Voy a cerrar los ojos en voz baja 
voy a meterme a tientas en el sueño. 
En este instante el odio no trabaja 
para la muerte que es su pobre dueño 
la voluntad suspende su latido 
y yo me siento lejos, tan pequeño 
que a Dios invoco, pero no le pido 
nada, con tal de compartir apenas 
este universo que hemos conseguido 
por las malas y a veces por las buenas
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