jueves, 11 de octubre de 2012

SI LOS PROTECTOS QUE ME OFRECEN NO SON BUENOS, PREFIERO NO TRABAJAR WINONA RYDER ACTRIZ;/ UN MAL TRAGO PARA PADRES E HIJOS;

TÍTULO: PROTECTOS QUE ME OFRECEN NO SON BUENOS, PREFIERO NO TRABAJAR WINONA RYDER ACTRIZ;

Winona Ryder sufrió un grave contratiempo en Hollywood cuando la ... si los proyectos que me ofrecen no son buenos, prefiero no trabajar.
Winona Ryder sufrió un grave contratiempo en Hollywood cuando la sorprendieron robando en unos grandes almacenes. Su posterior ingreso en un centro psiquiátrico la alejó de la industria durante varios años. Tratando ahora de recuperar poco a poco su lugar, Ryder se vuelve a poner a las órdenes de su director fetiche, Tim Burton, para crear con su voz el personaje de Elsa Van Helsing en la versión original de la película 'Frankenweenie'. La intérprete, que vive a caballo entre San Francisco y Nueva York, confiesa estar fascinada con su retorno al mundo de Burton.
-¿Que sintió al ponerse a las ordenes de Tim Burton una década después de trabajar con él en 'Beetlejuice'?
-Es siempre un placer. Con Tim una siente que va a encontrarse con un tipo oscuro y, sin embargo, hay una pureza inesperada en él. Es un sentimiento maravilloso para mí que se asocie mi nombre al de Burton.
-¿Es difícil poner voz a un personaje animado?
-No, aunque tampoco es fácil. Es muy distinto trabajar solo con tu voz sin poder recurrir al lenguaje corporal. Poner voz a personajes animados tampoco es nuevo para mí, ya lo había hecho para varios episodios de Los Simpsons y Dr. Katz.
-¿Por qué se identifica tanto con Tim Burton?
-Siempre he sido un bicho raro, incluso cuando rodé 'Beetlejuice'. Acababa de empezar la pubertad y el personaje de Lydia me ayudó a entender lo que estaba viviendo. Jamás me considere atractiva, pero he tenido la suerte de trabajar con directores que me entendían.
-Ha tardado mucho tiempo en volver a la gran pantalla.
-Sí. Deliberadamente me tomé un tiempo lejos de las cámaras. En este periodo de descanso me mudé a San Francisco y empecé una nueva etapa. Necesitaba estar más cerca de mi familia.
-¿Ha cambiado mucho Hollywood desde que usted empezó?
-Es una industria completamentediferente. Ya no se hacen películas de época, yo interpreté muchas en el pasado; ahora es mucho más difícil triunfar. Acabo de cumplir 39 años. Llevo mucho tiempo en este negocio, sé de lo que hablo.
-Su regreso al cine fue a lo grande, con 'Cisne negro', una película que triunfó hace dos años.
-Sí. Tenía ganas de trabajar con Darren Aronofsky porque es un genio. Me encantó mi personaje en 'Cisne negro' por el paralelismo que existe entre ella y yo. Las dos estamos envejeciendo en nuestra profesión y nos vemos superadas por jóvenes talentos.
-Usted creció en una comuna. ¿Le afectó no tener una infancia normal?
-Cuando miro hacia atrás, veo que pude enfrentarme a las situaciones de otra manera, pero no quiero confundirme porque me volvería loca. Estoy en un momento feliz y así quiero seguir estando.
- ¿Sigue pensando que hay que sufrir para ser actor?
-No. Tenía diecinueve años cuando dije eso. He crecido, he aprendido, he trabajado con Meryl Streep y descubrí que puedes actuar y tener a tus hijos en el rodaje porque al final del día sigues siendo tú y las actuaciones son simplemente ficción.
-¿Disfruta ahora más del proceso interpretativo?
-Sí, aunque cada película es una experiencia distinta y necesitas recurrir al baúl de tus recuerdos personales para brindar a cada papel el sentimiento adecuado.
-Después de los problemas que tuvo en el pasado, ¿cómo espera que sea la reacción del público?
-Es muy difícil para mí verme a través de los ojos del espectador. Trato de mantenerme lejos de las etiquetas que quieran colgarme. Como artista me interesa seguir participando en proyectos que muestren la variedad de mi registro interpretativo.
-¿Siente la edad en su profesión?
-Desde luego. Ya no interpreto los mismos personajes que hacía diez años atrás. Además soy mujer, quiero tener hijos, formar mi familia, en ese aspecto siento cierta presión.
-¿Cree que el incidente que tuvo por robo dañó su carrera en Hollywood?
-No quiero hablar de eso. Si le soy honesta, es algo que arrinconé en el pasado porque ocurrió hace diez años y no quiero removerlo.
-¿Le enviaban mejores guiones antes?
-No. Ocurrieron una serie de cosas al mismo tiempo. Yo deje de actuar, luego Hollywood empezó a cambiar, se hacen menos películas y las que se ruedan son casi todas de terror o comedias.
-¿Cuál es su actitud hacia su profesión en estos momentos?
-Desconozco cuál va a ser mi futuro, pero tengo claro que si los proyectos que me ofrecen no son buenos, prefiero no trabajar. Tengo otros intereses en la vida.
TÍTULO; UN MAL TRAGO PARA PADRES E HIJOS;
Siempre ha habido -y habrá- una brecha entre padres e hijos. De vez en cuando se entienden pero lo normal es que cada parte mantenga ,.
Siempre ha habido -y habrá- una brecha entre padres e hijos. De vez en cuando se entienden pero lo normal es que cada parte mantenga una prudente distancia. No hay ningún problema, salvo cuando el espacio se convierte en un verdadero océano. Este alejamiento tiene forma de botella. Los padres desconocen todos los aspectos que rodean a la relación que mantienen sus hijos con el alcohol: no saben cuándo empezaron, dónde se habitaron a beber, qué consumen y por qué lo hacen. Pero si esto es preocupante, la encuesta de la Fundación Pfizer demuestra que a casi la mitad de los padres les da igual que sus hijos beban. Es más, son muy permisivos con todo lo referente a este hábito. Es, curiosamente, el punto del estudio -realizado con más de 1.600 jóvenes entre 12 y 18 años y sus padres- en el que las dos partes están más cerca en sus posturas.
Los jóvenes aseguran que el 55,4% de las madres y el 52,4% de los padres están de acuerdo en que beban y más de un tercio, que lo hagan en cualquier sitio, incluso dentro del hogar. Si la misma pregunta se la hacen a los padres, la respuesta baja una media de ocho puntos. Siempre positiva hacia el consumo y, curiosamente, más permisivos con ellos que con ellas. Ambas partes también coinciden en que jamás hablan de estos temas en casa. «Evidentemente es necesario mejorar la comunicación entre los padres y los hijos y lograr una intercomunicación mucho mayor entre escuela y padres para coordinar los mensajes hacia nuestros hijos», apuntó Pedro Núñez Morgades, patrono de esta fundación. Es el único punto coincidente. En el resto, los jóvenes demuestran que los padres están bastante alejados de su realidad.
Por ejemplo, en el inicio del consumo: mientras los chavales afirman que empiezan a los 13,7 años, los mayores apuntan a los 15. Un tercio de estos chavales confiesa que su primera incursión en el mundo etílico la hacen a través de licores de alta graduación con o sin refresco; después se sitúan la cerveza (18,3%), el cava (16,7%) y el vino (15%). Toman su primera copa en casa (23%) o en la calle (22%) y en menor medida, las casas de amigos o los bares. Eso sí, siempre acompañados de amigos. En total, siete de cada diez jóvenes encuestados reconoce haber tomado alcohol en su vida, porcentaje que llega a nueve de cada diez si se concreta en la franja de 16 a 18 años y roza el 50% en la de 12 a 15 años. Además, uno de cada dos jóvenes entre 16 y 18 años consume alcohol un fin de semana al mes y cerca de un tercio, por lo menos dos al mes.
Esta edad tan baja en la iniciación etílica también se ve favorecida por la permisividad a la hora de comprar alcohol. Los jóvenes españoles entre 12 y 18 años compran o consiguen los licores fuertes, las cervezas y el vino -en este orden de consumo- en los supermercados (36,7%) de los casos, proporción que roza la mitad de los preguntados si se acota la pregunta a los chavales de entre 16 y 18 años. A continuación están los bares (casi uno de cada cinco) y en tercer lugar se sitúan los 'chinos' o las tiendas de 24 horas. Cuando se les cuestiona a los progenitores sobre este asunto, el informe destaca que uno de cada cuatro padres o madres no tiene ni idea de dónde puede comprar alcohol un menor. En este sentido los responsables del estudio indicaron la necesidad de endurecer la ley para que los menores no accedan tan fácilmente al alcohol; una iniciativa que el Gobierno se ha comprometido a desarrollar.
Botellones
El deseo de «probar algo nuevo» o participar «en un juego» es la principal excusa para beber la primera copa, seguida de celebrar alguna ocasión especial con la familia. También tiene su peso la existencia de consumidores de alcohol entre los amigos y la 'necesidad' de asegurarse la integración en el grupo. Este último argumento es el más usado por los padres para justificar que sus descendientes beban. Por el contrario, los que no beben lo hacen porque perjudica la salud (30%), un detalle que los que sí consumen creen que no tiene importancia porque «solo beben los fines de semana».
Asimismo, los episodios de embriaguez están más extendidos entre los chicos que entre las chicas. La brecha se abre en el bloque de chavales entre los 15 y los 18 años. En esta franja, la mitad admite haberse emborrachado alguna vez, un hecho que los padres desconocen. Menos del 10% del colectivo paterno reconoce, al hablar de sus hijos, algún episodio de embriaguez, un 8,7% cuando el periodo de referencia es toda la vida del joven y apenas un 5,2% cuando se habla del último año. El estudio dedica un apartado a los botellones, donde se aprecia una gran diferencia por edades. La tasa de asistencia mensual pasa desde el 6% entre los jóvenes de 12 a 15 años hasta el 35% entre los de 16 a 18 años. Lo más sorprendente es que seis de cada diez padres no saben si sus hijos realizan esta práctica.

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