En la gala de los Goya, que tanto está dando que hablar todavía, hubo momentos de tensión, de humor, de angustia... Hasta instantes taurinos,.
En la gala de los Goya, que tanto está dando que hablar todavía, 
hubo momentos de tensión, de humor, de angustia... Hasta instantes taurinos, a 
juzgar por las caras del ministro Wert aguantando el tipo en la suerte de don 
Tancredo... La anécdota, una de las notas serenas, vino de la mano de una mujer 
vestida con kimono japonés y sentada junto al director de 'Blancanieves'. 
Supimos que se trataba de Yuko Harami, la esposa del bilbaíno Pablo 
Berger, y que lucía el mismo kimono de seda con flores de ciruelo pintadas a 
mano que vistió su madre el día de su boda. El hombre que estaba a su lado había 
sido su profesor en la New York Film Academy. Yuko Harami fue la encargada de la 
foto fija de la película. Treinta y ocho de las imágenes de ese filme ('La 
insólita España en blanco y negro de Blancanieves') pueden verse ahora en la 
Galería de Arte Loewe. Harami es seguidora del trabajo con la cámara de la 
flamante académica de Bellas Artes Cristina García Rodero y admiradora confesa 
de Robert Frank ('Los americanos') y de Josef Koudelka, autor de una irrepetible 
serie sobre gitanos europeos. 
- ¿Cómo se conocieron? 
- En Nueva York, a mediados de los 90. Pablo era mi profesor de 
dirección en la New York Film Academy... empezamos a salir juntos después de 
acabar el curso. 
- ¿Cuándo apareció el cine? 
- Naturalmente nuestras primeras citas fueron para ir al cine. 
Incluso ahora no hay nada más especial para nosotros que ir a una sala. Muchas 
noches alquilábamos películas en un videoclub. Al lado de nuestra casa del East 
Village teníamos el mejor que he conocido en mi vida, el Kim's Video. Era como 
una filmoteca, organizado por directores y países. Lo tenían absolutamento todo. 
- ¿Lograban ponerse de acuerdo? 
- Muchas veces discutíamos a la hora de elegir una película. 
También éramos muy de pasear, de ir a comer a Chinatown o a la Sexta, donde 
están todos los restaurantes indios, paseábamos por el Soho y Central Park, 
íbamos a museos y exposiciones. Tenemos suerte de tener los mismos gustos. Lo 
mejor de nuestra relación es que nos reímos mucho juntos. 
- ¿Cuál es su formación? 
- Estudié fotografía en Japón y en el International Center of 
Photography (fundado por Cornell Capa) y luego hice cursos de cine. Mi madre es 
muy cinéfila, le encanta Víctor Erice. Mi padre es arquitecto. De pequeña, ella 
solía llevarme a museos y conciertos, a veces, incluso saltándome las clases. Y 
durante 18 años estudié piano... 
- ¿Qué le gusta de nosotros? 
- Desde el primer día, los padres de Pablo y su familia me trataron 
de una manera muy afectuosa y me sentí como en casa. En Madrid tengo amigos 
estupendos, siempre puedo contar con ellos si necesito su ayuda para cuidar a mi 
hija si algún día no puedo por mi trabajo. La relación con la gente es muy 
informal y fácil, eso me encanta. 
- ¿Y nuestra cruz? 
- Lo que menos me gusta es el odio injustificado hacia el cine 
español. Aquí, en general, piensan que si es español, no es bueno. Eso no sucede 
en Japón, donde el público apoya al cine japonés. Van a verlo sin ningún 
prejuicio. 
«La vida es un regalo» 
- ¿Cómo es su oficio? 
- He hecho mucha fotografía de calle, me encanta la fotografía 
documental, capturar a gente de verdad sin manipular el momento... Admiro mucho 
el trabajo de Robert Frank y Josef Koudelka. Me satisface trabajar como foto 
fija en las películas de Pablo. Intento ser fiel a las imágenes de la película, 
pero, al final, son mis fotos y mi punto de vista. 
- Tienen una hija, Akio, de 9 años. ¿Dónde y cómo la educan? 
- Nuestra hija va a un colegio público en el centro de Madrid. Un 
centro muy pequeño, solo hay una clase por curso, casi parece la escuela de La 
Casa de la Pradera... Es un colegio multicultural, con niños de todas las razas. 
Estamos encantados. Akio es bilingüe, habla español y japonés. Aunque me da una 
felicidad enorme poder hablar mi idioma con ella, sobre todo quiero que aprenda 
el castellano correctamente, porque es su idioma materno... Como todos los que 
tenemos hijos, queremos un mundo mejor para ellos... Pero eso nunca se sabe. Es 
muy importante para nosotros que tenga una infancia feliz, y educarla con 
valores humanos donde la tolerancia y la libertad sean fundamentales. Queremos 
que tenga un espíritu sólido y fuerte para poder confrontar todos los problemas 
y sinsabores que se va a encontrar en su vida. Pablo siempre le dice que la vida 
es un regalo y que hay que disfrutar cada minuto de ella. 
- En la ceremonia del domingo vistió un kimono, la prenda 
tradicional japonesa... 
- Sí. Era el kimono de mi madre. Lo llevó en su boda. Los motivos 
son flores de ciruelo y están pintados a mano. Ponerse bien un kimono es 
bastante difícil. Tuve que practicar todos los días durante una semana antes de 
la gala.
Miles de personas salieron ayer a las calles de más de 50 ciudades de España para protestar contra «el golpe de Estado de los mercados» y ...
Miles de personas salieron ayer a las calles de más de 50 ciudades 
de España para protestar contra «el golpe de Estado de los mercados» y las 
«brutales políticas de ajuste» y para pedir la dimisión del Gobierno. La marcha 
más importante tuvo lugar en Madrid, donde se concentraron en los alrededores 
del Congreso de los Diputados, convocados por la plataforma 'Marea Ciudadana'. 
Al grito de «sí se puede», las cuatro marchas convocadas confluyeron en la Plaza 
de Neptuno. Asimismo, como es habitual, la Policía desplegó un amplio 
dispositivo de seguridad en la zona compuesto por más de 1.500 agentes 
antidisturbios. 
Una vez en Neptuno, los portavoces de algunos de los más de 300 
colectivos que se sumaron a las movilizaciones leyeron sus respectivos 
manifiestos desde un pequeño escenario, ubicado en un camión, instalado en el 
centro de la plaza. Los profesores de la Marea Verde inauguraron el turno de 
lectura de manifiestos, los médicos de la Marea Blanca, decenas de asambleas 
populares del Movimiento 15M, los bomberos, los mineros o los afectados por las 
hipotecas, fueron algunos de los 300 colectivos que se sumaron a la protesta. A 
continuación, entre gritos de «dimisión» y el ya habitual «el pueblo, unido, 
jamás será vencido», se procedió a la lectura del manifiesto difundido por la 
plataforma 'Marea Ciudadana', a través de la que se han coordinado las 
movilizaciones. 
«El creciente desempleo, el ataque a la sanidad y a la educación 
pública, a los derechos laborales y sociales, al medio ambiente, nos han hecho 
confluir en las calles, en las mareas ciudadanas», proclamó uno de los 
portavoces, para exigir después la dimisión del Gobierno. 
Sobre las 21.00 horas, la Policía desalojó a los manifestantes tras 
pequeños incidentes como el lanzamiento de algunas piedras. Posteriormente se 
produjeron cargas contra algunos encapuchados en las inmediaciones de la 
estación de Atocha que se saldaron con, por lo menos, 40 detenidos y doce 
heridos, dos de ellos policías. Los agentes tuvieron que intervenir después de 
que algunos radicales la emprendieran con los establecimientos de la zona. En 
las manifestaciones del resto de España no hubo incidentes.
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