese pedir agua o preguntar por el baño». La piadosa ...
Yo necesito hablar mucho. No podría estar en la cama con una persona que solo
supiese pedir agua o preguntar por el baño». La piadosa confesión la hace Venus
O'Hara (Manchester, «prefiero no decir mi edad») la joven que se esconde detrás
de 'Inglés para pervertidos', un manual al estilo de los tradicionales libros de
ejercicios para que los menos duchos en el uso de la lengua inglesa no se
pierdan en un vis a vis entre sábanas con un extranjero. Un total de ocho
lecciones con las que repasar, por ejemplo, los tiempos verbales hablando de ese
rosario de citas esporádicas que comenzó tras un revolcón de verano o aprender
el vocabulario para iniciarse en el mundo del fetichismo.
Licenciada en Ciencias Políticas, se marchó a París a trabajar un año
de prácticas y a terminar de hacerse con el dominio del francés, que aprendió en
la universidad «cursando la mitad de sus asignaturas» en ese idioma. Allí entró
en contacto con el mundo hispano y fue en el año 2000 cuando decidió mudarse a
Madrid. «Con solo dos idiomas no era suficiente», justifica. Ahora reside en
Barcelona, a donde llegó hace más de diez años atraída por las vistas de la
ciudad que Almodóvar recogió en 'Todo sobre mi madre'.
Sus conocimientos sexuales son materia, como en la mayoría de casos,
de la universidad de la vida. Lo de la docencia, de sus primeros años en España,
cuando decidió ganarse el pan dando clases particulares, «una buena manera de
sobrevivir». «Noté que a mis alumnos les faltaba pasión a la hora de aprender»,
recuerda de aquellos tiempos. Cansada del clásico 'ABC' (léase con acento
inglés) empezó a darle un toque picante a sus clases. «Era una manera de
despertar el interés», cuenta. Un sensual temario que cursos después se recogen
en una publicación también editada en catalán. «Me ha venido genial para
aprenderme yo todas las palabras», bromea Venus, al tiempo que admite que de los
cuatro idiomas que conoce «el más sensual de todos es el castellano».
«Soltarse». Aparcar la vergüenza a la hora de hablar otro idioma.
Esto es clave para mejorar. Por eso hay algunos que después de una borrachera en
Londres solo se acuerdan de lo bien que se le daba el inglés entre pinta y pinta
de cerveza. «Llevando varias copas encima algunos se atreven con palabras que no
dirían sobrios, cuando se suele decir únicamente lo que se sabe que es
correcto», opina. Quién sabe si después de leerse su libro hay más de uno que se
tome un 'whiskazo' antes de entrar a un 'sex shop' en busca de unas 'Ben-Wa
balls' o una 'Love doll'.
«Creo que es tanto para hombres como para mujeres», afirma sobre la
audiencia que más disfrutará con las prácticas que propone. «No solo es para
hablarlo con la pareja. Muchas cosas de las que explico sirven para hablar con
amigos o, incluso, con un médico», continúa. Añade, en tono jocoso, que «sería
un bonito detalle» para alguien «que se va de Erasmus» o para un conocido que
«ha empezado a salir con un extranjero».
Además de profesora titulada, escritora y modelo ocasional (ella es
la protagonista de todas las fotos del libro), Venus tiene su propio blog, donde
compila fotos de medio centenar de fetiches y es creadora de 'No sabes con quién
duermes', un confesionario 'online' pensado para personas que llevan una doble
vida.
TÍTULO: VIVIR DEL JUEGO,.
La
escena recuerda a la que todos los fines de semana se vive en los campos de
fútbol. El enclave, en cambio, es algo más selecto: el Palacio ...
La escena recuerda a la que todos los fines de semana se vive en los
campos de fútbol. El enclave, en cambio, es algo más selecto: el Palacio de
Congresos de Versalles. La hinchada ruge con cada embestida, aplaude, chilla y
abuchea. Ataques y defensas se suceden a un ritmo vertiginoso, mientras dos
personas, ajenas al bullicio reinante al otro lado de sus auriculares, teclean y
mueven el ratón de forma frenética. No es más que un torneo de exhibición que ha
preparado Blizzard con motivo del lanzamiento de ‘StarCraft II–Heart of the
Swarm’ –primera expansión de la segunda entrega del famoso juego de estrategia
en tiempo real–, pero es un ejemplo de que poco a poco los deportes electrónicos
van cobrando fuerza.
Pese a que son títulos tan exitosos como ‘League of Legends’, ‘FIFA
2013’ o ‘Call of Duty: Black Ops 2’ los que sustentan estas competiciones, es
difícil poner números sobre la mesa. «El mercado es muy joven y no hay
prácticamente estudios pero en muy pocos años ha crecido muchísimo», señala
Sergi Mesonero, director de la Liga de Videojuegos Profesional, uno de los
principales organizadores de torneos en España. Mesonero estima que el número de
jugadores profesionales –esto es, que cobran un salario por jugar, más allá de
los suculentos premios que reciben por torneo– se ha multiplicado por 4 en dos
años, alcanzando los 2.000 jugadores en todo el planeta.
Y no solo eso. Los salarios también se han disparado, superando los
100.000 dólares anuales (78.000 euros) en el caso de los primeras espadas. No en
vano, el coreano Leon Yun-Yeol, uno de los mejores jugadores del mundo de
‘StarCraft’, firmó un contrato de tres años por 690.000 dólares (538.000 euros).
Ya hay quien apunta a una burbuja que podría estar cerca de desinflarse.
No es el caso de Pedro Moreno Durán, alias ‘LucifroN’, uno de los
pocos jugadores españoles que vive de competir en videojuegos de forma
profesional. A sus 21 años, este catalán ha decidido abandonar, al menos por el
momento, la carrera de Ingeniería Informática y dedicarse a su pasión: el
‘StarCraft II’. «Mis padres quieren que acabe la carrera tarde o temprano, pero
me han dejado decidir y puedo retomar la universidad en cualquier momento.
Quiero dedicarme al menos un año a ello y ver hasta dónde llego. Sé que no voy a
salir perdiendo», afirma convencido. Aún con todo, es consciente de que a ojos
de los que desconocen el mundillo «parece una locura».
Duros entrenamientos
Pero ser competitivo en este mundillo es ciertamente complejo.
Mesonero explica que se necesita «un talento innato, mucho entrenamiento y, como
cualquier otro deportista, dosis importantes de carisma». Pedro entrena de 8 a
10 horas diarias para alcanzar las 300 acciones por minuto que lleva a cabo de
media un jugador profesional del ‘StarCraft II’: «Compito contra otros jugadores
de alto nivel y veo vídeos de gente que está por encima de mí. Se trata de
intentar entender por qué juegan así, saber reaccionar a todo y conocer mejor el
juego». Así las cosas, no todo es diversión. «Hay veces que no te apetece nada
jugar pero se me ocurren trabajos peores. Al final quien se dedica a esto es
porque ama el juego», explica entre risas.
Pero quizá lo que más sorprende es la pasión con la que millones de
aficionados siguen a estas estrellas del deporte electrónico. Corea del Sur, con
dos cadenas de televisión dedicadas a retransmitir durante 24 horas estos
eventos, lleva la delantera –allí ‘StarCraft’ es un auténtico fenómeno de másas
casi tan popular como el fútbol lo es en España–. Pero más allá del país
asiático, las audiencias de los grandes torneos internacionales se cuentan por
millones, con comentaristas profesionales que ganan más que las propias
estrellas. Así, los torneos de la Major League Gaming, la organización de
deportes electrónicos más importante del mundo, obtuvieron casi 12 millones de
espectadores en el último año. En España, la retransmisión más importante ha
congregado a 300.000 espectadores en un fin de semana y ya se han hecho los
primeros pinitos en televisión, a través de Canal +.
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