sábado, 9 de julio de 2011

CHRISTINE LAGARDE, DIRECTORA DEL FMI.

Por primera vez, una mujer dirige uno de los dos máximos organismos económicos mundiales. Descubrimos cómo es esta francesa que gobierna la economía en tiempos de crisis.
Por primera vez, una mujer dirige uno de los dos máximos organismos económicos mundiales. Descubrimos cómo es esta francesa que gobierna la economía en tiempos de crisis.
CHRISTINE LAGARDE, DIRECTORA DEL FMI-FOTO.
"Aprieta los dientes y sonríe”,
le decía su entrenador cuando era una adolescente del equipo nacional de natación sincronizada. Y eso sigue haciendo. Entre otras cosas, porque sabe que derribar muros no es sencillo, y a ella le ha tocado echar por tierra unos cuantos. De hecho, está acostumbrada a abrir camino siendo la primera en todo.

La primera de los cuatro hijos de una pareja de profesores –también la única chica–; la primera en presidir el prestigioso bufete de abogados Baker & McKenzie (a los 43 años), donde tenía a su cargo a 2.400 abogados y consiguió que se doblara el benefi cio en cinco años; la primera mujer en ocupar el Ministerio de Economía, Finanzas e Industria de Francia; la primera en mantenerse en esa cartera más tiempo que ninguno de sus colegas... y, desde el pasado 28 de junio, Lagarde es además la primera mujer en dirigir el Fondo Monetario Internacional en sus más de seis décadas de historia.
“Un profundo honor”, ha dicho ella, que ostentará hasta 2016. Probablemente, también será la primera presidenta que cuelgue en las paredes de su despacho unas obras singulares: las caricaturas que han hecho de ella los humoristas políticos en su etapa anterior y, que Lagarde colocó también en su despacho ministerial para no olvidarse del peligro de tomarse demasiado en serio a una misma. No en vano, dicen de ella que esgrime el humor como una manera de desarmar al adversario y que tiene gran capacidad de reírse de sí misma.

“Tiene una alegría contagiosa –dice de ella Stephane Ricard, presidente de France Telecom– y confi eso que me ha hecho reír en medio de reuniones ofi ciales bastante serias”. Ahora, que hasta sus enemigos políticos se deshacen en loas, quedan lejos sus difíciles comienzos, cuando la prensa le puso el apodo de Christine “Lagaffe”, por unas inoportunas declaraciones y por su rechazo a las maniobras políticas.

Pero después llegó la crisis
y, según sus colegas, lo hizo todo bien: invirtió 20.000 millones de euros para financiar a los bancos con problemas de liquidez y unos meses después las entidades devolvieron el 100% del préstamo, reportando además a las arcas francesas casi 3.000 millones de euros en concepto de intereses. Hoy Francia crece al doble del ritmo previsto y ha vuelto a generar empleo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario