La "Rosa del Desierto" es esa flor tan desconocida como admirada, que todos queremos conseguir entre la inmensa arena que cubre y nubla,.
La rosa del desierto es una roca sedimentaria detrítica formada en los desiertos, de ahí su nombre, cuando se forman diversas capas de yeso, agua y arena. Forma cristales muy bellos que recuerdan la forma de una flor, de ahí la denominación de rosa. Es muy blanda y suele ser de color arena oscura. Por su composición sería apto para ser usado en la construcción, pero su contenido en arena hace inviable este uso, por lo que su interés es plenamente ornamental y/o decorativo.
TÍTULO: NURIA ROCA, SI EL AMOR FUERA EVITABLE, AHORRARIAMOS SUFRIMIENTO;
Si el amor fuera evitable, ahorraríamos en sufrimiento Comparten más ... La presentadora Nuria Roca y el guionista Juan del Val se lanzaron a ...
Comparten más de una década de matrimonio, tres hijos y vocación profesional.
Suficiente como para terminar cada uno las frases del otro en una
suerte de orquestado baile de complicidad que salta a la vista. La
presentadora Nuria Roca y el guionista Juan del Val se lanzaron a la escritura de novelas a cuatro manos en 2011 con 'Para Ana (de tu muerto)'. Era el tercer libro para la valenciana -que sorprendió con 'Sexualmente' en 2007 y 'Los caracoles no saben que son caracoles' en
2009, con 120.000 ejemplares vendidos- y el primero para su marido, que
hasta el momento había oficiado detrás de las cámaras como redactor,
guionista, productor y director de programas. Tras el debut a cuatro
manos, la pareja ha vuelto a repetir la experiencia con 'Lo inevitable del amor' (Espasa),
una novela sobre las relaciones, las segundas oportunidades y la
actitud ante la vida y la muerte, todo ello contextualizado en una
crisis económica e inmobiliaria y aderezado con intriga y un surtido de
personajes cercanos y bien perfilados.
La pareja define la experiencia de escribir al alimón como algo que se plantea con "mucho miedo" pero, sobre todo, como una labor de "consenso"; sólo sale en el libro aquello con los que ambos están de acuerdo. Según explica Del Val, el método a seguir es el utilizado al escribir un guion. "Partimos de una idea, lo dividimos en escenas y cada uno escribe una parte". "Y para eso -añade Roca-, tienes que tener muy armada la estructura y los personajes previamente y, sobre ellos, ir diseñando las distintas fases". En esa labor, ambos comparten la obsesión por dotar a la novela de ritmo y de personajes con muchos matices, que el lector pueda identificarse con ellos. "Aportamos desde nuestras vivencias hasta nuestra forma de ser. Sin querer vas poniendo pinceladas tuyas a todo lo que vas escribiendo", señala la periodista.
Una de las principales bazas con las que juega la novela son las apariencias y las dobles vidas, "cómo una persona puede comportarse de maneras diferentes en un sitio u otro", describe Del Val. "Cómo una persona está viendo una realidad que a lo mejor el otro no conoce, jugar con información de más", matiza Roca. "Hay veces que el lector cree estar situado en un sitio pero está en otro, o cree saber una cosa y probablemente esté pasando otra; es uno de los componenetes de la novela que la hacen bastante atractiva", apostilla de nuevo Del Val.
Otro de los elementos presente en la escritura de estos autores es el sexo. En este sentido, la periodista señala que, para ellos, "es un elemento que dentro de la novela está tratado como cualquier otro tema, con naturalidad, no tiene mayor importancia que la relación entre la madre y la hija y forma parte de la vida como un elemento más". "El sexo en la literatura es un fenómeno muy antiguo, aunque también tiene que ver con las modas, con un fenómeno que sucede y que a la gente le gusta, y es respetable. Si triunfa un libro que habla de sexo, pues mejor que si habla de crisis", matiza el otro par de manos de la novela.
El interrogante que queda en el aire es el mismo con el que la pareja titula su última novela, ¿qué es lo inevitable del amor?. "Amar", responde Del Val sin pestañear. "Muchas veces es inevitable amar y si fuera evitable nos ahorraríamos mucho sufrimiento, muchos disgustos", reflexiona Roca. "Pero afortunadamente no se puede evitar amar, el amor en sí mismo es algo inevitable", cierra Del Val. Se miran. Sonríen.
La pareja define la experiencia de escribir al alimón como algo que se plantea con "mucho miedo" pero, sobre todo, como una labor de "consenso"; sólo sale en el libro aquello con los que ambos están de acuerdo. Según explica Del Val, el método a seguir es el utilizado al escribir un guion. "Partimos de una idea, lo dividimos en escenas y cada uno escribe una parte". "Y para eso -añade Roca-, tienes que tener muy armada la estructura y los personajes previamente y, sobre ellos, ir diseñando las distintas fases". En esa labor, ambos comparten la obsesión por dotar a la novela de ritmo y de personajes con muchos matices, que el lector pueda identificarse con ellos. "Aportamos desde nuestras vivencias hasta nuestra forma de ser. Sin querer vas poniendo pinceladas tuyas a todo lo que vas escribiendo", señala la periodista.
Una de las principales bazas con las que juega la novela son las apariencias y las dobles vidas, "cómo una persona puede comportarse de maneras diferentes en un sitio u otro", describe Del Val. "Cómo una persona está viendo una realidad que a lo mejor el otro no conoce, jugar con información de más", matiza Roca. "Hay veces que el lector cree estar situado en un sitio pero está en otro, o cree saber una cosa y probablemente esté pasando otra; es uno de los componenetes de la novela que la hacen bastante atractiva", apostilla de nuevo Del Val.
Otro de los elementos presente en la escritura de estos autores es el sexo. En este sentido, la periodista señala que, para ellos, "es un elemento que dentro de la novela está tratado como cualquier otro tema, con naturalidad, no tiene mayor importancia que la relación entre la madre y la hija y forma parte de la vida como un elemento más". "El sexo en la literatura es un fenómeno muy antiguo, aunque también tiene que ver con las modas, con un fenómeno que sucede y que a la gente le gusta, y es respetable. Si triunfa un libro que habla de sexo, pues mejor que si habla de crisis", matiza el otro par de manos de la novela.
El interrogante que queda en el aire es el mismo con el que la pareja titula su última novela, ¿qué es lo inevitable del amor?. "Amar", responde Del Val sin pestañear. "Muchas veces es inevitable amar y si fuera evitable nos ahorraríamos mucho sufrimiento, muchos disgustos", reflexiona Roca. "Pero afortunadamente no se puede evitar amar, el amor en sí mismo es algo inevitable", cierra Del Val. Se miran. Sonríen.
TÍTULO: SEIS LIBROS `PARA ENTENDER A EEUU,.
Agrupemos en una estantería los libros que pueden explicarnos los Estados Unidos. Coloquemos los 'Ensayos' de Emerson junto a ..
¿Será Obama o Romney el ganador de las próximas elecciones? Tal vez la literatura de las últimas décadas nos ayude a comprender mejor por qué se mueve este país,.
Agrupemos en una estantería los libros que pueden
explicarnos los Estados Unidos. Coloquemos los 'Ensayos' de Emerson
junto a 'Huckleberry Finn', la 'Autobiografía' de Jefferson y 'Hojas de
Hierba' al lado de 'Moby Dick' y 'La cabaña del tío Tom'. Pongamos
después a Scott Fitzgerald junto a Hemingway, a Mencken cerca de Hunter
L.Thompson, a Faulkner junto a Cormac McCarthy, a Norman Mailer junto a
Vonnegut, a Salinger junto a Pynchon, a Joyce Carol Oates junto a Philip
Roth... Y ahora miremos ese conjunto pasmoso, esa acumulación de
talento y audacia. ¿Cómo extraer de ahí solo seis libros que nos ayuden a
entender al país que escoge en unos días a su presidente? Quiza nos
ayude circunscribirnos a la literatura de las últimas décadas. También
no tomárnoslo demasiado en serio. Por ejemplo:
Qué enorme escritor era Updike. Cada día que pasa desde
su muerte parece más evidente que nos acostumbramos a convivir con su
genio, lo dábamos por sentado. Y, sin embargo, tardará mucho en surgir
otro autor con su aleación de mirada y gran estilo, con su elegante
ligereza y su tremenda ambición. En las cuatro novelas que componen la
serie protagonizada por Harry 'Conejo' Angstrong acompañamos a un
americano medio a lo largo de su vida normal y extraordinaria, y
observamos cómo el personaje evoluciona al mismo tiempo que lo hace el
país. Harry Angstrom es un joven protestante de clase media que nace en
un pueblo mediano y conoce la fama igualmente mediana del estrellato
deportivo escolar. A partir de ahí, todo comenzará a complicarse para
él. Lo que le espera es el sueño americano, esa lucha atroz por el
estatus, y lo que tiene alrededor es un país que viaja como un cohete
conflictivo de la posguerra mundial a los años ochenta del dinero fácil y
los campos de golf. Un 'Esta es tu vida' que el talento de Updike
consigue extender a toda una nación.
El David Foster Wallace de no ficción es el David Foster
Wallace más contenido, sensato y accesible. También, muchas veces, el
más brillante. Los artículos y ensayos que se agrupan en este volumen
sorprendente y divertidísimo dan buena cuenta de la América profunda y
también de la posmoderna. Hay en el libro un famoso reportaje sobre un
viaje en un crucero turístico por el Caribe y un ensayo sobre la
influencia de la televisión en la narrativa contemporánea, hay textos
sobre el tenis y una desopilante crónica de la Feria del Estado de
Illinois. Todo escrito con ese estilo puntillosamente desquiciado de
Foster Wallace, lleno de citas, referencias y autoironía, rebosante de
talento, grandes aspiraciones, juventud y desesperación.
Es probable que 'Augie March' sea la gran novela
americana de Bellow, pero alejémonos de la épica y centrémonos en la
tragicomedia. Porque es en 'Herzog', y en 'El legado de Humboldt', donde
Bellow ensaya a su manera la novela total bellowiana, es decir, la gran
obra multitudinaria, dramática y disparatada, llena de profesores
universitarios que entran en escena y mafiosos de Chicago que hacen
señas al público tras el telón. La gran comedia humana de cierta clase
media estadounidense -urbana, medicada y sofisticada: piensen por
ejemplo en personajes de Woody Allen- está en estos libros repletos de
monólogos interiores y divorcios, de odios profesionales y desastres
económicos, de adulterios oficinescos y vendavales de vacío existencial
que se resuelven con la compra de un nuevo deportivo.
Entre 1996 y 2009 James Ellroy publicó las tres novelas
('América', 'Seis de los grandes' y 'Sangre vagabunda') que componen
este ciclo torrencial, pasmoso y lleno de tensión. Es probable que nunca
Ellroy haya escrito a un nivel tan alto. Se trata de 2.000 páginas que
se leen conteniendo la respiración y estallando en carcajadas, apartando
la mirada, abriendo los ojos al máximo, susurrando admirados «lo que
está haciendo este hombre». Las novelas descubren el trasfondo de la
historia de Estados Unidos, aproximadamente desde la muerte de Kennedy
al 'Watergate'. El conjunto es un viaje a las cloacas del sistema.
Conviven en estas páginas personajes reales como Martin Luther King o
Howard Hughes con políticos corruptos, asesinos, mafiosos y proxenetas.
Lo que hay detrás del poder en el país más poderoso del mundo es un pozo
de basura. Y a Ellroy le encanta jugar en la basura.
'Submundo' tiene algo de 'Manhattan Transfer' puesta a
gran velocidad y adensada con varios niveles de profundidad. Quizá no
sea la novela más lograda de Don DeLillo, pero sí se esconde en ella un
mérito complejísimo: el libro termina atrapando el ruido blanco de la
sociedad americana contemporánea. Se trata de un mosaico de paranoia y
desorientación. Leyendo este libro se siente algo del vértigo que debe
de sentirse al entender que el país de uno es el país que cabalga
dominando las bridas de la Historia. La crisis de los misiles de Cuba y
la Guerra Fría son algunos de los episodios que se observan en este
libro desde la esquina inconfundible que Don DeLillo ocupa en la
narrativa americana. Desfilan por esta novela desmedida decenas de
personajes incidentales. También figuras históricas como Kenneddy o
Edgar Hoover. Toda el libro está recorrido por una urgente certidumbre
de desgracia. Resulta inolvidable la escena en la que el cómico Lenny
Bruce, drogado y pasado de rosca, sale a escena frente a un público que
vive aterrorizado por la posibilidad del estallido de la bomba nuclear
gritando: «¡Todos vamos a morir!»
Este libro de relatos supuso la consagración de Lorrie
Moore como una de las autoras americanas del momento. El volumen puede
entenderse como una suerte de 'dramatis personae' de la sociedad
americana contemporánea. Sus personajes son gente que de algún modo
parece sentirse estafada por lo anodino de su propia época. Las
criaturas de Moore son individuos que han hecho todo lo que se suponía
que debían hacer y, sin embargo, no han conseguido ser felices. Sobre
esa decepción van cayendo las decepciones y los dramas inherentes a la
propia existencia: el paso del tiempo y el desamor, la enfermedad y la
muerte. Moore tiene una enorme capacidad para diseccionar psicologías y
poner en pie verosímiles dramas íntimos. Su mirada es personalísima, su
escritura es certera y está bendecida además con un sentido del humor
privilegiado y negrísimo. Son esas las armas que Moore utiliza para
echar abajo las puertas de las casas con jardín de los barrios
residenciales y comenzar a buscar esqueletos en los armarios interiores
de sus compatriotas.
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