domingo, 12 de febrero de 2012

la caricia de los delfines/ El matadero y la perrera(anécdota)

TÍTULO: la caricia de los delfines.

Empezó a sentir que se estaba ahogando en medio del Mar Rojo,intentando mantenerse a flote mientras lo ahorcaban allí mismo,su cuerpo estaba sumergido y la soga y su cuello a ras del mar.Al mismo tiempo un delfín le cosquilleaba los pies y  no se le ocurrió  otra cosa que pensar:"tiempos difíciles".Se acordó entonces el momento en el que miraba un claroscuro del Greco en Cuenca,fue cuando reaccionó y empezó a morder la soga (para intentar liberarse) con tanta fuerza que consiguió romperse dos dientes y liberarse así del dolor de cuello,al dolerle toda la boca y entre dolores varios e intentar conseguir respirar soltaba algunas muecas de risa del cosquilleo que le producían el hocico del delfín que al mismo tiempo le ayudaba a mantenerse a flote...

Apareció después de este dramático y complaciente sueño sentado en un sillón en medio de un paisaje lunar,desértico y cuando realmente estaba descansando,conteplando la paz del lugar y cogiendo mejores sueños se le acercó un pastor con un sombrero muy raro y le dijo: -está ud. sentado en el trono del señor de los señores de la guerra...Inmediatamente se levantó y corrió mas que la prisa,como cien veces mas,hasta llegar a un cuartel militar "occidental" para contar de dónde venía.Antes de contar nada,uno de los jefes le dijo:"¿de dónde vienes tan aprisa señor de señores de la guerra?"Asustado consiguió escapar hacia el mar y empezó a nadar con toda su alma,lo capturaron y allí mismo mientras se estaba ahogando lo intentaron ahorcar,donde por gracia había un delfín que le hacía cosquillas en sus pies...

TÍTULO: El matadero y la perrera(anécdota)

Era la época esa que cuando te aburrías empezabas a pegarte pedrás desde una distancia prudencial y con sus reglas y todo,si, era la época aquella en la que estabas todo el día en la calle,cuando hacía bueno y respetando la siesta claro.
Estaba yo con un primo mío por las inmediaciones de su casa,cuando decidimos adentrarnos al campo,por detrás de su casa existía campo y sólo campo.(ahora hay infinidad de casas).Decidimos ir hasta el matadero municipal que se encontraba allá a lo lejos y solitario.Era domingo por la tarde.Nos gustaba este sitio porque veíamos por unas ventanas de atrás los corrales de los animales,nos asomábamos y allí estaban,los toros como decíamos,tardamos un tiempo en averiguar que esos animales no estaban allí por gusto,sino que tenían los días contados,al igual que tardamos también en averiguar que en los alrededores del lugar existía esa olor tan fétida y desagradable porque los deshechos de los animales que no iban destinados al consumo los tiraban allí mismo,por lo que investigando nos encontrábamos con pelos ,huesos,pezuñas etc.En fin un microsistema nada agradable para la visión de un niño.Cuando veíamos a las bestias encaramados desde las ventanas y ya sabiendo que iban a ser sacrificados,nos producía mucha tristeza,tampoco asociábamos que la carne de las comidas venían de esos animales,sólo pensábamos que los "mayores"que trabajaban allí les daban muerte,entonces descubrimos que los "mayores"también eran crueles.Siempre pensábamos la manera de poder liberarlos,pero los cerrojos y el miedo a los toros nos lo hacían imposible.


Justo al lado del matadero se encontraba la perrera municipal,este sitio nos traumatizaba porque no se veían a los perros sino que sólo se oían ladrar cuando alguien se acercaba,en este caso nosotros,y eramos conscientes que los perros que habían dentro eran los que recogían por las calles,abandonados,callejeros etc y sabíamos perfectamente  cual era el final de esos perros capturados con lazos de alambres.Pero este día tuvo sorpresa,cuando llegamos a la puerta de la perrera nos dimos cuenta que el candado no estaba echado,vamos que el encargado se fue sin llegar a hacerle el cick.Mi primo y yo nos miramos con sorpresa y con una risa cómplice miramos para todos los lados,esperamos un rato hasta que se calmara la adrenalina que nos estaba poseyendo,y nos atrevimos a entrar por fin.Cuando entramos nos encontramos con un montón de jaulas llenas de perros,unos veinte,y se lío una escandalera,típica de una verdadera jauría de perros,por lo que nos pusimos mas nerviosos,por si tanta escandalera alertaba a algún encargado o a algún "mayor" que estuviera alrededor de la zona.Esto hizo que efectuáramos nuestro plan del día lo antes posible.Zas! mientras yo abría la puerta de fuera de par en par,mi primo abrió un pestillo que abría todas las jaulas.Fase dos:salir corriendo de allí a toda pastilla y para la casa.Cuando ya estábamos a unos cincuenta metros del lugar oímos una escandalera de perros exagerada, miramos para atrás y allí estaban,toda una jauría de perros corriendo libres por las inmediaciones de la perrera,nuestra satisfacción fue enorme.Al llegar a su casa mis tíos se quedaron extrañados de vernos tan temprano de recogida. Tendríamos unos nueve años.

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