sábado, 9 de junio de 2012

POESÍA=SOY UN HOMBRE SINCERO = ENRÉDATE SÉ SINCERO MÍRAMA AL SMS./ TAPAS O LIBROS.


TÍTULO: POESÍA=SOY UN HOMBRE SINCERO = ENRÉDATE SÉ SINCERO MÍRAMA AL SMS.


Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores. He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.

Rápida, como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.

Temblé una vez, —en la reja,
A la entrada de la viña—
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña

Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros
Volando las mariposas.

TÍTULO: TAPAS O LIBROS.

ME ECANTAN las ferias del libro. No solo la de Madrid, que acaba de terminar, sino las que se celebran a lo largo y ancho de España. Sin olvidar Sant Jordi: siempre me produce una emoción especial ver a miles de personas comprando un libro y con una rosa en la mano, ¡qué maravilla! En la de Madrid, andaba yo por las casetas haciéndome con un cargamento para el verano. 'Jezabel', de Irène Nemirovsky; 'Madame Proust y la cocina khoser', de Kate Taylor; 'Madrid, otoño, sábado', de Josefina Aldecoa (todos sus cuentos reunidos en un libro, ¡ya era hora!); 'Cinco viajes al infierno', de Marta Gellhorn; 'Una mentira Piadosa', de Angélica Garnett; 'Maldito el país que necesita héroes', una extraordinaria historia escrita por Ángela Escrivá sobre ETA; el novelón 'Ahogada en llamas', de Jesús Ruiz Mantilla; 'Haciendo de República y artículos sobre la Guerra Civil', de Julio Camba, y un ensayo muy especial de Robert Zaretsky sobre Albert Camus.

ESCUCHÉ ALGUNA QUEJA de otros lectores en sus conversaciones con los libreros. Era siempre la misma: los libros son muy caros. Es una queja recurrente, como lo es mi empeño en demostrar lo contrario, como bien saben los lectores de está página. Comprendo que en esta época de crisis todos seamos más prudentes a la hora de gastar; pero, en el caso de la literatura, no porque sean caros, que no lo son. Hoy en día, salir una tarde a merendar y al cine cuesta más que comprar un libro. O irse de pinchos con los amigos. O tomar una copa en un lugar de moda o no tan de moda. Por no hablar de lo que gastamos en cualquier almuerzo fuera de casa. Un pincho de tortilla y una caña cuestan, por lo menos, tanto como algunos libros y los pagamos sin rechistar. Es más: les diré que, hoy en día, quien no lee es porque no quiere, porque hay librerías donde se encuentran libros de saldo y los que vivimos en Madrid siempre podemos darnos un paseo por la cuesta de Moyano.

SE HA INSTALADO la falsa idea de que la cultura es cara, ya sean libros, música, cine o teatro. E insisto: no es verdad o, por lo menos, no es más caro que gastar en una cerveza y unas tapas. Con esta falsa excusa, hay quienes deciden convertirse en Barbanegras y piratear libros, música o películas. No, no les voy a dar la lata hablando de la piratería, hoy no toca, pero sí les pediría que perdieran un minuto reflexionando sobre el precio de los libros. Hay librerías de viejo donde se pueden encontrar todos los clásicos e, incluso, algunos títulos que hace unos meses estaban en el “hit parade” de los más vendidos; volúmenes que pueden comprar por dos o tres euros, incluso por menos. En Madrid, incluso, han abierto una librería donde se vende al peso.

YA LES DIGO QUE COMPRENDO que, con la zozobra de la crisis, todos seamos renuentes a gastar, y que en muchos casos hay quien no puede invertir siquiera un euro en la compra de un libro. Pero los que se suelen quejar de su precio son los mismos que luego te encuentras en el bar de la esquina, tomándose un vino con un aperitivo. Al final, se trata de establecer prioridades; yo soy de las que prefieren gastar en literatura. El pincho de tortilla nos dura lo que un suspiro, por bueno que esté. El libro te acompaña el resto de tu vida.

P.D. : Tuve que morderme la lengua para no intervenir en esta conversación. Una lectora preguntó por buenos libros escritos por mujeres y dirigidos a mujeres. La librera respondió que la buena literatura no tiene género. No puedo estar más de acuerdo. No hay títulos de mujeres o de hombres: hay libros buenos y malos.

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