viernes, 24 de febrero de 2012

LOS OTROS SECRETOS ÁRABES./ VISTO Y NO VISTO- AMOR.

TÍTULO: LOS OTROS SECRETOS ÁRABES:

El pulso del planeta. En países como el Líbano, las apariencias engañan más que nunca. Bajo las abayas y los hiyabs, las mujeres pueden utilizar la lencería más sugerente.

Maniquí en un escaparate de Beirut--foto.
Existe una mujer árabe que no siempre se corresponde con la imagen que suelen mostrar los medios de comunicación occidentales. Una mujer que, en el caso de las musulmanas más tradicionales, puede esconder por debajo de sus abayas o hiyabs una lencería mucho más provocativa y sexy de la que habitualmente se encuentra en cualquier tienda de ropa interior europea.
Empresas como la española Selmark funcionan muy bien en el mercado libanés porque han entendido a la perfección cuál es el perfil de sus compradoras, «mujeres que se preocupan por su imagen y que valoran su faceta social como fundamental. Son tremendamente femeninas, seductoras. Todos los complementos que utilizan están muy estudiados y no les importa gastarse mucho dinero en comparación con otros países del mundo», explica Rafael Pérez, director general de Selmark: «Hablamos de gente acostumbrada a viajar y que está a la última, incluida la moda en lencería».
Sidón, la tercera ciudad del Líbano, es eminentemente suní y conservadora, pero no tiene nada que ver con los mercados de cualquier ciudad de Arabia Saudí. En su zoco conviven el trajín de los niños que corretean a la salida del colegio con las mujeres cubiertas que realizan las últimas compras del día. Talleres de reparación, pequeñas tiendas de ropa y bisutería, puestos de comida que, de repente, se ven salpicados por el rojo explosivo de varios saltos de cama de encaje, expuestos ante los viandantes con orgullo, como trofeos de caza.
La encargada, que ha residido cinco años en Francia y pide no citar su nombre, comenta que a las mujeres árabes, ya sean musulmanas o cristianas, les gusta vestir a la moda, sentirse atractivas para sus hombres. «Como a vosotras», apunta con un guiño. Cree que Europa desconoce a las musulmanas, considerándolas al margen de las últimas tendencias y del glamour: «Solo porque en público vayamos un poco más tapadas no significa que no vistamos de forma sexy por debajo». Recuerda con una sonrisa que la mujer no está ahí afuera para que el mundo la mire, pero sí su familia y amigos, para quienes no duda en arreglarse y a los que desea sorprender tanto con su peinados, como con su joyería o la lencería más exquisita.
De vuelta a la capital cabe preguntarse ante sus escaparates si será verdad lo que afirma de forma rotunda la dependienta de Diamony, uno de los fabricantes locales de ropa interior más atrevida y de mayor éxito en Oriente Próximo: «Las libanesas somos las mujeres más femeninas del mundo». Los miles de turistas del Golfo Pérsico que pasan el verano en el país del cedro parecen darle la razón; es entonces cuando la doliente ciudad mediterránea emerge como un paraíso en el que la libertad, las pasiones más mundanas y el alcohol se mezclan y agitan peligrosamente con los escotes más pronunciados y los vestidos más diminutos.
Los libaneses adinerados y los árabes en general no escatiman en gastos cuando se trata de aparentar: los conjuntos más sofisticados e insinuantes se convierten en codiciado objeto de deseo en Beirut, donde de puertas para adentro todo está permitido.

TÍTULO: VISTO Y NO VISTO- AMOR.

Abismos de recuerdos hay en mi cabeza cada que pienso en ti,
Cuando tu nombre en secreto menciono todo se vuelve en
Trastorno pues son kilómetros los que te separan de mí.

Muy sinceras creí tus palabras al decir ya no te quiero,
Nunca te quise, ¿por qué tus ojos no decían lo mismo?.
¿por qué cuando pedía estar contigo no rechazabas mi abrigo?
Eran noches de frío cuando tu cuerpo era el mismo que el mío.

Cuando juntos nos fundimos olvidándolo todo
Supe que lo nuestro no era tan nuestro
Que nunca fue en vano, aunque si profano
Porque todo era prohibido

Tu ya eres de alguien y el siempre está conmigo.
Sé que de mi no te acuerdas, y yo te veo en todas partes
Duele en mi consciente invocarte y en paz no vivo
Y no puedo ni siquiera mencionarte.

Llevo éste dolor hundido profundamente en mi pecho
Y aunque a veces me encuentren llorando
Enjugo siempre mis lágrimas y sonrío.
Nadie sabrá que por ti aún suspiro.

No puedo olvidar tu sonrisa, pues e s la espina
Que llevo clavada en mi corazón,
Grito en silencio y callo mi tormento,
Desde aquel día en que nos dijimos adiós.

Desde ese día no te he vuelto a ver
Ni palabra hemos vuelto a cruzar
Hay un torbellino de confusiones
Que los dos no hemos podido descifrar

Cuando al fin leas esto será quizás muy tarde
Sólo quiero que recuerdes que eres mi todo
Y nunca he dejado de amarte.

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