La idea no es nueva, en ella lleva trabajando la ayudante de cocina del centro infantil Los Juncos de Fregenal de la Sierra desde hace un año. Se trataba de mostrar una representación de la Semana Santa en un pueblo imaginario, a base de productos reciclados, y después de muchas horas de trabajo empleadas todo salía a la luz el pasado Viernes de Dolores.
A partir de ese momento, muchas personas han pasado por este espacio y han valorado la muestra como una simpática composición en la que resulta singular reconocer la hábil utilización de ciertos materiales de desecho.
Su creadora es Fernandi Moreno Romero, de 50 años, que el próximo mes de septiembre cumplirá cinco trabajando en la cocina de esta casa.
Su reproducción de la Semana Santa es un derroche de imaginación, paciencia y habilidad. Todos los personajes se encuentran pintados a mano en un trabajo que perfilaba en solitario a base de treinta, cuarenta o cincuenta minutos diarios, hasta que llegó el gran día en que algunas compañeras la ayudaban a montarlo junto a la puerta principal de este espacio educativo para niños de hasta cinco años.
Tal y como explicó su creadora: «El cortejo procesional se inicia con un grupo de nazarenos que se constituyen a base de envases de botellas de leche pintadas de color morado y adornadas con Lacasitos a modo de llamativos botones blancos. Sus hachones son trozos de palo repintados y las caras de los niños, retazos de media reutilizada y llena de serrín. Los ojos de todas las figuras se crearon con las perlas de un viejo collar y el pelo de recortes de un plumero».
Tras ellos aparece 'el hombre del guizque', igualmente creado al reutilizar el envase de una botella y que porta el palo de una brocheta con una horquilla de punta que se formaba recortando un clip.
La camisa blanca del monaguillo se elaboró con un envase de queso fresco y su incensario es el tapón de un bote de lavavajillas con una cadena a base de clips entrelazados.
Luego pueden verse varias señoras de mantilla con las velas de un cumpleaños y un rosario que se construyó con un pequeño trozo de cadena desechada del tapón de un lavabo.
Bajo el paso de un nazareno que porta una cruz de palo envuelta en cinta americana retocada con un poco de barniz pueden verse los pies de los costaleros, que son tapones del abrefácil de los zumos y los respiraderos del paso se crearon a base de cartones de huevos. Igualmente, los portavelas son botellas de refresco cortadas e invertidas y las flores que adornan el paso, unas estrellitas de cereal de las que desayunan los niños por la mañana. El llamador del capataz es otro abrefácil y las asas de las garrafas de agua de cinco litros, maniguetas de las andas.
Tras la representación religiosa aparecen las autoridades: civil, religiosa y militar. Como indicaba Fernandi: «No podían faltar las fuerzas vivas de la localidad y como los alcaldes suelen ser personajes de peso en los pueblos, se trataba de hacerlo más voluminoso y por eso lo he hecho con un bote de Cola Cao. Sus brazos son unos trozos de tubo del desagüe de la lavadora desechados».
Junto a él, la autoridad eclesiástica está representada por un obispo, un poco más delgado que el primer edil y que cierra su sotana con Lacasitos rojos y un fajín del mismo color a base de otra conocida chuchería de los niños, una lengua de fresa. «El señor guardia civil -como explica la creadora- es otra botella de leche, al igual que los personajes de la banda, y su gorro es el tapón de la misma botella».
El estandarte de la banda es el As de Oros de una baraja de cartas, que un compañero le escaneó y retocó para sobrescribir el nombre del grupo musical que acompañara este singular cortejo: «Banda de Nuestro Padre Jesús del Reciclaje».
Las trompetas son igualmente tapones de lavavajillas; los tambores, recipientes del paté; y los platillos, las tapas de estos mismos envases. Además, los palillos de los tambores se constituyen a través de cerillas utilizadas para que no ofrezcan ningún riesgo. Las listas del pantalón de los músicos son recortes de bolsas de los macarrones y los zapatos, de nuevo, tapas de apertura fácil.
Sin duda una composición muy llamativa que Fernandi Moreno ha creado con mucha ilusión. «He disfrutado mucho haciéndolo y también viendo cómo disfrutaba mucha gente con él. A todos les resultaba muy simpático el hecho de que estuviera construido a base de productos de reciclaje y los niños del centro, aunque son aún muy pequeños y les costaba asociar los personajes a algo conocido, seguro que después de que vean la Semana Santa en la calle, lo disfrutarán más».
Foto-- Fermine Moreno, con su particular procesión de Semana Santa.
Foto-- Fermine Moreno, con su particular procesión de Semana Santa.
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