sábado, 6 de agosto de 2011

CABO VERDE EL CARIBE AFRICANO.

Ni es un cabo ni es verde. El nombre de este archipiélago se debe a que, cuando fue descubierto en 1460 por los portugueses, estas islas estaban cubiertas de vegetación. Eso y su relativa proximidad (450 km) con un cabo de la costa de Senegal hizo que las bautizaran de este modo. Sin embargo, posteriores sequías transformaron totalmente su paisaje. La antigua colonia lusa es un país independiente desde 1975 y disfruta de una democracia parlamentaria. Su situación estratégica la convirtió en puente entre África y América, lo que gestó una población mestiza (colonos portugueses y esclavos negros) y sobre todo, una cultura musical rica en matices, que va desde la lánguida morna (fado de raíces africanas) al frenético funaná, de sabor antillano, por lo que a Cabo Verde la llaman también “el Caribe africano”.
Cabo Verde--FOTO.

Sal, la isla más turística, es también la principal puerta de entrada internacional al archipiélago, con unas medidas (30 km de largo por 12 km de ancho) que la hacen muy fácil de recorrer. El trayecto que va desde el aeropuerto hasta Santa María, al sur, donde se concentra toda la oferta hotelera, posiblemente te decepcione por su extrema aridez. Pero no la prejuzgues. Después de darte un relajante baño en la playa de la localidad (un magnífico arenal dorado de 8 km) y comer langosta al grill en la terraza del Odjo d’Agua estarás plisto para conocer lo mejor de la isla.
Al noreste se encuentran las salinas de Pedra Lume, explotadas en el siglo XVIII y hoy convertidas en un atractivo turístico de primera. Aquí podrás experimentar la misma sensación que en el mar Muerto (flotar en la densa agua de su laguna salada sin apenas hundirte) sólo que más cerca de España y por mucho menos dinero. Además, va de maravilla para el cuerpo. Justo en el lado opuesto, al noroeste, Buracona te ofrece la posibilidad de un baño distinto, en una piscina natural de piedra volcánica, al arrullo de las olas que golpean el arrecife.
Por la noche, prepárate a disfrutar del frenesí musical caboverdiano. No en vano, la edad media de la población es de 23 años… Así que marcha no te va a faltar. Comienza por la calle 1º de Janeiro de Santa María, que ofrece varias terrazas. La más animada es la del Chill-Out, el mejor disco-bar para calentar el cuerpo con una caipiriña.

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