Para cualquier persona que le guste la música y quiera aprender a tocar un instrumento debe ser todo un lujo que te dé las clases un músico ...
Para cualquier persona que le guste la música y quiera aprender a tocar un instrumento debe ser todo un lujo que te dé las clases un músico que forma parte de un grupo conocido, porque además de la teoría puede transmitir sus vivencias y su experiencia sobre el escenario. Eso va a ocurrir en Navalmoral de la Mata, donde el centro de estudios musicales clasicc@contemporary ha 'fichado' como profesor al cordobés Manu Reyes, integrante del grupo Sôber, y que está considerado uno de los activos más importantes de la nueva generación de baterías de España.
Será su primera experiencia docente, como reconocía hace unos días en el propio centro, donde impartió un pequeño clínic a modo de presentación. «Llevo un año dando clases particulares, pero en una escuela será la primera vez que lo haga, explicó. Aníbal y Lucas -los propietarios del centro- me plantearon la idea y me gustó. Me pilla un poco retirado, porque vivo en Madrid, pero al ser un día entre semana, posiblemente los martes, no plantea muchos problemas. Y además tal y como está la cosa hay que apostar por nuevos proyectos y creer en lo que se hace».
Ese primer día de actividad en Navalmoral se rodeó de todos los elementos que necesita en un concierto, «para que la gente vea lo que se utiliza en la banda», aunque después desmontó una parte que precisa para actuar. «Hace tiempo hice algo parecido en un pueblo de Murcia, un pequeño clínic que permite a la gente acercarse más, ver el equipo o preguntar cosas que en un concierto no tiene oportunidad».
En ese acto de presentación detalló su forma de tocar la batería y avanzó el planteamiento que tiene para las clases. «Todo dependerá del nivel que tenga el alumno. Si es básico lo primero que hay que trabajar es mecánica, técnica de manos y coordinación. Para sentarse en la batería se necesita sobre todo coordinación. También explicaré los métodos que suelo trabajar, como técnica de mano, independencia pie izquierdo/mano izquierda o técnica de doble pedal».
Asimismo anunció que aunque se dedique a tocar rock, las clases no se van a basar solo en él, ya que por el contrario considera que para un batería lo más importante es tener diferentes estilos, como jazz o latin. «Yo creo que lo que te da la libertad con el instrumento es la variedad de técnicas y estilos», señala.
El joven batería cordobés combinará las clases con los conciertos, ya que a pesar de la crisis parece que a Sôber no le falta trabajo. Acaban de actuar en el festival Envivo en Madrid; en los primeros días de este mes lo harán en Valencia y Alicante y en la segunda semana volarán a México. También en noviembre tienen cerradas varias fechas. «Hay que hacerse fuertes y seguir luchando, porque si la cosa está complicada y encima te hundes no llegas a nada», afirma.
TÍTULO: HIPPIE E INVERSOR EN BOLSA;
No es muy normal que una persona de 46 años, con espíritu joven, hippie
aventurero del siglo XXI, y con rastas propias de los grupos étnicos ,.
aventurero del siglo XXI, y con rastas propias de los grupos étnicos ,.
No es muy normal que una persona de 46 años, con espíritu joven, hippie aventurero del siglo XXI, y con rastas propias de los grupos étnicos ancestrales que cabalga entre Formentera y la India, siga la actualidad de España. También lo hace del del mundo, tiene soluciones para salir de la crisis, y encima invierte en Bolsa. Se trata de Daniel Román Palma, un guareñense originario de la calle Alberquilla. Sus trenzas largas forman el tipo de peinado característico de los rastafaris, movimiento que surgió en Jamaica por los años 30.
Su vestimenta es cómoda, sin marcas, y lleva poco equipaje, lo esencial de un hombre que quiere sentirse libre. Su forma de ser contracultural, libertaria y pacifista, propias del hippie de los 60, se adapta a los tiempos que le toca vivir. Se diría más que es un neohippie que mantiene vivo el movimiento como una subcultura establecida en muchas formas y como parte de una nueva generación que quiere vivir a gusto y gastar lo imprescindible.
Su nuevo estilo de vida surgió porque la situación en su pueblo no le ilusionaba. «Eso del subsidio del paro, el campo, las cartas... Me aburría, no me llenaba, y me decidí irme a Madrid», cuenta. Era 1986. Dos años después contrae matrimonio y durante cuatro años trabaja en la época estival de vacaciones en los hoteles en Calafell y también en Ibiza.
Vuelve a Guareña y monta un gimnasio, forma parte directa de la peña ciclista 'La Pájara' y la actividad deportiva le mantiene unos años. En 1996 se separa de su mujer y vuelve a Ibiza porque encuentra más posibilidades de trabajar y ganar más dinero. Vuelve a su pueblo y monta un bar, pero dura poco.
En 2003 cruza los Pirineos y pasa seis meses en Chablais. Se vuelve a España y decide sacarse el carnet para conducir camiones y autobuses, obtiene el D-1 y el E-1, lo que le hace ponerse en la carretera y conocer el mundo laboral en transportes internacionales durante 4 años, con lo que logró además saldar deudas en su hacienda personal.
«En junio de 2008, con la llegada de la crisis dejo voluntariamente el transporte porque el precio del gasoil era elevado», dice. A partir de entonces su vida cambia, aprende a gastar poco, lo justo, «y me doy cuenta que la vida es lo más importante, que no podemos comprarla ni venderla, hay que disfrutarla», asegura. También se da cuenta de otras cosas importantes que valora, como «levantarme a las 6 de la mañana, caminar por plena naturaleza, conocer a mucha gente, relacionarse... Además gasto lo menos posible porque lo que más gastamos en la vida occidental es en tonterías, estar más guapos, mejor vestidos... Lo importante es la belleza interna de cada uno», opina Daniel. «A pesar de ver cosas fuera, como en España no se vive en ningún lado, así me lo dicen los extranjeros cuando hablamos», comenta.
Daniel sigue la actualidad de España y del mundo. Se informa cómo van los mercados, los bancos, la prima de riesgo en nuestro país, el Ibex-35... «Mi dinero, lo poco que tengo, lo tengo metido en Bolsa». Asegura que de la crisis se sale «gastando menos y recaudando más, reduciendo el déficit, no podemos gastar más de lo que tenemos. Hay que cuadrar las cuentas. Es difícil la situación en nuestro país, ya que estamos al borde del precipicio -dice- y tendremos muchos años para pagar», afirma. Analiza la situación del país y cree que «no se pueden tener tantos bancos, tantos coches oficiales, muchos políticos, televisiones autonómicas... Es una barbaridad», añade. Román no cree en el capitalismo «debido al consumismo salvaje que empobrece a los demás». En cuanto a los recortes que se están sucediendo en España, «no nos queda más remedio que aguantar, aunque creo que deben centrarse en la sanidad y educación, y no recortar de estos dos pilares fundamentales
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